La marcha del jefe de diseño, una señal de los nuevos tiempos que vive Apple
La marcha anunciada este jueves del veterano jefe de diseño de Apple, Jony Ive, tiene una importancia simbólica para la firma más allá del adiós al hombre que dio forma al iPhone, ya que es una clara señal de los nuevos tiempos que vive la empresa, cada vez más alejada del hardware.
Con un mercado de teléfonos móviles saturado a nivel mundial (las ventas del iPhone llevan meses estancadas o a la baja) y la competencia de altísima calidad en ordenadores y otros dispositivos provenientes de Asia, Apple ha decidido centrar sus esfuerzos de futuro en los servicios.
Para el fabricante de hardware más popular del mundo, esto es un cambio mayúsculo y la salida de Ive, que llevaba casi tres décadas en la empresa y quien, tras la muerte de Steve Jobs en 2011, había pasado a representar el "espíritu" creativo de Apple, supone una ilustración perfecta de los nuevos tiempos.
Ive llegó a Apple en 1992, cuando la compañía pasaba por sus peores momentos tras la renuncia de su cofundador, Steve Jobs, por desencuentros con la dirección que había tomado la empresa, y pasó a dirigir el departamento de diseño cuatro años más tarde, en 1996.
Tras el regreso de Jobs a Apple en 1997, los dos hombres forjaron una intensa amistad y Jobs dio a Ive una gran cuota de poder, situándolo a los más altos niveles en la empresa y otorgándole casi total libertad para dar forma y cuerpo a las ideas que él tenía.
De la colaboración entre ambos salió, en 1998, el iMac, el primer ordenador de sobremesa de la nueva serie que pervive hasta el día de hoy; y unos años más tarde, en 2001, el iPod, el reproductor portátil de música que contribuyó decisivamente a cambiar el patrón en el consumo musical y a la revolución que ha sufrido esta industria desde entonces.
Pero el producto fruto de ambas mentes que sin duda tendría un mayor impacto en el devenir de Apple y del sector tecnológico, en general, fue el teléfono inteligente iPhone, en 2007, cuyo exitoso diseño, pensado por Ive, es el que se convirtió en la norma dentro de la industria y al que se debe la forma de los teléfonos actuales.
"Jony es una figura singular en el mundo del diseño y su papel en el renacer de Apple no se puede minusvalorar, desde el innovador iMac de 1998 al iPhone y la ambición sin precedentes de Apple Park (el nuevo edificio que acoge la sede de la empresa)", indicó al anunciar su marcha el consejero delegado de la compañía, Tim Cook.
La visión de Jobs y la creatividad de Ive fueron las piedras angulares sobre las que se asentó la época dorada de Apple, fundamentalmente centrada en el hardware y que, en agosto del año pasado, la llevó a ser la primera empresa cotizada de EEUU en superar el billón de dólares en capitalización bursátil.
Ese hito, sin embargo, fue una marca tardía de los mejores años de la empresa, puesto que ya por entonces se podían empezar a vislumbrar algunos nubarrones en el horizonte, fruto del cambiante panorama tecnológico que ponía en jaque el abrumador dominio de Apple si seguía apostando casi en exclusiva por el hardware.
Los pasados meses de enero y abril, Apple presentó sendas bajadas de beneficios respecto al año anterior, unos resultados en los que la caída en las ventas del iPhone (que sigue representando más de la mitad del total de ingresos de la compañía) desempeñaron un papel fundamental.
Consciente de la dificultad que supone seguir compitiendo por mayor cuota de mercado en el mundo del hardware, la empresa de Cupertino (California, EEUU) ha apostado con fuerza por aprovechar la gigantesca y en muchos casos fervientemente fiel base de usuarios con la que ya cuenta para venderles servicios.
Así, en marzo, en lugar de sacar un nuevo iPad o un nuevo MacBook, Apple celebró un evento para la prensa en el que todas las novedades fueron de servicios: Apple TV+, Apple News+, y Apple Arcade.