Las "start-ups" florecen en Egipto para frenar la emigración de talento joven
Carles Grau Sivera
El Cairo, 19 feb (EFECOM).- Abonar facturas, hallar un empleado doméstico o un taxi femenino a través de apps son algunas de las ideas que miles de emprendedores egipcios han materializado en "start-ups", un sector en alza que ofrece una alternativa laboral para muchos jóvenes que hasta ahora se veían abocados a emigrar.
"Las nuevas generaciones somos muy prometedoras, trabajamos muy duro para tener un futuro aquí", relata a Efe una joven emprendedora egipcia, Aleah Shams.
A sus 25 años, dirige una start-up de limpieza colaborativa que fundó hace dos años y que permite contratar a un trabajador del hogar con solo deslizar el pulgar por la pantalla del móvil.
Empezar el negocio no le resultó fácil porque "el mercado está muy restringido", pero se las apañó para "reinventarse para triunfar" con su empresa y, de paso, evitar la cruzada que supone buscar oportunidades laborales en un Egipto con una tasa de desempleo juvenil del 34,3 %.
El país del Nilo acuna a algo más de 22 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años, de los cuales el 61,4 % desean emigrar a causa del desempleo, su mayor preocupación, según datos de la agencia de estadísticas estatal.
Pero lejos de tirar la toalla, ya son miles de jóvenes que se han arrojado a la piscina del empleo por cuenta propia, a pesar de saber las dificultades que existen en el país, que ocupa uno de los últimos puestos (120) en la clasificación del Banco Mundial que ordena 190 países según su facilidad para hacer negocios.
Shams es consciente de esto, pero asegura que las nuevas generaciones "tienen una mentalidad muy ambiciosa y buscan ser independientes", una motivación que no tenían sus padres, que deseaban estabilidad laboral en grandes empresas.
Precisamente, este cambio de mentalidad es la semilla del panorama de las emergentes en Egipto, que empezó a brotar hace diez años y que ahora se ha convertido en un jardín con cerca de 10.000 pequeñas y medianas empresas tecnológicas, de acuerdo con datos de la Agencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Según apunta a Efe Ahmed el Alfi, presidente de la compañía de capital de riesgo Sawari Ventures, el ecosistema de las empresas emergentes "está creciendo porque cada vez hay menos empleos seguros, los jóvenes buscan flexibilidad para labrar su propio futuro y, aunque hay poca, cada vez hay más financiación".
En 2016 las start-ups egipcias recibieron inversiones de 15 millones de dólares, una cantidad todavía lejana de los niveles de Emiratos Árabes Unidos (27 millones) y a años luz de los 76.000 millones recaudados por las emergentes de EE.UU., según datos de la asociación egipcia Riseup, que aglutina empresas del sector.
De acuerdo con la plataforma empresarial Magnitt, las inversiones en las start-ups egipcias crecieron el 7 % el año pasado, el mayor avance en Oriente Medio.
Para facilitar la financiación, el Gobierno egipcio reformó la ley de inversiones en 2017, medida que se sumó a un préstamo de 1.000 millones de dólares del Banco Mundial para potenciar las start-ups, la mayor fuente de empleo para los jóvenes en el país, según la propia institución.
"La gente se está dando cuenta de que los grandes empleos tradicionales solo solventarán ciertas necesidades laborales y necesitamos formas creativas de encontrar nuevos mercados en los que los jóvenes se desenvuelvan mejor", sostiene Al Alfi.
Como él, el analista económico Angus Blair resalta la necesidad de financiar el talento local porque "las start-ups no son solo alguien con un portátil, son negocios reales que generan empleo real", en un país en el que cada año se gradúan alrededor de 112.000 jóvenes con conocimientos avanzados en programación y software.
A esta cifra se le añade los 20.000 estudiantes que, como el emprendedor Mostafa el Kholy, cada año cruzan la frontera para formarse en el exterior, de los cuales un 80 % pretende volver a Egipto, según datos de la ONU.
"Soy egipcio y esta es mi casa y quería hacer algo para ayudar a mi país", asevera el emprendedor de 26 años, quien estudió en el Reino Unido y regresó para fundar un servicio de taxi exclusivo para mujeres.
Al Alfi asegura que el futuro de los jóvenes pasa por las start-ups, que cada vez ofrecen más opciones en un país con mucho "talento local".