"Es más fácil ser Nadal que empresario rico porque enseñamos más tenis que finanzas"
- "Las personas más felices no lo son por el simple hecho de que tengan más dinero", según Alfio Bardolla
- El italiano explica que con el bitcóin a 700 dólares algunos "ya hablaban de burbuja"
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¿Quién no ha soñado con ser rico? Este deseo de la mayoría de la población, junto con una complicada situación financiera familiar, es lo que llevó al italiano Alfio Bardolla a interesarse en el manejo de las propias finanzas. Cómo hacer que, ya sean 10 euros o 10 millones, el dinero sirva para ser más feliz y no esclavo de una nómina y las facturas. Años después de aquella catarsis, da cursos de formación por todo el mundo y acaba de publicar ‘El dinero te hace feliz’, donde resume su trayectoria y consejos.
Entusiasta de las novedades tecnológicas, seguidor de las criptomonedas y activo inversor inmobiliario, Bardolla repasa con INVERTIA algunas anécdotas de su biografía, las claves de su método y sus ideas sobre educación financiera, inversión, riqueza y felicidad.
Pregunta (P.): Su libro se titula ‘El dinero te hace feliz’ en lugar de la más conocida frase de ‘El dinero da la felicidad’, ¿es un juego de palabras intencionado?
Respuesta (R.): Efectivamente. Las personas más felices no lo son por el simple hecho de que tengan más dinero, sino porque por su forma de gestionarlo tienen la consciencia de poder controlar y conducir su vida.
P.: Usted habla de que existen tres motivaciones principales para ser rico, ¿hay alguna que garantice más éxito en el empeño de conseguirlo?
R.: Toda motivación para llegar a ser rico nace del miedo de ser pobre, pero la más valiosa es querer aportar valor a la vida de las personas. Normalmente, las personas más ricas son las que han aportado más valor a la vida de muchas personas. Este es el ejemplo del fundador de Inditex, Amancio Ortega, que con ropa bastante económica ha enriquecido a muchas personas en todo el mundo. Lo mismo se aplica a Warren Buffett a través de su compañía de inversión. La cosa más importante, como más fácil se llega a ser rico, es dando valor a la vida de muchas personas.
"Como más fácil se llega a ser rico es dando valor a la vida de muchas personas, como Amancio Ortega o Warren Buffett"
P.: Entonces, ¿no hay posibilidad de ser rico y feliz sin filantropía?
R.: Sí, pero, a un cierto punto, lo que sucede es que cuando tienes mucho surge el deseo de compartir con los que tienen menos para alcanzar un mayor estado de felicidad, porque la felicidad nace de una sensación de crecimiento. Esta sensación nace con facilidad de la contribución a un mundo mejor, que es en lo que consiste la filantropía.
P.: Sin embargo, en su lista de consejos para convertirse en rico incluye invitar a alguien adinerado a cenar una vez al mes. ¿Por qué?
R.: Tomar este hábito por costumbre no es demasiado costoso y una vez al mes es suficiente para conocer su historia, su camino de éxito y también las dificultades que ha encontrado y cómo las ha superado. Es la periodicidad suficiente para llegar a una especie de iluminación y descubrir que, como en el 80% de los casos, ser rico no es cuestión de herencia o suerte, sino de estrategia, sudor y esfuerzo.
P.: Entre sus maestros en la materia nombra a Donald Trump, ¿qué recuerdos guarda de él?
R.: Asistí a una de las ediciones de la ya desaparecida Trump University. Allí era el único italiano. Me resultó verdaderamente interesante por poder encontrarme con una persona que realmente piensa a lo grande. Eso es lo que le ha permitido ser una de las personas más ricas del mundo, que con su llegada a la Casa Blanca no ha hecho más que amplificar su poder. Escucharle y hablar con él te hace ver que también para ti es posible.
P.: En el libro habla de que todos los ricos tienen ciertas actitudes, posturas y formas de comportarse comunes entre ellos, ¿se trata de una regla que también se aplica a Trump?
R.: Trump es muy grande y alto, pero sin duda sigue ese mismo modo de hacer las cosas que tienen las personas seguras de sí mismas, que se sienten a gusto y que de algún modo imprimen una especie de temor reverencial a los que tienen delante. Lo mismo ocurre, con sus muchas diferencias, con Obama. Igual también con Putin, aunque físicamente es mucho más pequeño.
