Madrid es, hasta el día 13 de diciembre, la capital mundial del medio ambiente. La ciudad española es la sede de la COP25, la Cumbre del Clima que, al amparo de la ONU y bajo la presidencia de Chile, analiza el problema del cambio climático desde distintos frentes y busca soluciones comunes para revertir un problema que amenaza al planeta.
Casi cada día conocemos datos acerca de cómo las temperaturas medias en el planeta no dejan de subir. Por ejemplo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha publicado en la misma cumbre un informe en el que los números apuntan a que este 2019 pasará a la historia como uno de los años más cálidos desde que se tienen registros. Aunque el incremento pueda parecer nimio -apenas un 1,1º-, la tendencia acumulada durante décadas augura un futuro no demasiado lejano en el que el calentamiento global provoque una subida del mar irreversible en muchas zonas del planeta, fenómenos atmosféricos más impredecibles o destructivos, deshielo incontrolado en zonas polares o desertificación en otras áreas del mundo.
Este contexto exige acciones inmediatas. Por eso, estas cumbres anuales pretenden poner en marcha soluciones en todos los ámbitos para paliar el problema. Además, se ejerce una labor de sensibilización con la que concienciar más a la ciudadanía. Y es que, aun a pequeña escala, cada acción cuenta en esta batalla contra el cambio climático.
El papel protagonista de las grandes empresas
Los Gobiernos tienen un papel principal en esta tarea pero también las grandes empresas. Y Telefónica, de acuerdo a su liderazgo en el mercado de las telecomunicaciones, ha asumido desde hace tiempo su rol protagonista y no ha dudado en sumarse a ejercer una actividad más responsable y sostenible en toda su actividad. Además, también participa activamente en la COP25 al ser el partner tecnológico de la conferencia.
El evento anual se tenía que celebrar en Chile pero, dada la situación política en el país americano, Madrid se ofreció para organizar el evento con apenas semanas de antelación. Al reto del contenido durante las reuniones se añadió uno más inmediato: el poner en marcha la infraestructura necesaria para dar cobertura a un evento en el que hay cientos de participantes de todos los rincones del mundo y ofrecer las máximas garantías en las comunicaciones. Durante toda la cumbre, Telefónica proporciona conectividad fija y móvil y presta sus servicios a través de sus GOAS (Grupo Operativo de Operaciones Singulares). Además, se encarga de garantizar la ciberseguridad de las comunicaciones para que nada falle en esta importante cita por el clima.
El presidente de la compañía, José Mª Álvarez-Pallete, intervendrá en la conferencia el día 11 para reafirmar el compromiso de Telefónica con el medio ambiente. Es una apuesta que habla por sí sola: en España, toda su actividad está alimentada con energía 100% renovable y puede presumir de que, gracias a su red de fibra, ha evitado a la atmósfera una cantidad de carbono similar a la que pueden capturar en tres años casi un millón de árboles.
La sensibilización, el primer paso
Durante los días de la cumbre, y al margen de su concurso en la parte técnica, Movistar+ lleva a cabo una campaña de sensibilización con el mensaje #TeQuieroVerde y personaliza sus canales y la imagen de la plataforma. Además, su programación durante estos días incluye más de 130 horas de contenidos relaciones con la cumbre entre documentales, programas de producción propia o películas. En paralelo, el popular rascacielos de la empresa en la Gran Vía madrileña se teñirá de azul mientras dure la COP25 para llamar la atención de los ciudadanos "sobre la urgencia de tomar medidas".
Telefónica lleva más de una década trabajando en esta dirección en busca de la mayor eficiencia en su actividad de tal modo que sea lo más sostenible y respetuosa posible con el medio ambiente. La Cumbre del Clima de París en 2015 marcó un hito, puesto que fue allí donde se firmó un acuerdo que marcaba objetivos de emisiones de cara al futuro. Comprometida con aquellas citas, la empresa de telecomunicaciones aceleró la puesta en marcha de medidas y, fruto de ello, pudo celebrar que conseguía su propósito dos años antes del horizonte de 2020 que marcaba el documento.
Pero este camino en favor del planeta exige no cejar en el empeño y por eso se redobló la apuesta por la eficiencia energética. Gracias a eso, Telefónica transporta actualmente a través de sus redes el triple de datos que en 2015 usando la misma cantidad de energía.
Una historia de sostenibilidad
Es el fruto de una planificación iniciada años antes, en 2010, cuando se pusieron en marcha 740 proyectos de eficiencia energética que anticiparon muchas de las actuaciones que se han puesto en marcha en la actualidad. Por ejemplo, el uso de energías renovables para sus instalaciones, que si bien alcanza el 100% en España y Brasil, se sitúa en el 58% a nivel mundial, lo que equivale al consumo medio anual de 925.000 hogares.
Además, Telefónica ha abierto otro camino en pos de la sostenibilidad: la digitalización, que ayuda a empresas y ciudades a optimizar sus recursos, a ahorrar energía y agua, y a mejorar la gestión de los residuos. Estas soluciones permiten reducir la contaminación y ayudar a que nuestro medio ambiente sea mejor y tenga un futuro que, a la luz de las estadísticas, está en peligro. Que no sea así depende de todos.