Agricultores descansan sobre sacos de cebollas en un mercado de la India.

Agricultores descansan sobre sacos de cebollas en un mercado de la India.

Economía

China comprará menos carne y la India vegetariana se disparará: arranca una década de reto comercial para España

La India y el sudeste asiático serán en 2032 el mayor vector en la demanda de alimentos. El cambio no beneficia a las exportaciones españolas.

3 julio, 2024 02:10

Se avecina una década de desafío para las exportaciones agroalimentarias españolas, que en 2023 lograron una cifra de ensueño: 70.430 millones de euros, un 3% más que el año anterior y un 80% más que la década precedente. A nuestro país le salen las cuentas del comercio agro, con un saldo positivo de hasta 15.470 millones el año pasado que se logran, sobre todo, porque vendemos mucho a Francia y Alemania y, fuera de la UE, a Reino Unido, Estados Unidos y China.

Hortalizas, aceites y carnes son los productos que más nos compran estos tres países, respectivamente, aunque por su envergadura destaca el peso de China. El mayor mercado agrícola del mundo nos compra el 20% del total del porcino que vendemos fuera de nuestras fronteras, motivo suficiente para que se encendieran las alarmas cuando asomó la vendetta comercial. Pero en realidad es solo un adelanto: este intercambio, como otras partidas, tendrán que adaptarse para asimilar los cambios de la próxima década en el comercio mundial de alimentos.

Y no son cambios pequeños. China comprará menos carne y la India y el sudeste asiático le superará como la zona del mundo en la que más acelere la demanda de alimentos, aunque ajustado a sus preferencias, que son mayoritariamente vegetarianas: quieren arroz, trigo, legumbres, productos lácteos y aceites vegetales.

Son las tendencias que identifica el informe 'Perspectivas Agrícolas 2024-2033', elaborado por la OCDE y la FAO, que esbozan lo que se puede esperar en los próximos diez años para los mercados de productos básicos agrícolas y pesqueros a escala nacional, regional y mundial.

Con el panorama que pintan, el peso de las diferentes partidas que se exportan desde España, que ahora lideran las carnes, aceites, frutas, hortalizas (estas dos últimas preferentemente para la UE) cambiará durante la próxima década. 

China quiere menos carne

El mayor cambio vendrá por la paulatina reducción en la demanda de carne de China. El país ya no necesitará importar tanto: se espera que su producción propia crezca un 14% durante los próximos 10 años y que 80% de la carne adicional producida será de cerdo.

Se cierra así un ciclo ascendente de compras que benefició sobre todo a España y que tuvo su origen en la peste porcina africana que sufrió en su territorio en 2018. 

Cerdos a dieta y otras inventivas de China para capear la guerra comercial

Cerdos a dieta y otras inventivas de China para capear la guerra comercial

Dos años más tarde nuestro país marcaba el pico de exportación de porcino a China, con 1,34 millones de toneladas que se redujeron progresivamente hasta las 542.000 toneladas del año pasado.

Pero ahora, con las piaras ya recuperadas, la FAO y la OCDE estiman que las importaciones de carne a la región bajarán 14% durante los próximos 10 años, debido en particular a la reducción de 25% de las importaciones a China.

Quedan apenas dos esperanzas: la carne de bovino, y en mucho menor grado la de ovino, "los únicos tipos de carne en los que se espera un aumento de las importaciones" por parte del gigante asiático.

Pocas alegrías en los otros países limítrofes. La tendencia, apunta el documento, es que parte de los requisitos de importación de carne de Asia Oriental se vea cubierta por las exportaciones al alza provenientes de Oceanía, "cuya ubicación es favorable para abastecer a los mercados asiáticos".

El sorpasso de la India

La gran sorpresa que se contrapone a esta moderación china es la evolución de la India, que se espera que supere este mismo año al gigante asiático como el país más poblado del mundo; para 2032 tendrá una población de 1.520 millones de personas.

Así las cosas, dentro de diez años, y junto con los países del sudeste asiático, representará el 31% del crecimiento del consumo mundial por su aumento de población urbana y su creciente riqueza, aunque esto no tiene por qué implicar que se repitan los patrones de consumo vistos en otros lugares, en los que se ha traducido en un aumento de productos alimentarios de mayor valor, más procesados y de conveniencia.

Un grupo de hombres cena en la calle en la India.

Un grupo de hombres cena en la calle en la India. Europa Press

La población de esta zona, sobre todo de la India, es en gran medida reacia a comer carne o intolerante a la lactosa, y eso hace que el informe remarque que la región depende cada vez más de las importaciones de varios productos básicos para alimentarse más acordes a su dieta, como trigo, maíz, soya y harina proteica, una dependencia que se acentuará en los próximos 10 años. España tiene pocas opciones de aprovechar esa oportunidad.

En 2023 logramos unas modestas ventas a la India por valor de 91 millones de euros. El grueso de los productos vendidos fue aceite de oliva (por unos 40 millones de euros). Las importaciones, en cambio, ascendieron a 408 millones, la mayoría en moluscos, café, té y azúcar.

Los puntos fuertes del agroalimentario español cuando se tratan de vender en Asia no cuentan con grandes pronósticos de éxito en la zona del mundo que más va a crecer en demanda de alimentos: si bien el informe cree que la región representará una "proporción creciente de las importaciones mundiales de productos cárnicos y lácteos", su participación del consumo total es pequeña por las restricciones de la dieta ya descritas.

Tanto, que se considera que las tasas de autosuficiencia se mantendrán "bastante estables" para 2032. Así, esto no implicará que demanden más cantidad.