P.: Si pasamos ya a cuestiones más de índole financiero, en el libro habla de inversiones con retornos mínimos del 10%. ¿Dónde es posible encontrar eso hoy?
R.: Obtener una rentabilidad del 10% es incluso muy bajo, pero lo principal es que mucha gente se conforma con los tipos que da el mercado porque no tienen conocimiento de cómo funciona. También muchos delegan en terceros la tarea de poner a producir su dinero.
Hay que dar el salto de la educación financiera, porque ya que el banco no te va a dar nunca estos rendimientos, algo tienes que hacer tú en primera persona. Por ejemplo, si compras una vivienda financiada al 80% por el banco y tú pones el 20%, aprovechando los bajos tipos de interés que tienen ahora las hipotecas se puede conseguir un rendimiento más alto.
P.: Ha nombrado el tema de la educación financiera, ¿cree que hay diferencias en este punto entre españoles e italianos?
R.: Los italianos y los españoles son parecidos en educación financiera, especialmente en lo que a su escasez se refiere. Sin embargo, a decir verdad, se trata de un problema de casi todo el mundo, porque todos nos encontramos con los mismos problemas en tantas áreas de la vida económica y nos topamos con herramientas muy rudimentarias para manejarlos si no tenemos formación.
P.: Menciona de inversión en inmuebles. Desde su punto de vista ¿dónde se dan ahora las mejores condiciones para invertir en ladrillo?
R.: Hay que tener en cuenta que un país es muy grande y no es lo mismo hablar de Cataluña que de Andalucía. Lo importante es focalizarse en las ‘microzonas’ con más actividad. En Italia, me gusta especialmente el área de Roma, donde hay un mercado de oficinas especialmente activo. En España, prefiero Barcelona y el entorno de Marbella, en la Costa del Sol.
"Para hacer riqueza con el 'scalping', hay que estar todo el día delante de un ordenador"
P.: ¿Y qué opinión le merece el ‘trading’ como fuente de riqueza?
R.: Una cosa es el ‘trading’ puntual y otra cosa es el ‘scalping’, que es una de las cosas que no enseñamos en nuestra escuela porque es una profesión. Para hacer riqueza ahí, hay que estar todo el día delante de un ordenador y lo que queremos es hacer que el dinero trabaje para ti, no trabajar por el dinero. No obstante, es cierto que yo he ganado mucho dinero con ello, pero si ganaba comía y si no, no.
P.: En este ámbito, ¿considera que actualmente hay alguna burbuja en el mercado?
R.: Los mercados son cíclicos, así que las burbujas retornan. La última ha sido la de las criptomonedas, que además ha sido muy similar a las de las puntocom. Si eres capaz de ganar cuando todo sube y también cuando baja, estas situaciones también son una oportunidad.
No obstante, hay que señalar que se trata de un mercado de movimientos muy rápidos y violentos, con lo que es más fácil ganar dinero, pero también perderlo. La clave está en no ser forofo, sino en entrar y salir aprovechando los movimientos del mercado, como se podría hacer en materias primas como el oro o el petróleo. En el bitcóin entré por primera vez cuando cotizaba a 700-800 dólares, y ya había gente que hablaba de burbuja.
P.: Usted habla también de la importancia de estar en el lugar oportuno en el momento oportuno con las personas oportunas. ¿Cómo se puede procurar esto?
R: Es más fácil ser un Nadal o un Federer que un empresario rico, porque enseñamos más tenis que finanzas a los niños. El objetivo de esta educación financiera no ha de ser ganar 10 millones de euros, sino tener una mayor calidad de vida, conseguir la libertad financiera.
El primer obstáculo para este fin es el miedo, que se concreta primeramente en el diálogo interno, el miedo al fracaso. Además, hay que tener claro qué se quiere, algo que es difícil, porque en la mayoría de casos sabemos qué es lo que no queremos, pero no sabemos qué deseamos. Otro impedimento es que estamos muy enfocados al corto plazo, a conseguir ganancias ahora o aparentar lo que no tenemos en lugar de aspirar y esperar mayores recompensas y reales más adelante.