El Pacto de Toledo saltó por los aires la semana pasada. Más de dos años de reuniones y trabajo quedaron sin fruto, que las elecciones del 28-A mandan y no está el asunto como para regalar oportunidades y que otros se apunten los méritos. Y así, a golpe de desacuerdo, España se encuentra con que los dos elementos introducidos en la Reforma de las Pensiones de 2013 para controlar el gasto, como son el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) y el Factor de Sostenibilidad, están desactivados y, en cambio, las pagas vuelven a tener al IPC como referencia para actualizarse.
Sin frenos, por un lado, y con el acelerador pisado, por el otro, los datos constatan un mes tras otro la creciente tensión que siente el Sistema Público de pensiones. Porque los dos primeros meses de 2019 confirman hasta qué punto se está acelerando la ‘factura’. Tras dispararse un 7% en enero, hasta los 9.535 millones de euros, en febrero el importe total de la nómina de las pensiones escala otro 7,15% y alcanza los 9.563 millones. Nunca antes había sido tan alta.
Pero no basta con eso. La situación obliga a analizar con más detalle la evolución de la nómina total. Hace un año fue de 8.925 millones. Hace dos, de 8.660 millones. Y hace cinco no llegaba a los 8.000 millones. Es decir, la evolución es clara, y apunta en una dirección evidente: un desembolso cada vez mayor... y cada vez más veloz. Se ha pasado de incrementos interanuales del 3%, a otros del 5% desde el verano pasado y ahora ya a ese 7%.
"En cinco años, un 6% más de pensiones, por un importe medio un 13,7% mayor, para conducir en una nómina total un 20,7% más lustrosa"
Estos aumentos se basan en dos pilares. El primero, que cada vez se pagan más pensiones. Este febrero, 9,707; el pasado, 9,573 millones; y en febrero de 2014, 9,147 millones. Y el segundo, que no solo cada vez hay más, sino que cada vez son más altas. Este año la pensión media de febrero es de 985,2 euros; el año pasado, de 932,3 euros; y hace cinco, de 866,6 euros. Centrando el foco en las de jubilación, la pensión media llega hasta los 1.131,86 euros; en 2014 era de 993,36 euros. Es decir, en cinco años, un 6% más de pensiones, por un importe medio un 13,7% mayor, para conducir en una nómina total un 20,7% más lustrosa.
Sin olvidar un tercer ingrediente de importancia creciente: durante más tiempo. Es decir, más pensiones y más altas que se pagan por más tiempo por el aumento de la esperanza de vida. Y ninguno de los tres elementos -más pensiones, más altas, durante más tiempo- es pasajero.
Todo ello acelera la trayectoria de España hacia una nómina mensual en pensiones de 10.000 millones de euros al mes. Y lo de acelerar es literal, porque los datos, de nuevo, así lo evidencian.
Saltar de los 6.000 a los 7.000 millones de euros al mes llevó de febrero de 2011 a junio de 2014, más de tres años. Pasar de los 8.000 a los 9.000 millones consumió cuatro años, los que transcurrieron hasta junio de 2018. El siguiente paso, el de franquear esos 10.000 millones, no se hará esperar tanto: puede que no este año, pero no irá más allá del primer trimestre de 2020. Es decir, menos de dos años. El tiempo, desde luego, apremia a las pensiones, aunque las reformas, y quienes deben liderarlas, parecen pensar lo contrario.