Cuatro años después de su estreno, el Plan PIVE llega a su fin. La medida, implantada por el Ministerio de Industria en 2012, ha permitido reactivar un sector que vivía sus peores cotas con la llegada de la crisis, gracias a una inversión pública de 1.115 millones de euros. El Plan PIVE 8, última edición de la medida y provisto con 225 millones de euros, finaliza el próximo 31 de julio y, en esta ocasión, no se prorrogará.
Era octubre de 2012. España vivía uno de los peores momento de la crisis y el sector de venta de vehículos acusaba el desplome de ventas, que cayeron hasta las 808.000, tras la finalización del Plan 2000E, que sufragaba en hasta 1.500 euros (500 por parte del Ejecutivo central y 1.000 euros por parte del fabricante) la compra de coches.
Por entonces, el Ejecutivo optó por una medida que generó polémica en su momento, pero que ha deparado todo un éxito. El Plan PIVE (Programa de Incentivo al Vehículo Eficiente). La medida bonificaba en hasta 2.000 euros la compra de un vehículo nuevo entregando a cambio uno con antigüedad superior a 10 años.
10.000 millones de impacto económico
David Barrientos, portavoz de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) señala que el efecto de estos planes ha sido “muy positivo”, permitiendo, además de rejuvenecer el parque automovilístico, “mejorar la seguridad vial y reducir las emisiones de C02 entre un 20% y un 35% por vehículo”.
La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) asegura que “más de un 20% de las matriculaciones entre 2013 y 2016 se han producido gracias a los planes PIVE”. Esto ha permitido frenar la pérdida de empleos que había sufrido el sector, 50.000 entre 2008 y 2013, y generar en los tres últimos ejercicios 15.000 puestos de trabajos.
Según los datos del sector, la medida en estos cuatro años ha permitido la retirada de 1.185.000 vehículos antiguos y la reducción de emisiones de 850.000 toneladas de C02 a la atmósfera. Además, según el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, los PIVE también han tenido efectos “muy relevantes” en la producción de vehículos en España, ya que se ha pasado de 1,9 millones en 2012 a los 2,8 millones con los que prevé cerrar 2016. Este último dato afianza la posición de España como octavo productor mundial.
El efecto de estos ochos planes parece evidente. Según Anfac, gracias a la inversión de 1.115 millones de euros en el Plan, el Estado ha conseguido recaudar hasta “cinco mil millones a través de impuestos” como el IVA, el de Matriculaciones o el IRPF. El efecto general del Plan sobre la actividad económica ha sido de 10 mil millones de euros, señalan desde el colectivo de los fabricantes.
“La ausencia de un gobierno estable impide la continuidad de este plan”, afirma Barrientos. Para su colectivo, la continuidad de este plan es esencial ya que pese a que se ha recuperado el sector, “aún no existe una renovación suficiente del parque”, que cuenta con una edad media actual de 11,6 años. Faconauto advierte de que de no remediar la situación, “en 2020 la antigüedad media de los coches superará los 10 años de antigüedad”.
Cuatro años de PIVE
El 1 de octubre de 2012 entró en vigor el primer Plan PIVE. Con una dotación de 75 millones de euros, suponía una ayuda de 2.000 euros por vehículos nuevos o de hasta un año de antigüedad, entregando a cambio un turismo de más de 12 años. La ayuda no salvó al sector en ese ejercicio, el peor en dos décadas pese a que en poco más de tres meses se consumieron todos los fondos. La medida se continuó con el Plan PIVE 2, en la que se incrementaron los fondos un 50%.
La compra de vehículos estará subvencionada con un descuento de 2.000 euros en el precio, de los cuales 1.000€ son aportados por el Ministerio de Industria, que ha de aplicar el fabricante que será, como mínimo, de otros 1.000 euros. Las ayudas obtenidas por el Plan PIVE 4 pagaban impuestos. Los mil euros de subvención del Estado se declaran en el IRPF en función del balance de rentas y patrimonio del contribuyente.
Al Plan PIVE 2 le siguieron un tercero y un cuarto en los que la dotación se redujo a mínimos de 70 millones. Éstos tuvieron una duración de apenas un año ante la gran demanda de operaciones.
La rápida liquidación de estos dos planes hicieron que el Ejecutivo aprobara rápidamente a finales de enero una prórroga de 175 millones de euros, continuada en junio de ese año y en febrero de 2015 con la misma dotación. Pese a todo, según las estimaciones del Gobierno, los fondos del PIVE 7 se agotaron en un 75% antes de su inicio, ya que se habían registrado reservas por importe de más de 130 millones de euros. En el PIVE 8, el importe de la subvención se redujo a 1500 euros, para cubrir así un mayor número de operaciones.
Frente a esta demanda cada vez mayor, el gobierno volvió a realizar una nueva ampliación de 225 millones de euros, que ha favorecido la venta de más de 20.000 coches y que se ha agotado con la conclusión del plazo legal para inscribirse en él. Un ritmo menor debido según Barrientos, al crecimiento económico y a la inclusión de algunos requisitos como la pertenencia de un año de antigüedad.
Futuro lleno de incógnitas
De momento, no habrá más dinero. No hay gobierno y el mercado está recuperado. Pese a ello, el sector de los fabricantes reclama que deben extenderse este tipo de medidas a través de beneficios fiscales que consoliden la recuperación del sector. El pasado mes de junio, el mercado del automóvil logró un incremento de sus ventas de un 11,2%, el mayor crecimiento desde el año 2010. la fabricación de vehículos en España ha crecido un 10,7% respecto al año anterior en los primeros 5 meses del año y representa un 8,7% del PIB.
En cuanto a producción, España ha cerrado su mejor mes y semestre desde 2004 superando los 1,6 millones de unidades ensambladas en el primer semestre del año, un incremento del 11,2% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, según los datos facilitados por Anfac. “La eliminación del PIVE puede suponer una moderación en el crecimiento del sector” en el segundo semestre, señala Barrientos.
Por comunidades autónomas, según los datos de Faconauto, las regiones que más se han adherido al plan PIVE son Cataluña, con un 15,7% de de todas las solicitudes. Andalucía, (15,4%) y la Comunidad de Madrid con el 14,9%. Por contra, las que menos hicieron uso de este plan fueron Cantabria, un 1,5%, La Rioja, un 0,9 y Ceuta y Melilla, que apenas alcanzan el 0,2% de las solicitudes.