Cliente pasando productos por la caja de un supermercado.

Cliente pasando productos por la caja de un supermercado. Europa Press

Economía

El aceite de palma, nuevo quebradero de cabeza internacional en la misión de abaratar la cesta de la compra

El descenso de producción en Indonesia genera un alza que arrastra a todos los aceites vegetales a máximos no vistos desde enero de 2023.

10 septiembre, 2024 02:25

El aceite de palma empieza a generar dolor de cabeza a quienes confiaban en que la inflación de los alimentos que generó la invasión rusa de Ucrania estaba quedando definitivamente atrás. Los precios internacionales de este producto llevan tres meses consecutivos al alza y han arrastrado al índice de precios de los aceites vegetales de la FAO a su nivel más alto desde enero de 2023. Un comportamiento que está ya limitando la bajada general de los alimentos.

Así lo constata el último boletín mensual de la FAO, que recoge los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios. Es un termómetro de qué sube y qué baja, y, por tanto, de qué puede esperar el consumidor cuando pase por el súper. También lo observa con atención el Ministerio de Agricultura para decidir, por ejemplo, sobre medidas como la rebaja del IVA de productos básicos.

De hecho, el propio ministro de Agricultura, Luis Planas, avisó a las puertas del verano de lo importante que era estar pendiente de lo que pasaba con el índice de la FAO. Sostuvo entonces, al hablar de la reducción del IVA del aceite de oliva al 0%, que si bien existía una "reducción evidente" del precio de los alimentos en los últimos 24 meses, también había cierta "preocupación" porque el índice de la FAO llevaba tres meses subiendo.

Fruto de aceite de palma.

Fruto de aceite de palma. Europa Press

Era prueba, dijo, de que persistía "una volatilidad en los mercados alimentarios bastante importante". Durante julio y agosto ese índice bajó por fin, pero de forma muy modesta, apenas dos y tres décimas, respectivamente. Y ello pese a que se producen bajadas generalizadas y contundentes, cercanas a un punto o por encima, incluso, en la mayoría de las categorías de alimentos, como carne, azúcar y cereales.

¿Por qué? Porque es también potente cómo choca con esos descensos la subida de los aceites vegetales, en máximos desde enero de 2023, y en menor medida de los productos lácteos. En menor medida porque en ese caso ni el índice es tan alto ni hay un solo protagonista, lo que hace que no tenga un foco de aviso tan potente como el aceite de palma.

Según la FAO, la subida de lácteos se debe a que han aumentado las cotizaciones de todos los productos de la categoría, desde leche entera en polvo a mantequilla y queso. Así las cosas, el índice de los lácteos se sitúa en agosto en 130,6.

El de los aceites vegetales, por su parte, está ya disparado hasta 136. Dicho de otra manera: es la categoría con índice más elevado de los que mide la FAO, que apunta como responsable único al aceite de palma, porque bajan las cotizaciones de los aceites de soja, girasol y colza.

Crisis en Indonesia

La cotización del aceite de palma encadena su tercer mes consecutivo de subidas porque la producción en Indonesia, líder mundial, "permaneció por debajo de su pleno potencial", apunta el boletín. 

Es un varapalo en el epicentro de una de las grasas más consumidas del mundo. Indonesia y Malasia, segundo productor, generan en torno al 80% de las existencias mundiales. El golpe también es mayor porque llega en un momento en que estaba recuperada la demanda internacional de este producto, tras superar una grave crisis reputacional por su cantidad de grasas saturadas y los problemas medioambientales asociados a su producción.

Plantación de aceite de palma en Asia.

Plantación de aceite de palma en Asia. Europa Press

Unos problemas que llevaron a los dos países ya citados a conformar el Consejo de Países Productores de Aceite de Palma (CPOPC, por sus siglas en inglés) para promover su uso y luchar contra una mala imagen que quedó atrás de forma inesperada y por una cuestión ajena: la invasión rusa de Ucrania en 2022.

Ese año los problemas de suministro de aceite de girasol por la guerra en Ucrania hicieron resurgir el apego de la industria alimentaria al aceite de palma, que se encuentra en muchos de los productos procesados, como pizzas, chocolates, patatas fritas, galletas, margarinas y hasta helados.

España aumenta su importación

Nuestro país se sumó a esa tendencia pro aceite de palma a partir de 2022. De acuerdo con los datos de comercio exterior, agroalimentario y pesquero de España, el año pasado importamos 1,16 millones de toneladas de aceite de palma, un 8% más que el año precedente. Por esa cantidad pagamos 1.158 millones de euros.