Evolución del techo de gasto.

Evolución del techo de gasto.

Economía

Por qué los gobiernos socialistas siempre gastan más que los de derechas cuando hay crisis económica

Los de derecha son más reticentes a romper las reglas del déficit y los límites de deuda mientras que los de izquierda priorizan el gasto social.

31 julio, 2022 02:12

El Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos acaba de aprobar un techo de gasto para las administraciones públicas de 198.221 millones de euros para 2023. Se trata de un 1,1% más que en 2022. Dicho de otra manera, la mayor cifra de la historia.

De esta forma, se sigue una premisa que ha venido sucediendo a lo largo de la reciente historia: los gobiernos socialistas siempre gastan más que los de derechas. Sobre todo si hay crisis económica. ¿Por qué? Son varios los motivos.

“El primero es un tema ideológico”, afirma Javier Collado, profesor de Economía del grupo CEF-Udima, experto en administraciones públicas e inspector de Hacienda del Estado. Y añade: “Los gobiernos socialistas consideran que el dinero público no es de nadie. Tienen esa sensación de que el dinero es prácticamente gratis, por lo que gastan más”.

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También se debe a que están a favor de las teorías keynesianas. “Keynes propugnaba que los gobiernos no bajaran los impuestos durante los tiempos de bonanza para poder ahorrar y ese excedente gastarlo en periodos de crisis”, explica Javier Rivas, profesor de EAE Business School.

Sin embargo, el keynesianismo hoy no se entiende así. “La mayor parte del incremento del gasto se realiza con cargo a una mayor deuda pública-déficit”, añade Rivas.

Diferencias

Es en este último mensaje donde se pueden centrar las diferencias entre la izquierda y la derecha. “Los segundos son más reticentes a romper las reglas del déficit y los límites de deuda sobre el PIB. Mientras que los primeros, cuando hay una crisis, priorizan mantener el gasto social y piden flexibilidad con las normas”, sostiene el profesor de EAE Business School.

También influye en la percepción que los gobiernos de izquierda muestran más su reticencia a bajar los impuestos en momentos de crisis. En muchos casos prefieren subvencionar al consumidor o a la empresa. Un claro ejemplo son los 20 céntimos de la gasolina. “Una medida más sencilla hubiera sido recortar algunos de los impuestos que gravan los hidrocarburos”, indica Javier Rivas.

¿Qué ocurre? “Que, entre medias, se va creando también un incremento del gasto por la ineficacia en la gestión. Por eso, otros gobiernos optaron por ayudas directas, no por intermediaciones. Procesos en los que siempre se va dinero en burocracia o en tiempo. Pero, al mismo tiempo, mantienes la tensión sobre la población subsidiada”, afirma Javier Morillas, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad CEU-San Pablo.

A lo que hay que añadir el intento de mantener o mejorar las ayudas a los colectivos más desfavorecidos: el cheque mensual de 200 euros a las familias más vulnerables, el bono cultural joven de 400 euros… Todo en un entorno de reducción del PIB (y, por ende, de ingresos por impuestos). Circunstancias que refuerzan esa sensación de mayor gasto público.

Gráfico que muestra cómo la derecha recorta el déficit y la izquierda lo agranda.

Gráfico que muestra cómo la derecha recorta el déficit y la izquierda lo agranda.

Volviendo a Keynes, este decía que, a través del gasto del sector público, se reactiva la economía y se puede salir de la crisis. “Es correcto pero solo en una parte. Para que sea así, lo que tú gastas tiene que ser rentable. Tiene que ser algo que genere rentabilidad a los agentes económicos a los que les das el dinero”, argumenta Javier Collado. Es decir, que el dinero se dé con un criterio analítico. No lo que sucedió con el Plan E de Rodríguez Zapatero, cuyo primer desembolso fue de 8.000 millones de euros.

Déficit

Si se repasan las estadísticas, y dejando a un lado los gobiernos de Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo, cuando Felipe González accedió a la presidencia del Gobierno el déficit público (diferencia entre ingresos y gastos del Estado) era el 5,64% del PIB. Traducido a euros, dicho déficit era de 7.121 millones de euros. En 1995 (abandonó el cargo en mayo de 1996), se situó en el 6,79% (31.267 millones de euros).

