Daniel Lacalle, autor de 'La Gran Trampa'

Daniel Lacalle, autor de 'La Gran Trampa'

Economía ENTREVISTA CON DANIEL LACALLE

Lacalle: “No habrá independencia por los incentivos perversos que da la UE”

'La gran trampa', una crítica contra las medidas adoptadas en los últimos años para salir de la crisis económica.

19 noviembre, 2017 03:17

Una de las tesis que han promovido los populismos en Europa en general, y en España -con Podemos a la cabeza- ha sido la de acabar con el sistema actual. Una tesis que promueve también Daniel Lacalle en su último libro: La gran trampa, en el que promueve una fuerte crítica contra bancos centrales y políticos por las medidas adoptadas en los últimos años para salir de la crisis económica.

Deconstruir el sistema para volver a construirlo antes de que sea demasiado tarde; un libro del economista -y colaborador de EL ESPAÑOL- en el que se analizan las causas que nos han traído hasta el momento actual; y en el que se sientan las bases para que no vuelva a suceder. Recetas, en algunos casos, complejas y duras; pero con las que confía en que el ciudadano no vuelva a padecer los rigores de la explosión descontrolada de una burbuja.

En La gran trampa se muestra usted muy crítico con el papel de los bancos centrales. ¿No han acertado en sus políticas? No podemos olvidar que, desde que comenzaron las actuales medidas de expansión el crecimiento global ha vuelto a nuestras vidas.

Fueron ellos quienes crearon la crisis. Los bancos centrales bajaron tipos del 5% al 1% tras el 11-S; y aplicaron las mal llamadas políticas contracíclicas que contribuyeron a crear una enorme burbuja que luego generó una crisis.

Ante esta situación se presentan como alquimistas para solucionar su propio problema. Y lo hacen con más de lo mismo. Como la crisis vino por bajar los tipos del 5% al 1%, ahora los bajamos al 0%. Y como la crisis viene por un excesivo endeudamiento, vamos a endeudarnos más.

¿Qué tendrían que haber hecho?

¡Nada! No presentarse como la gran solución a todos los problemas. Ese es el problema. Tendrían que haberse planteado que sus medidas estaban calentando la economía y los mercados; y, por tanto, tendrían que haber prestado más atención. Tendrían que haber pensado que un enorme optimismo en el mercado financiero no siempre es un síntoma de fortaleza.

¿Es por esa actuación por la que el auge de las criptomonedas es cada vez mayor?

Es un síntoma de la pérdida de confianza en los bancos centrales y del miedo del ciudadano a una política que busca devaluar la moneda. Es normal que ante el riesgo de esa política -que es como meterte la mano en el bolsillo- la gente busque la forma de protegerse. Puede ser oro, metales preciosos, el inmobiliario o las criptomonedas.

¿Por qué criptomonedas? Porque al contrario de otros activos, no son activos cautivos. Es decir, que no hay opción a que te puedan subir los impuestos o traten de devaluar tus ahorros. No es casualidad que ante riesgos de devaluación en China los ciudadanos compren este tipo de monedas.

Este tipo de activos tienen como activo esencial que la masa monetaria no crece por decisión de un gobierno; y además son electrónicas. Otra cosa es hablar de si están sobrevaloradas.

Daniel Lacalle en un momento de la entrevista.

Daniel Lacalle en un momento de la entrevista. Carmen Suarez

Sea como sea, es lo que hay. Una economía en donde los bancos centrales han inundado de liquidez el mercado. Han ‘dopado’ la economía. ¿Cómo le quitamos el chute y pasamos el ‘mono’?

Es curioso. Nos dicen que no hay burbuja. Sin embargo, insisten en que no pueden quitar los estímulos porque sería nefasto para la economía. ¿No habíamos quedado en que no había una burbuja?

No pasa nada si se retira el dinero. ¿Le afecta en algo a un ciudadano que el Ibex en lugar de 10.000 llegue a 9.600? No.

