Un 9,8%. Es la tasa del IPC durante el pasado mes de marzo. Vivienda (influenciada por la electricidad), transporte (por la subida de carburantes), alimentos y bebidas no alcohólicas, y hoteles, cafés y restaurantes han sido los principales 'culpables' de que los más viejos del lugar echen la vista atrás hasta 1985.
Hace 37 años, el IPC arrancó el año con una subida interanual del 9,4%. Y fue creciendo hasta alcanzar en abril su máximo: 10,2%. Al mes siguiente, se situó en el 9,9%. A partir de entonces fue bajando paulatinamente para cerrar el año en el 8,2%. Es decir, que los españoles fueron casi un 10% más pobres cuando tomaron las uvas para dar la bienvenida a 1986, que cuando hicieron el mismo gesto para arrancar 1985.
Eso no quiere decir que fuese el peor año. A principios de esa década, la tasa llegó al 15%. Peccata minuta si se compara con 1977. Ese año, la inflación media fue del 24,4%. Por tanto, adiós a una cuarta parte de lo que se ganaba. Algo que no se podía tolerar, de ahí que los sindicatos clamasen al cielo y tomaran las calles.
Turbulencias económicas
¿Cómo era la vida en 1985? ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Para dar respuesta, nada mejor que empezar por saber cuánto ganaban los españoles. El salario mínimo interprofesional se situó en 37.170 pesetas mensuales. Al año, multiplicado por 14 pagas, 520.380 pesetas.
Según los datos del Ministerio de Hacienda, el salario medio estaba sobre 1.400.000 pesetas. Aunque predominaban los de 800.000 pesetas. Sin olvidar la tasa de paro: ese año llegó al 21% de la población activa. Por tanto, tres millones de personas hacían cola en el Inem. Es decir, España vivía una crisis de aúpa. Cada año, unas 300.000 personas perdían su empleo.
Fue ese año cuando el Gobierno intervino el Grupo Rumasa (luego vendría el famoso 'que te pego, leches' de José María Ruiz Mateos al ministro Miguel Boyer). Un ministro que, por cierto, acabó abandonando el cargo ese mismo año. Las quiebras de empresas eran el pan nuestro de cada día. Ensidesa pasó a mejor vida. Seat se vendió a Volkswagen.
Hasta los bancos. Banca Catalana no resistió los embates de la crisis. Como tampoco lo hicieron muchas cooperativas de viviendas, que dejaron a sus cooperativistas con una mano delante y otra detrás.
Hablando de vivienda, acceder al crédito no era tan fácil como ahora (ni tan barato). El tipo hipotecario de los años 80, el llamado míbor, estaba sobre el 17%. Un pastón en intereses. De ahí que el 35,5% de los españoles que quería adquirir la casa de sus sueños prefería tirar de hucha y pagarla al contado. El 16,7% la pagaba a plazos, y el 47,8% pagaba una parte al contado, y el resto, a plazos.
El precio del suelo de vivienda nueva, a mediados de la década de los años 80, era de 326 euros el metro cuadrado. Para un piso de unos 80 metros, el desembolso era de unos 3,5 millones de pesetas. Pagar la entrada suponía entre el 10% y el 15% del precio. Más baratas eran las viviendas de protección oficial. Además, los intereses que tenían que pagar rondaban el 11%. Comprar ese piso en la zona centro de Madrid costaba alrededor de 5,25 millones de pesetas.
El coche del año
A quien no le fueron tan mal las cosas ese año, en el plano empresarial, fue a Renault. La marca francesa era la favorita de los españoles. La firma del rombo vendió ese año 168.565 coches, muy por delante de Ford (74.798), Seat (64.692), Opel (60.542) y Peugeot (49.826).
¿El modelo favorito? Ahí Renault, como no podía ser menos, ganó la partida con el Renault 11 con 74.587 coches vendidos. Su precio rondaba el millón de pesetas, dependiendo de las motorizaciones. A continuación, el Opel Corsa (44.457 unidades), el Peugeot 205 (41.292), el Renault 5 (33.418) y el Ford Fiesta (28.388). El galardón del coche del año fue para el Peugeot 205.
¿Y cuánto costaba 'dar de comer' a estos vehículos? El precio medio del litro de gasóleo costaba 62 pesetas, mientras que el de la gasolina se situó en 93 pesetas. Los consumos, por cierto, se situaban bastante por encima de lo que lo son hoy en día.
A modo de curiosidad, en las radios de estos ingenios mecánicos la música que sonaba era el 'Amante bandido' de Miguel Bosé; 'Material Girl', de Madonna; 'Voy a mil', de Olé Olé; o 'Cómo pudiste hacerme esto a mí', de Alaska y Dinarama. Todos ellos fueron números 1 en 'Los 40 principales'.
La cesta de la compra
Casa, coche y curro. Como no estaban al alcance de la mano para todos, el Gobierno de Felipe González quiso hacerles un guiño y ponérselo un poco más fácil. Así, el 17 de octubre de 1985, se celebró el primer sorteo de la lotería primitiva. Sus premios podían llegar a los 1.000 millones de pesetas.
Bromas aparte, hay que hablar de la cesta de la compra. Un bote de Cola Cao, de 900 gramos, costaba 379 pesetas; una pistola de pan, 18 pesetas; dos litros de aceite de girasol (ese que ahora tanto escasea), 319 pesetas; y un kilo de arroz, 89 pesetas.
La Nocilla (105 pesetas); el papel higiénico (el que voló de los estantes al principio de la pandemia), doce rollos, 184 pesetas; el kilo de garbanzos, 189 pesetas; un kilo de azúcar, 87 pesetas; y una botella de ginebra Larios, 389 pesetas.
Los dodotis, el pack de 40 unidades, 999 pesetas; la lejía, 79 pesetas; cinco kilos de detergente para la lavadora, 449 pesetas; la pasta de dientes, 169 pesetas; y el suavizante para la ropa, 299 pesetas.
Estos son los precios que recoge un catálogo de un supermercado de la época. En ropa, un pantalón de niño valía 999 pesetas; un suéter de caballero, 1.395 pesetas; la falda de señora, 1.495 pesetas; y los zapatos, tanto para él como para ella, 999 pesetas.
La televisión de 14 pulgadas costaba 41.900 pesetas, mientras que la de 20 pulgadas se iba hasta 69.900 pesetas. Por cierto, y para nostálgicos, las mejores series de ese año fueron 'Luz de luna' (protagonizada por Bruce Willis y Cybill Shepherd) y MacGyver. El equipo de hi-fi de 20 W tenía un precio de 49.900 pesetas; una plancha, 1.795 pesetas; una vajilla de 42 piezas, 5.995 pesetas; y un colchón de 135 cm, 9.995 pesetas.
Por cierto, para nostálgicos (y para quienes no vivieron esos años), el Gobierno del PSOE llevó a cabo una serie de medidas para salvar a la Seguridad Social del colapso económico. Entre ellas, una nueva fórmula para calcular las pensiones.
Así, por ejemplo, se tendrían en cuenta los ocho últimos años cotizados, no dos, como sucedía con anterioridad. Nicolás Redondo, entonces secretario general de UGT, comenzó a despegarse del PSOE por ello. El 1 de enero de 1986 se hizo efectivo el ingreso de España en el Mercado Común Europeo.
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