En 1997, José María Aznar logró bajarlo hasta el 3,86% (20.028 millones). En 2004, su último año al frente, acabó en el 0,11% (941 millones de euros). Una situación, la de aprovechar la corriente, de la que se benefició José Luis Rodríguez Zapatero en sus primeros años.

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Entre 2005 y 2007, el superávit fue de 11.421, 21.322 y 20.287 millones de euros, respectivamente. Pero, en estas, llegó 2008 y el déficit se disparó hasta los 50.731 millones de euros (4,57% del PIB). Un año después se situó en 120.576 millones (11,28% del PIB).

“Hasta que tuvo que sacar una ley para reducir el salario a los funcionarios un 5% y congelar la mayor parte de las pensiones. Sin olvidar el Plan E, un gasto keynesiano. ¿Tenía algún efecto multiplicador pintar las fachadas de los polideportivos? No”, mantiene Javier Morillas.

Cuando Zapatero dejó el Ejecutivo, Mariano Rajoy recibió una ‘herencia’ de déficit público del 9,74% del PIB (103.606 millones). En su primer año, llegó al 11,55% del PIB (119.100 millones de euros). Pero, al siguiente, la rebajó al 7,53% (76.838 millones). El año que tuvo que abandonar (2018), tras la moción de censura, dicho déficit estaba en el 2,59% (31.224 millones).

Desde que Pedro Sánchez tomó las riendas del Gobierno, el déficit público ha sido del 3,06% en 2019; del 10,27%, en 2020; y del 6,87%, en 2021. En euros, han sido 38.116, 115.200 y 82.819 millones, respectivamente.

Sánchez y Zapatero, durante un congreso socialista.

Sánchez y Zapatero, durante un congreso socialista. Jorge Barreno

“Si cogemos las últimas legislaturas de Felipe González y las de Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez la seña de identidad es el aumento del gasto de manera descomunal, indiscriminada, sin mirar dónde se da el dinero”, manifiesta Javier Collado.

Algo que Javier Morillas define como keynesianismo vulgar: “Se piensa que incrementando el gasto va a crecer la demanda agregada y eso va a generar empleo. Pero, claro, es que el gasto depende de dónde se haga. Por eso, en economía, diferenciamos entre gasto productivo e improductivo. O lo que es un gasto y lo que es una inversión. El keynesianismo vulgar piensa que todo gasto puede tener un efecto multiplicador”. Y no siempre es así. El Plan E lo demuestra.

Otras razones

Para explicar el comportamiento de derecha e izquierda respecto al gasto, un buen ejemplo sería el del padre que reparte el dinero entre sus hijos. Si a todos les da la misma cantidad, eso sería socialista. De derechas sería dar más a aquel hijo que lo va a gastar en formación que a aquel otro que decide gastarlo en fiestas, por ejemplo. Es decir, está bien gastar pero hay que ver dónde se gasta.

Otra razón que explica ese mayor gasto de los gobiernos socialistas, y que se ha visto a lo largo de los diferentes gobiernos, es que los de derechas han tenido en los puestos donde se acaba decidiendo el gasto a funcionarios de carrera expertos en el área o a gente reputada del ámbito privado.

Mariano Rajoy y José María Aznar.

Mariano Rajoy y José María Aznar. Efe

“Gente muy técnica que es muy consciente de que el dinero no se puede malgastar”, apunta Collado. “Sin embargo, los gobiernos socialistas, sobre todo los últimos, suelen poner muchas veces a gente sin ninguna experiencia técnica en el ámbito que están gestionando”.

A ello habría que añadir lo que Javier Morillas define como la creación de una red clientelar. “En la época de gobiernos socialistas se tiende a incrementar siempre el número de ministros, por ejemplo. O de diputados. O lo que ha pasado en Andalucía. Más las subvenciones a ONG o a sindicatos. Simple captación de voto. Es muy difícil reducir gasto cuando no predicas con el ejemplo”, explica.

Por tanto, la afirmación de que los gobiernos socialistas gastan más que los de derechas es bastante recurrente. Hay factores, como se ha visto, que lo sostienen. Pero también es cierto que ha quedado impregnado en el acervo popular que los gobiernos de derechas realizan recortes y ajustes. Y todo por adecuar el gasto al nivel de ingresos. Porque no se puede estar viviendo gastando más de lo que se ingresa.