Pretenden hacernos creer que estamos en 2007, y que si se elimina la liquidez la prima de riesgo se va a disparar. Eso no va ocurrir ya. En aquel entonces pasó porque había un grupo de políticos descerebrados que decían que la solución era salirse del Euro. Eso asustó a los ciudadanos y a los inversores.

Te aseguro que si eliminas los estímulos y subes los tipos tendríamos solidez para crecer. El problema, además, es que piensan que la política monetaria debe mantenerse porque hay demasiado desempleo. Y eso no es así, ahí estamos hablando de un problema de productividad y competitividad.

¿Quiere decir eso que España puede reducir el paro por sí sola? ¿Dónde está el problema?

En lo de siempre. España cuando estaba fuera del Euro, con su propia política monetaria, tenía una media de desempleo del 17,5%. El problema está en la estructura de rigideces que hay en el mercado laboral y con las dificultades de las empresas para crecer.

Las grandes empresas, en realidad, son pequeñas; las medianas son muy pequeñas y las pequeñas son enanas si las comparamos con otros países. Tenemos un problema de tamaño empresarial, de rigidez laboral. Esto no es facilitar el despido; es un problema de flexibilidad en la contratación, que es carísima.

¿Hasta qué punto influyen los políticos?

Mucho. La política monetaria es la gran excusa de los políticos. Si es expansiva se ponen la medalla de las cosas positivas. Si no lo es, le echan la culpa. Es la gran excusa para no llevar a cabo reformas estructurales.

Con el Brexit la Unión Europea ha aprovechado para reforzar su proyecto.

De hecho, durante todos estos años, parece que el sector privado sí ha hecho los deberes. Se ha desendeudado. Sin embargo, el sector público ha seguido endeudándose. ¿Era la única solución para salir de la crisis?

El problema de la deuda privada no es porque las empresas o las familias se volvieran locas. Es que vino generada desde una política de demanda bajando los tipos de interés y facilitando el acceso al crédito.

Fueron los bancos centrales quienes han bajado tipos, han multiplicado por dos la masa monetaria. Es cierto que el sector privado cometió excesos, pero no se le puede echar la culpa en su totalidad. Claro que hay una responsabilidad, pero no es exclusiva.

Además, el sector público se beneficiaba de esa burbuja. Decía Miguel Sebastián (el ex ministro) que la deuda pública de España era muy baja antes de la crisis. Lo era porque había 40.000 millones de euros de ingresos extra que servían para desapalancarse gracias a la burbuja inmobiliaria. Cuando desaparece ¡oh sorpresa! resulta que el sector público es ineficiente y triplica la deuda.

El economista Daniel Lacalle durante la conversación con EL ESPAÑOL.

El economista Daniel Lacalle durante la conversación con EL ESPAÑOL.

¿Nos pasará factura Cataluña?

¡Claro que pasará! ¡Lo ha hecho toda la vida! La historia económica de España es la del potencial incumplido. Siempre nos creamos nuestros problemas, y cuando la economía empieza a fortalecerse, nosotros mismos nos empujamos hacia abajo.

El problema del separatismo es autocreado y autoinfligido. Siempre, como en otras ocasiones, desde la idea de que no pasa nada. Parece que los políticos pueden decir las mayores burradas.

Por ejemplo, hablando de la crisis, ¿por qué no ha habido sanciones a quienes decían que había que salir del Euro? Eso crea pánico, no que una empresa cierre.

El problema histórico de España es que nos ponemos a nosotros mismos la zancadilla porque pensamos que está todo hecho.

En 1.992, por ejemplo, ocurrió. AVE, Expo, Olimpiadas, dinero a espuertas. Llega 1.993, y para abajo. Es por tener una visión arrogante de la economía en la que los políticos creen que la economía se adapta a ellos.

No me responde… (Risas) ¿Habrá o no independencia?

