El Banco de España lo deja claro. El mal inicio de año por el impacto de la tercera ola de la pandemia y las nuevas restricciones “nos hacen ser más pesimistas a corto plazo”. Así lo asegura el director general de economía del Banco de España, Óscar Arce, que confía en que la recuperación se produzca ya a partir de la segunda mitad del año. Todo dependerá de las vacunas y del correcto uso de los fondos europeos. "Si esto no sale bien, la unión fiscal entrará en vía muerta", advierte.
Durante unas jornadas organizadas por la AEB para analizar el papel de la banca ante la reconstrucción de la economía, Arce afirmó que la evolución reciente de la pandemia supone un riesgo notable sobre el crecimiento económico en los próximos meses. En este contexto, consideró que “el aumento progresivo de la población vacunada y la puesta en marcha de proyectos de inversión ligados al programa europeo Next Generation EU (NGEU) deberían favorecer una aceleración significativa de la recuperación en el segundo semestre”.
El mal inicio de año ha dado lugar, según indica, “a un reequilibrio de los riesgos a la baja”, insistiendo en la necesidad de ser especialmente “rigurosos y cuidadosos” en la selección de los proyectos a los que vayan destinados los fondos europeos. En este sentido, hizo referencia a la necesidad de que no “ir con prisa” en el reparto y que no solo se ayude a las empresas con la inyección directa de estas partidas, sino también a través del capital humano. “Es necesario mejorar las habilidades de nuestros trabajadores”, explicó durante su intervención en el debate.
A su juicio, esta apuesta europea “sin precedentes” debe ser el embrión para una verdadera unión fiscal europea. “Si esto no sale bien, esa aspiración entrará en vía muerta… nos jugamos que el proyecto europeo avance”, asegura.
Arce también destacó el papel que la banca puede tener a la hora no solo de canalizar los fondos europeos, sino también en la selección de proyectos. “El sector bancario español tiene que jugar un papel fundamental a la hora de implementar la pata financiera de los fondos europeos. Sabemos muy poco de cómo se va a instrumentar esa pata, pero la banca debe jugar un papel clave, sobre todo en una economía como la española, muy bancarizada y en la que las entidades trabajan y conocen el día a día de las empresas”, asegura.
Tal y como advierten ya desde los organismos reguladores y supervisores europeos, el Banco de España considera que en esta fase de la crisis, y después de que muchas empresas hayan conseguido financiación en “condiciones holgadas“, ahora puede haber problemas de solvencia “con el alargamiento de la crisis”. “Aquí la banca también tiene un papel fundamental, pues son los que tienen la información y los incentivos para guiar la estrategia de reforzamiento de los recursos propios. Al final, estamos hablando de la supervivencia de sus propios clientes”, indica.