Los bancos centrales no viven solo de sus hechos. Es tan importante, o más, lo que dicen que lo que hacen. La Reserva Federal (Fed) lo ha ido entendiendo en los últimos 25 años, en los que ha ido añadiendo herramientas para trasladar más y mejor sus decisiones y sus intenciones. Este año, de hecho, ha empezado a dar una rueda de prensa al tèrmino de cada reunión de política monetaria, cuando hasta ahora solo lo hacía en las citas de marzo, junio, septiembre y diciembre. 

La primera de estas comparecencias tuvo lugar este miércoles tras la reunión de política monetaria con la que la Fed estrenó oficialmente el nuevo año. Y su presidente, Jerome Powell, no la desaprovechó. "Los argumentos para subir los tipos de interés se han debilitado", admitió. Estas palabras se sumaron, a su vez, a lo que la Fed había anunciado ya en su comunicado, en el que aseguró que "será paciente" a la hora de juzgar si se dan las condiciones económicas para subir más los tipos o no. Y si a estos dos pasos se añade que en diciembre la institución rebajó de tres a dos los incrementos de los intereses previstos para 2019, se obtienen tres mensajes concatenados que manifiestan una actitud mucho más blanda por parte de la Fed con respecto a la normalización de la política monetaria en EEUU. Y todo con palabras, con anuncios, sin actos concretos, que así de sutil es el mundo de los bancos centrales y de los mercados. 

"Los bancos centrales son lo que hacen, pero también lo que dicen. Y la Fed ya ha lanzado tres mensajes más blandos en las dos últimas reuniones"

Es más, con estos tres mensajes lo que dejó claro es que las actuaciones pueden esperar. Había dudas con respecto a la posibilidad de si la Fed se atrevería a elevar los intereses en marzo. Las disipó. Ya no las hay porque Powell se encargó de descartar esa subida. 

Los argumentos que expresa son fundamentalmente dos. De un lado, la incertidumbre económica y financiera global, concretada en eventos como el Brexit, el frenazo económico de la Eurozona o China, la tensión comercial entre China y EEUU o el cierre de la Administración en EEUU. Y de otro, la ausencia de presiones inflacionistas en EEUU. Ambos neutralizan un crecimiento estadounidense que la Fed aún considera "fuerte". 

O dicho de otro modo, un escenario en el que, tras haber subido los tipos cuatro veces en 2018 y en nueve ocasiones en total de desde 2015, la Fed se siente lo suficientemente cómoda como para poner en modo 'esperar y ver'. Es decir, a diferencia de otros bancos centrales que pueden verse más presionados porque no les ha dado tiempo a normalizar nada -o casi nada- sus condiciones monetarias, como es el caso del Banco Central Europeo, la Fed ya ha aumentado los tipos, ya se ha dejado algo de margen para bajarlos si es preciso, y en caso de que haya que volver a aumentarlos tampoco será nada drástico, además de que era lo que figuraba en su hoja de ruta para este año. Con el añadido de que esta posición será más digerible para Donald Trumpmuy crítico en los últimos meses con la actitud y la subidas de los tipos de la Fed. 

AFINAR LA COMUNICACIÓN

El matiz reside en que el mercado ya no se cree esa hoja de ruta. Siguiendo las pistas de las dos últimas reuniones, el mercado descuenta que la Fed no solo no elevará los intereses en marzo, sino que tampoco lo hará en junio, septiembre o diciembre. Ahora mismo, las expectativas dan casi un 80% de probabilidad a que la entidad no suba los tipos en todo el año.  

"Las dos subidas previstas siguen sobre la mesa. Pero el mercado descuenta que la Fed rectificará su hoja de ruta"

Y aquí es donde surge una disparidad que no es nueva, puesto que el juego de las expectativas es habitual en las relaciones entre el mercado y los bancos centrales, pero que sí obligará a la Fed a un ejercicio de comunicación más preciso. Y tan pronto como en la siguiente reunión, que se celebrará los días 19 y 20 de marzo. En esta cita ofrecerá sus nuevas previsiones económicas y sobre los tipos de interés, con lo que se podrá observar si sigue adelante con su idea de encarecer el precio del dinero dos veces en 2019 o si, por el contrario, rebaja esta posibilidad, opción por la que ahora se decanta el mercado de manera evidente

"Creemos que Powell ha podido abrir la puerta para que la Fed sea más blanda, pero eso no significa que tenga que atravesarla directamente", matiza Bart Hordijk, analista de Monex Europe. Y añade: "En este momento la Fed es lo suficientemente paciente como para esperar a que la niebla de las incertidumbres recientes se levante antes de que cambie de dirección. Por tanto, las dos subidas de tipos en la segunda mitad de 2019 todavía están sobre la mesa". En ese caso, el que deberá rectificar sus cálculos será el mercado. Y habrá que ver cómo digiere los nuevos. 

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