(Risas) No habrá independencia. Yo viajo mucho a Estados Unidos. Se me cae la cara de vergüenza cuando tengo que explicar que los independentistas quieren una política monetaria y fiscal europea; que las pensiones las pague España; que la deuda la avale España y la defensa se subcontrate a un país extranjero.

Los nacionalismo europeos son victimistas, vienen del privilegio y son imperialistas. ¿Quiere separarse? Entonces, ¿por qué quieren anexionarse Valencia y Baleares?.

Si tu vas a Estonia hoy y vas a un restaurante, verás muchos trabajadores muy mayores. ¿Por qué? Porque desaparecieron las pensiones. Pero de eso aquí no se habla. Aquí se habla de que todos los privilegios se van a mantener, y no es así. Si quieres independizarte de verdad, tienes que estar preparado para vivir varias décadas en la pobreza.

La mera llamada a la independencia hace que caiga el consumo, se vayan las empresas. No hay ni un sólo proceso parecido. La razón por la que no habrá independencias en la UE es por el sistema de incentivos perversos que se generan desde la UE.

El sector público se aprovechó de 40.000 millones de euros extra de recaudación para desapalancarse durante la burbuja.

¿Cómo evitamos volver a caer en la crisis?

Ya hemos hecho muchas cosas. No podemos quitarnos la medalla de que se han hecho muchas cosas. Es la primera vez que salimos de la crisis sin acudir a estimular la demanda interna. Eso está muy bien.  

Hemos logrado salir a partir de la exportación con el 33% del PIB. Nuestras empresas son más competitivas, y eso se ha hecho con un comercio internacional que no crecía y un euro relativamente fuerte.

Tenemos el shock del pesimismo. Ahora no estamos reconociendo las cosas que hacemos bien. No pasa nada por reconocerlas. Podrá molestar a quien no esté en La Moncloa, es algo empírico. Hay que seguir lo que hemos hecho hasta ahora.

¿Aguantará Europa la salida del Reino Unido?

¡Claro! Reino Unido nunca ha estado en Europa. Nadie puede compararme el Brexit con la salida de Cataluña o Escocia. Reino Unido tenía su política monetaria, su moneda, un sistema separado, etc.

Le está pasando factura. En Londres se nota mucho la caída. Si en una economía con tu propia moneda, tu propia política, con credibilidad, Defensa, etc. están sufriendo los efectos de la salida.

¿Es reversible?

No. Ni laboristas ni conservadores son anti Brexit. Son pro distintas formas de Brexit.

Allí no hay respeto a Europa. Hay poca gente que defienda la Unión Europea; otra cosa es que quieran el status quo que había antes. Creo que la Unión Europea tampoco está dispuesta a seguir con ese modelo.

Creo que la UE ha aprovechado para reafirmarse en su proyecto, que a mí en muchas cosas no me gusta, pero en su proyecto.

Colabora usted con la Comunidad de Madrid para atraer empresas inglesas que se planteen salir de Londres; ¿tendremos la nueva City?

(Risas) ¡Ese nunca ha sido mi objetivo!  La gente se piensa que la City es Disneylandia. Estamos contentos. No hay Brexit, no sabemos qué va a pasar con el pasaporte financiero ni con los derechos de los ciudadnaos europeos, pero ya hemos traído más de diez empresas que se han instalado en la Comunidad de Madrid.

El Brexit no es un juego de suma cero. No todo el mundo se va a ir a un sitio. Son miles de empresas con distintos objetivos. Está ocurriendo lo que dije: vamos a tener un movimiento empresarial que aprovecharán la oportunidad para expandirse, como tiene toda lógica.

El futuro de los centros financieros, con la revolución tecnológica, van a desaparecer porque ya no hace falta que esté todo el mundo allí.

Vemos que por mucho que moleste a los antieuropeistas, catalizadores como el Brexit o los nacionalismos han fortalecido a la Unión Europea.