La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha recibido la "total confianza" del Directorio Ejecutivo de la institución tras ser declarada culpable de negligencia en Francia por su gestión de una indemnización millonaria a un empresario.
"El Directorio Ejecutivo reafirma su total confianza en la capacidad de la directora gerente para continuar de manera efectiva sus deberes", indicó el FMI en un comunicado, tras la reunión del órgano de gobierno de la institución.
En su sentencia, el Tribunal de Justicia de la República, un órgano judicial especial compuesto por magistrados y parlamentarios, destaca que el comportamiento de Lagarde por su gestión cuando era ministra de Finanzas fue "de un cuestionable descuido y precipitado" y que "excede la mera negligencia".
El Directorio del FMI se reunió esta tarde para evaluar si el alcance de la condena afectaría a la gestión de Lagarde, quien llegó a la institución en el verano de 2011, tras la dimisión por una acusación de violación del también francés Dominique Strauss-Kahn.
Lagarde compareció poco después en Washington para agradecer el apoyo recibido por el Directorio en los últimos cinco años, y aseguró que no recurrirá la decisión del tribunal que la ha encontrado culpable de negligencia, pero no le ha impuesto ninguna pena.
"No estoy satisfecha (con la sentencia), pero hay momentos en los que uno debe parar y pasar página", explicó Lagarde en una breve declaración. Lagarde aseguró que no ha perdido la atención durante sus cuitas judiciales, pero reconoció que especialmente los últimos cinco días, en los que compareció ante el tribunal, "han sido muy dolorosos".
Un lastre para la credibilidad del FMI
También se mostró agradecida por el respaldo de gobiernos de países miembros del Fondo, entre ellos Francia, al tiempo que aseguró que nunca se ha visto "distraída" de su función como directora gerente debido al caso.
En el comunicado, la institución apuntó que el Directorio se ha reunido regularmente desde 2011 para analizar los acontecimientos relativos a este procedimiento judicial, que comenzó poco después de que Lagarde tomara posesión de su cargo.
El proceso al que estaba siendo sometida Lagarde viene de largo y el Directorio Ejecutivo ha apoyado a la directora durante todo momento, hasta el extremo de confirmar su renovación para un nuevo mandato de cinco años en febrero.
En la decisión de este lunes de seguir confiando en la gestión de Lagarde, el Directorio del FMI citó el "extraordinario liderazgo" de sus años a las riendas de la institución y el "respeto y confianza" que tiene en el ámbito internacional.
Pese a la reválida de su gestión, la resolución judicial debilita aún más un puesto clave en el manejo de la economía mundial, que aún se enfrenta a las consecuencias de la crisis financiera de 2008 y que sigue lastrando el crecimiento global, y mantiene vivos los peligros de crisis de deuda y la falta de reformas en economías de todo el mundo.
El origen del caso
El caso que ha acabado con la condena de Lagarde deriva de la época en la que la directora gerente del Fondo era ministra francesa de Finanzas, cuando el empresario galo Bernard Tapie fue indemnizado con 403 millones de euros de las arcas públicas francesas relativos a la venta de su participación de Adidas en los años 90.
Tapie, cercano al entonces presidente Nicolás Sarkozy, se benefició en 2008 de un proceso de arbitraje privado al que optó Lagarde y que elevó las críticas entre los franceses ante la sospecha de que el empresario se viera beneficiado por su cercanía al gobierno.
La investigación comenzó poco después de que en 2011 Lagarde se convirtiera en la primera mujer que dirigía el FMI, frente al cual ha tenido que gestionar los rescates de Grecia o Irlanda o la cesión de mayor poder de decisión a economías emergentes como Brasil o China.
La condena a Lagarde supone un lastre más para la credibilidad del FMI, que ya se ha visto manchada por la detención por supuesto abuso sexual que obligó en 2011 a la dimisión de Dominique Strauss-Khan, posteriormente también salpicado por un escándalo de proxenitismo.
Strauss-Khan (2007-2011) venía precedido del español Rodrigo Rato (2004-2007), que está imputado en un caso de corrupción, delito fiscal y administración desleal por su gestión, tras su paso por el FMI, de la entidad Caja Madrid-Bankia, que sufrió la mayor quiebra bancaria de la historia de su país.
Los escándalos de los últimos directores gerentes del Fondo se produjeron en un momento especialmente delicado, debido no solo a la situación económica global, sino a las peticiones de gigantes emergentes como China para que se modifique el orden imperante desde el fin de la II Guerra Mundial y la Conferencia de Bretton Woods.