La sequía obliga a España a importar cereales, verduras, azúcar y café a precios más altos que nunca
La FAO advierte de que la factura mundial de importaciones alimentarias alcanzará en 2023 nuevo récord: casi dos billones de euros.
19 noviembre, 2023 02:48La sequía obliga. España debe importar este año más trigo, maíz y cebada. Serán necesarios alrededor de 20 millones de cereales, que es el equivalente necesario para suplir el recorte del 40% de producción de nuestro país como resultado de la escasez de agua, que se ha cebado también con el arroz, las zanahorias, el brócoli o la coliflor.
Comprar lo que se requiere, sin embargo, costará más que otros años, porque nunca ha sido mayor el coste de importar alimentos como en 2023. Lo dice la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su informe Perspectivas alimentarias, una publicación semestral actualizada en los últimos días con datos sobre producción, comercio, utilización y existencias de los principales alimentos básicos.
Y entre sus principales conclusiones guarda una advertencia: la factura global de las importaciones de alimentos "alcanzará un nuevo récord" este año. Ascenderá a dos billones de dólares (casi dos billones de euros), un 1,8% más que en 2022. En cifras absolutas supone un aumento de 35.500 millones de dólares.
Los motivos
¿Por qué? El aumento del coste de las importaciones de alimentos viene determinado por la interacción de dos elementos clave: precios y cantidades.
Explicado en pocas palabras, algunas veces se vuelve más caro comprar fuera porque la cotización de un producto en los mercados se ha elevado, como suele suceder algo tan básico como el azúcar, y otras veces se encarece importar porque se eleva la demanda de un alimento, como ocurre con los cereales.
En 2023 han pasado las dos cosas. Pero destaca sobre todo que, por primera vez desde 2020, la factura general sube más porque se demanda un mayor volumen de ciertos alimentos, aunque otros hayan visto importantes alzas en su cotización.
Es lo que ha pasado con las semillas oleaginosas (de girasol, soja o colza), los productos lácteos y los cereales, que son más caros de importar en gran medida porque el volumen demandado es superior a otros años.
Mientras, en el caso de otros productos como frutas y verduras, bebidas, azúcar, café, té, cacao o carne los altos costes que se observan se deben "principalmente al efecto precio". Es decir, por subidas en su cotización.
Vistos los motivos llegan las consecuencias, que afectarán a España y al resto de países considerados de altos ingresos. Porque son este grupo de Estados, dice la FAO, que pagarán la mayor parte de la factura: representarán el 62% de la cuenta de importación de alimentos, mientras que países con ingresos medio-altos serán otro 25%. Los países de ingresos medio-bajos y bajos, por su parte, perderán peso en sus importaciones.
Qué necesita España
¿Y qué comprará nuestro país? Planas avisó en septiembre la necesidad de adquirir unos 20 millones de toneladas de trigo blando para pan, maíz para alimentación animal y cebada para consumo humano y animal.
Algo imprescindible para atender la demanda existente en nuestro país. La producción de cebada se ha reducido un 39% y la de trigo blando ha caído un 36%.
Pero no son los únicos cultivos afectados por la sequía. La escasez de lluvia también ha impactado en al arroz del Bajo Guadalquivir, que no se ha sembrado. Cabe recordar que de la provincia de Sevilla sale en un año normal el 40% del grano nacional.
En esta zona, además, se renunció a sembrar tomate de industria u otros hortícolas, como zanahorias, brócolis o coliflores.
Carencias
En cualquier caso, no sería novedoso que se saliera a comprar fuera para cubrir estas carencias. Con los cereales es ya una tradición, dado que España un país marcadamente importador por la alta demanda. El problema es que tiende a desembolsar cada año más dinero.
En 2022, según datos del Ministerio de Agricultura, la factura de la importación de cereales ascendió a 6.224 millones de euros. Esta cantidad supone prácticamente el doble que en 2021, cuando las importaciones se quedaron en 3.357 millones de euros.
Es una tendencia que se da también en otras categorías en las que España sí es predominantemente exportadora y que este año han sufrido más por sequía, como es el caso de las hortalizas y legumbres. De nuevo, cada año se va gastando una cantidad mayor en importarlas: en 2022 fueron 1.749 millones de euros, un 9,2% más que en el año anterior.
En cuanto al arroz, el 2022 quedó en la historia como el año en que gastamos más en importar que lo ingresado por exportar. Desembolsamos entonces 262,7 millones de euros para comprar arroz a otros países, un 70% más que el año anterior, frente a 226 millones que ingresamos por venderlo fuera de nuestras fronteras. El motivo, como sucede en anteriores casos, es que producimos cada vez menos.
El Niño, un factor a tener en cuenta
Todo este escenario que analiza la FAO se sustenta además sobre una predicción aún incierta: cómo afectará a la producción mundial de materias primas agrícolas el fenómeno de El Niño, que provoca sequía, altas temperaturas e inundaciones en diferentes partes del mundo en las que se concentran cultivos claves como arroz o para la producción de azúcar.
También está afectado el maíz, el café, la patata, la quinoa, el cacao, los cereales (vitales para el ganado)... Que se vean impactados repercute en los precios que llegan a Europa. Y por ahora no se sabe cómo golpeará El Niño en 2024 en estos cultivos, aunque ya ha provocado un alza de las cotizaciones de azúcar.
Si su impacto acaba por afectar a las materias primas citadas, 2024 será un año en el que será todavía más caro adquirir alimentos.