La Eurotorre del BCE en Fráncfort

La Eurotorre del BCE en Fráncfort BCE

Bancos centrales

La inflación de la eurozona baja al 2,2% y despeja la vía para un nuevo recorte de tipos en septiembre

Los expertos esperan que el BCE rebaje el precio del dinero otro cuarto de punto en su próxima reunión del 12 de septiembre.

30 agosto, 2024 11:04
Bruselas

La inflación de la eurozona bajó cuatro décimas en agosto, hasta situarse en el 2,2%, debido a la fuerte caída de los precios de la energía, situándose muy cerca del objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE), según el dato adelantado publicado este viernes por Eurostat.

Se trata de la cifra más baja desde julio de 2021, y representa una caída de más de ocho puntos respecto al máximo del 10,6% alcanzado en el pico de la crisis inflacionista en octubre de 2022. El buen resultado despeja la vía para que la institución dirigida por Christine Lagarde vuelva a recortar los tipos de interés en su próxima reunión del 12 de septiembre, tras la pausa que hizo en julio.

De hecho, la inflación subyacente -que excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco, los elementos más volátiles- también se redujo ligeramente desde el 2,9% en julio hasta el 2,8% en agosto. Este es un indicador estructural clave para el Banco Central Europeo (BCE) a la hora de decidir sobre los tipos de interés.

Tasa de inflación de la eurozona en agosto

Tasa de inflación de la eurozona en agosto

La inflación cae con fuerza en todos los grandes países de la eurozona. En Alemania, el índice de precios de consumo armonizado baja del 2,6% en julio al 2%, mientras que en Francia la reducción es de 5 décimas (del 2,7% al 2,2%) y en Italia de trés décimas (del 1,6% al 1,3%). También en España la inflación bajó desde el 2,9% en julio al 2,4% en agosto.

Este mes, los Estados miembros con una inflación más alta fueron Bélgica (4,5%), Estonia (3,4%), Países Bajos (3,3%) y Eslovaquia (3,2%). En el extremo contrario de la clasificación, las menores tasas se registraron en Lituania (0,7%), Letonia (0,9%) y Finlandia (1,1%).

Si se analizan los principales componentes del IPC de la eurozona, los servicios son el factor que más ha subido en el último año (4,2% en agosto, dos décimas más que el mes anterior). En segundo lugar, están los alimentos, alcohol y tabaco (que suben ligeramente desde el 2,3% en julio al 2,4% en agosto).

Los precios de los productos industriales no energéticos se ralentizan desde el 0,7% en julio hasta el 0,4% en agosto. Finalmente, los precios de la energía caen un 3% en comparación con el año anterior, frente a un incremento del 1,2% en julio.

El BCE ejecutó el pasado mes de junio el primer recorte de tipos en ocho años y los dejó en el 4,25%. Una rebaja que suponía un giro en la política monetaria tras la abrupta subida del precio del dinero entre julio de 2022 y septiembre de 2023, con diez alzas consecutivas con las que pasó del 0% al 4,5%. Un ciclo alcista que fue seguido de ocho meses en los que los tipos se mantuvieron en máximos históricos.

Sin embargo, tras el primer recorte de junio, Lagarde decidió en julio echar el freno a la rebaja del precio del dinero tras constatar que las presiones inflacionistas seguían siendo intensas. Sin embargo, los últimos datos sobre la ralentización de los salarios y la caída de la inflación en agosto despejan el camino para que el BCE reanude la senda de recorte de tipos.

La mayoría de los expertos esperan que el Consejo de Gobierno abarate el precio del dinero en otro cuarto de punto en la reunión de septiembre, hasta situarlo en el 4%. También esperan al menos otra nueva rebaja antes de que acabe el año, probablemente en diciembre.

En la reciente reunión de banqueros centrales de Jackson Hole (Estados Unidos), el economista jefe del BCE, Philip Lane, avisó de que pese a los progresos realizados, la vuelta al objetivo de una inflación del 2% "todavía no está garantizado", por lo que todavía se sigue necesitando una política monetaria restrictiva. 

Al mismo tiempo, Lane señaló que mantener los tipos demasiado elevados durante demasiado tiempo "generaría una inflación crónicamente inferior a la meta en el medio plazo y sería ineficiente en términos de minimizar los efectos secundarios sobre la producción y el empleo".