Repetir las elecciones podría deteriorar la confianza en la economía española
Madrid, 8 jul (EFECOM).- La incertidumbre sobre el futuro Gobierno no afecta de momento a la economía española, que sigue gozando de la confianza exterior, aunque los analistas consultados por Efe temen que una repetición de las elecciones pueda empezar a minar las expectativas internacionales.
Para algunos analistas una de las peores señales que se podría enviar es el mantenimiento de la actual prórroga presupuestaria de las cuentas de 2018, ya que no lograr apoyos suficientes para aprobar unos nuevos presupuestos para 2020 generaría mayor inestabilidad.
"Sería la constatación de que no hay una mayoría de gobierno estable y que justo en el arranque de la Legislatura no es posible apoyar el presupuesto, y eso claramente generaría más incertidumbre, aumentaría la prima de riesgo y generaría seguramente una situación de inestabilidad política mayor de la actual", dice el analista Gonzalo García, de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
También para el director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, Raymond Torres, la ausencia de presupuestos podría llevar a los inversores internacionales a pensar que no se van a poder realizar reformas.
Discrepa el director de Análisis Económico de IE Bussines School, Rafael Pampillón, que considera que mantener los presupuestos prorrogados "no es necesariamente malo" para una economía a la que podría sentar peor unas cuentas expansivas en gasto público y con mayores impuestos que frenen la actividad.
"Todavía hoy la economía española se beneficia de un plus de confianza respecto a Italia, e incluso respecto a Francia", asegura Torres (Funcas), que considera que la parálisis política no ha tenido "un impacto evidente".
Sin embargo, opina que unas nuevas elecciones podrían poner en cuestión el mantenimiento del crecimiento económico, lo que sí tendría un impacto negativo sobre las expectativas internacionales respecto a la economía española.
García (AFI) señala que aún es pronto para saber si la ligera ralentización de la actividad que se ha observado en el segundo trimestre es consecuencia de la parálisis política.
A su juicio, la repetición en junio de 2016 de las elecciones generales de diciembre de 2015 no tuvo efecto alguno en la economía española, si bien recuerda que el ritmo de crecimiento en aquel momento era superior al actual, por lo que cree que una repetición electoral ahora sería más perjudicial.
Al respecto, Pampillón (IE) explica que las circunstancias ahora son distintas a nivel global y que es el deterioro internacional el que frena la economía española, que por otra parte "va bastante bien, con crecimiento alto y generación de empleo".
No obstante, reconoce que aunque por ahora no se nota la parálisis política puede terminar afectando a la inversión extranjera "y a que no sabemos muy bien las reglas del juego".
"Lo que esperan los inversores nacionales e internacionales es mayor claridad en cuanto a la senda de reformas que vaya a hacer el nuevo Gobierno", dice Torres (Funcas), que cree que a los mercados les preocupa más el objetivo de las reformas que el diseño concreto de las mismas.
La inversión internacional alcanzó un récord en 2018 en 46.827 millones de euros brutos, un 71 % más que el ejercicio previo, lo que unido a unos tipos de interés de la deuda pública en mínimos históricos demuestra que se mantiene la confianza en la economía española, según García (AFI).
En caso de que haya un nuevo Gobierno socialista, García considera que hará un política económica coherente con lo que ha hecho en los últimos meses, en los que el discurso en torno a la reforma laboral del PP de 2012 ha pasado de querer derogarla a cambiar solo los aspectos más lesivos, para terminar reconduciendo el debate hacia una reforma más genérica del Estatuto de los Trabajadores.
Para Torres (Funcas) hacer reformas en el ámbito de la educación, de la innovación, del mercado laboral o del sistema impositivo es ahora mismo más importante que la disciplina fiscal, toda vez que España está fuera del llamado "brazo correctivo" de Bruselas al haber recortado el déficit público por debajo del 3 % del PIB.
En su opinión, lo más importante es sacar adelante una reforma que permita generar empleo estable y acercarlo a las necesidades de las empresas, así como una reforma fiscal para lograr recaudar más, con una revisión de las deducciones a empresas y de las bonificaciones al empleo.
En cambio para Pampillón (IE) es prioritaria la reforma de las pensiones para lograr que el sistema sea financieramente viable a largo plazo, ya que de lo contrario "habrá que subir mucho los impuestos en detrimento de la actividad económica".