No está mal para su primer año. Jerome Powell, que en febrero de 2018 relevó a Janet Yellen en la presidencia de la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, ha saldado su primer ejercicio con cuatro subidas de los tipos de interés, algo que no ocurría en la mayor economía del mundo desde 2006 y que ha llevado a cabo pese a las furibundas críticas del presidente Donald Trump contra esos incrementos.
Pero ha habido un factor que ha facilitado su trabajo: la velocidad de crucero mostrada por la locomotora norteamericana, que le ha permitido cartografiar al milímetro sus movimientos para no pillar a nadie por sorpresa. Desde comienzos de 2018 se sabía que iba a subir los tipos en marzo y en junio, y desde junio el terreno estaba preparado para elevarlos de nuevo en septiembre y diciembre.
En 2019 perderá esta ventaja. El año que aguarda viene más confuso, más encrespado, con lo que no será posible, al menos por el momento, eso de ir deslizando al mercado un calendario, aunque sea tentativo. En 2019, Powell y los restantes miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (CFMA), el órgano de la Fed que toma las decisiones sobre los tipos en EEUU, tendrán que ir reunión a reunión. Vamos, a lo Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, con su partido a partido, pero en formato banco central.
Por ahora, lo que ya ha hecho la entidad monetaria ha sido rebajar su tono. Tanto con sus previsiones económicas, puesto que pronostica que EEUU crecerá en 2019 un 2,3% cuando hace tres meses esperaba un 2,5%, como con sus intenciones con los tipos, puesto que en septiembre manejaba una hoja de ruta con tres incrementos adicionales en 2019 y ahora ha rebajado esas expectativas a dos aumentos, que llevarían el precio del dinero al 2,75-3% dentro de un año.
La incógnita reside en cuándo las llevará a cabo… y en si las podrá llevar a cabo. “A la Fed no le quedará más remedio que ser más blanda en 2019”, vaticina Juan Ignacio Crespo, analista financiero y asesor del fondo de inversión Multiciclos Global de Renta 4. En su opinión, con una subida podria bastar, e incluso avisa de la posibilidad de que al final no llega ninguna si los primeros signos de enfriamiento que la economía norteamericana ya ha lanzado se confirman.
"La Fed continúa pensando que más subidas son necesarias, si bien cambió algunas palabras (“expects” por “judges”) en relación con la conveniencia de aumentar tipos, lo que sugiere que empieza a haber serias dudas entre los oficiales de la Fed. Eso ya es algo", apunta Alex Fusté, economista jefe de Andbank.
BULLARD Y GEORGE, LOS EXTREMOS
En el ‘reunión a reunión’ de la Fed también será relevante el perfil de cada componente del CFMA, que como cada año incluirá caras nuevas en 2019 porque hay cuatro sillas que rotan anualmente. Los cuatro nuevos miembros del Comité en 2019 serán James Bullard (St. Louis), Eric Rosengren (Boston), Charles Evans (Chicago) y Esther George (Kansas City).
"El peso específico de James Bullard puede ser determinante a la hora de que la Fed adopte una posición más blanda en 2019 "
El primero y la última constituyen los extremos, puesto que Bullard será el más ‘dovish’ (blando o paloma) de todo el CFMA y George la más ‘hawkish’ (duro o halcón) del Comité. Además, Rosengren también es más duro que blando, en tanto que Evans es más bien neutral. Eso sí, el peso específico de Bullard, que preside la delegación de St. Louis desde hace ya 10 años, que es uno de los economistas más reputados del mundo y que tiene la que posiblemente es la voz más influyente sobre el mercado de bonos, puede dejarse notar lo suyo a la hora de modular los planteamientos y encarar las decisiones.
Junto a ellos, el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, y los gobernadores de la Fed: el propio Powell, Richard Clarida, Lael Brainard, Randall Quarles y Michelle Bowman. Todos ellos no tienen una posición tan definida que les posicione en el bando de las palomas, más proclives a bajar los tipos o no subirlos, o en el de los halcones, más partidarios de subirlos o no bajarlos.
Un Comité, por tanto, en el que la mayoría de sus miembros revolotea en la neutralidad y que no se escorará hacia un lado u otro hasta que no vaya conociendo y analizando los datos. O lo que es lo mismo, el panorama propicio para una Fed a lo Simeone. Reunión a reunión. Que no le falte emoción a 2019.