Draghi hasta el final: no deja para mañana nada de lo que puede hacer hoy
- El banquero italiano se irá sin subir los tipos ni una sola vez
- Las medidas del BCE garantizan la permanencia del euríbor en mínimos históricos
Noticias relacionadas
Mario Draghi es un hombre de acción. Por algo le apodaron en Italia como 'SuperMario' para subrayar su capacidad de trabajo. Lo ha demostrado de sobra en los más de siete años que lleva en la presidencia del Banco Central Europeo (BCE). Siempre que ha podido, ha preferido actuar hoy en vez de dejarlo para mañana.
Lo dejó claro nada más llegar. Accedió al cargo el 1 de noviembre de 2011 y dos días después ya contaba en su historial una rebaja de los tipos de interés con la que empezó a revertir las que su predecesor, el francés Jean-Claude Trichet, había adoptado en abril y julio. Y ahora, a menos de ocho meses de que expire su mandato de ocho años, el banquero italiano lo ha vuelto a hacer para constatar que va a mantener su estilo hasta el final.
Preparados, listos...
Ocurrió este jueves, en un cónclave monetario del que se esperaba algo. Pero no tanto. Se esperaba que el BCE retrasara la subida de los tipos de interés que hasta ahora situaba a finales de verano, Y lo hizo, puesto que la demoró "hasta al menos el final de 2019". Pero es que, además. Draghi confesó en la rueda de prensa posterior a la reunión que "varios miembros" del Consejo de Gobierno habían defendido llevar esa fecha "hasta marzo de 2019".
"Nada, el BCE no se guardó nada. Ni siquiera se dejó en el tintero la posibilidad de alargar la 'barra libre' de financiación bancaria que lleva vigente desde 2008"
Hubo más. También se esperaba que el BCE preparara el terreno para convocar en el futuro nuevas operaciones especiales de financiación bancaria a largo plazo condicionadas a que las entidades empleen ese dinero para canalizarlo hacia la economía en forma de préstamos. Estas operaciones no eran nuevas, puesto que el BCE las lanzó en 2014 (TLTRO I, por sus siglas en inglés) y las reforzó en 2016 (TLTRO II). Pues bien, Draghi y sus compañeros consideraron que nada de consumir más tiempo; que nada de posponer lo que hay que hacer ya. Y lo hicieron.
La institución anunció la convocatoria de nuevas rondas trimestrales con un TLTRO III cuya primera operación se producirá en septiembre de este año y la última, en marzo de 2021. La vigencia de estos préstamos especiales será de dos años, con lo que el BCE ofrecerá unas condiciones de financiación ventajosas hasta 2023.
Teniendo en cuenta que hasta 2021 vencerán más de 700.000 millones de euros de las operaciones realizadas durante el TLTRO II y que la banca italiana acaparaba 250.000 millones de esos vencimientos y la española, 172.500 millones, esta medida contiene la incertidumbre que generaban esos vencimientos y las restricciones de liquidez -y, por tanto, el encarecimiento de los costes de financiación- que podrían desencadenar.
Ya de paso, el Consejo de Gobierno decidió que también era buen momento para alargar la 'barra libre' de financiación bancaria. Hasta 2008, el BCE prestaba dinero a los bancos mediante subastas con las que adjudicaba a cada entidad parte de lo que le pedía en función de los intereses ofrecidos. Pero desde octubre de 2008, en lo peor de la crisis tras la quiebra de Lehman Brothers un mes antes, el BCE canceló las subastas y pasó a prestar a cada banco todo el dinero que le pidiera y a un interés fijo, de ahí que esta estrategia fuera bautizada como 'barra libre', puesto que no hay límite en la adjudicación. El BCE ha decidido prorrogar esta práctica "al menos hasta el final del periodo de mantenimiento de reservas que comenzará en marzo de 2021".
Todo ello, cobijado por un escenario económico mucho más sombrío, tal como reflejan las nuevas previsiones de la institución. Si en diciembre contemplaba un crecimiento del 1,7% para 2019, ahora lo enfría hasta el 1,1%. Y si hace tres meses pensaba que la inflación se situaría en el 1,6% ahora la ubica en el 1,2%.
Y por unanimidad
Con una guinda final. Como precisó Draghi, "las decisiones fueron unánimes". Es decir, sin fisuras, con lo que todos los miembros del Consejo de Gobierno, incluso los más 'halcones', entienden que la situación económica requiere que el BCE vuelva a ponerse 'en modo estímulo'. Y desde ya mismo, nada de esperar a abril o junio.
"Esto ciertamente va más allá de lo que la mayoría de nosotros pensábamos que iba a hacer el BCE"
"Esto ciertamente va más allá de lo que la mayoría de nosotros pensábamos que iba a hacer el BCE", admite Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments, para valorar la secuencia descargada este jueves por la institución europea. "En el anuncio de este jueves, el BCE superó las expectativas y presentó una postura aún más moderada de lo que había anticipado el mercado", coincide Kevin Flanagan, director de estrategia en renta fija de WisdomTree.
El euríbor, los depósitos y los bancos pueden esperar
Precisamente por ir más lejos de lo previsto, la cascada de novedades anunciada por el BCE cuasó un apreciable impacto en los mercados. Cayeron las bolsas, con la banca a la cabeza de las caídas porque el retraso en la subida de los tipos les condena a seguir conviviendo con unos márgenes estrechos por su negocio de siempre; se depreció el euro hasta los 1,121 dólares, su cambio más bajo desde mediados de 2017; y el dinero buscó refugio en los bonos, con el consiguiente descenso de los rendimientos, que bajan cuando el precio de los títulos sube. La rentabilidad del bono español a 10 años reculó hasta el 1,06% y la del 'bund' alemán está cerca de volver a terreno negativo.
Y si ya en enero, cuando el BCE dejó entrever parte -solo parte- de lo que se avecinaba en marzo, constató el delicado escenario que aún aguarda al ahorro conservador, las decisiones de este jueves no hacen sino reforzar esa impresión, puesto que garantizan que el rendimiento de los depósitos bancarios permanecerá una larga temporada en el 0% -o casi-. Eso sí, para los hipotecados referenciados al euríbor a 12 meses, las novedades del BCE certifican que el índice hipotecario no tiene ningún argumento para acelerar su subida, con lo que todavía le quedan unos meses bajo el 0%.
La clave de estos pronósticos reside en el retraso en la subida de los tipos, que el mercado no espera ni siquiera a finales de este año. "La primera subida de tipos del BCE se producirá en el primer semestre de 2020", apunta el equipo de gestión de Ethenea. Porque Draghi es un hombre de acción. Pero se irá en noviembre sin haber subido los tipos ni una vez en ocho años. Todo un récord. Todo un síntoma de los años que le ha tocado presidir.