Pues al final ha habido cuatro. La Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, ha descerrajado este miércoles la cuarta subida de los tipos de interés de 2018. Hay que remontarse hasta 2006 para encontrar cuatro aumentos en un único año en la mayor economía del mundo. Y así, al golpe de un incremento por trimestre, el precio del dinero, que finalizó 2017 en el 1,25-1,50%, despide el ejercicio en el 2,25-2,50%, el nivel más alto desde comienzos de 2008. Aunque las comparaciones resultan odiosas, en la Eurozona permanecen en el 0% desde marzo de 2016.
Pero esto era lo esperado. Lo que el mercado daba por descontado porque así lo había telegrafiado la institución presidida por Jerome Powell. Lo relevante para el mercado era comprobar si esta subida se adoptaba por unanimidad y cuántos repuntes adicionales anticipa la Fed para 2019.
Sobre la primera cuestión, los miembros de la Fed se han mantenido unidos en las subidas hasta el final. Todos, sin fisuras, han respaldado el cuarto aumento del año, un aspecto relevante ante las presiones de Trump. Powell, eso sí, ha asegurado en la rueda de prensa posterior a la última reunión de política monetaria del año que "las consideraciones políticas no han desempeñado ningún papel" en las decisiones adoptadas por la Fed.
"La incertidumbre deja huella. Once de los diecisiete miembros de la Fed sitúan los tipos bajo el 3% en un año"
En cuanto a la segunda, las veces que la Fed tiene previsto apretar el gatillo de nuevo el próximo año, la incertidumbre económica y financiera ha hecho mella en la entidad. Ha bajado el pistón. En septiembre manejaba una hoja de ruta con tres incrementos en 2019; ahora la adapta para recoger dos aumentos. Es decir, el precio del dinero acabaría el próximo ejercicio en el 2,75-3%. Y solo quedaría un repunte adicional, hasta el 3-3,25%, para 2020.
En septiembre, 9 de los 16 miembros de la Fed situaban los tipos encima del 3% a finales de 2019 y 7, por debajo. Ahora, 11 de los 17 los ven por debajo del 3% dentro de un año y solo 6 los ubican por encima.
Ahora bien, lo que no altera por el momento es el paso al que la entidad seguirá reduciendo su balance. Continuará haciéndolo en 50.000 millones de dólares al mes. Desde que la Fed empezó a adelgazarlo en el último trimestre de 2017, ha pasado ya de 4,46 a 4,08 billones de dólares. Pese a esta reducción. Powell considera que "no ha creado problemas significativos". Antes de la crisis, el balance de la Fed era inferior al billón de dólares.
MENOR CRECIMIENTO
El cambio de la hoja de ruta sobre los tipos para 2019, tambíén esperado por el mercado, responde a la creciente incertidumbre económica y financiera. De hecho, también se refleja en las nuevas previsiones de la Fed. Hace tres meses, la entidad pronosticaba un crecimiento del 2,5% para 2019, que en diciembre ya ha recortado al 2,3%. El de 2020 y 2021 lo ha mantenido en el 2% y en el 1,8%, respectivamente.
En cuanto al paro, el banco central estadounidense mantiene su previsión de que en 2019 se situará en el 3,5%. En cambio empeora del 3,5% al 3,6% el pronóstico de 2020 y del 3,7% al 3,8% el de 2021. Y sobre la inflación, anticipa que su medida favorita, la inflación subyacente del consumo privado, se situará en el 2% los tres próximos años, frente al 2,1% anterior.
En este sentido, la Fed considera que el mercado laboral "se ha seguido fortaleciendo" y que la economía ha continuado creciendo a un "ritmo fuerte". Sin embargo, en su comunicado oficial matiza que "monitorizará la economía global y los acontecimientos financieros y evaluará sus implicaciones sobre las perspectivas económicas".