El ingreso mínimo vital afronta su recta final. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ya están negociando la medida con las comunidades autónomas. Lo que salga de este diálogo será la versión final de la ambiciosa medida que el Gobierno quiere aprobar a mediados de mayo.
De hecho, según ha podido saber Invertia, todavía no está claro aún si la medida estatal y las rentas básicas para colectivos vulnerables que ya hay en varias autonomías serán complementarias, o bajo qué fórmulas coexistirán.
Cabe recordar que, desde que se anunció la medida, poco a poco el ministro José Luis Escrivá ha ido dando pinceladas de la misma. Entre ellas que sería complementaria a los ingresos que ya tuvieran las familias beneficiadas.
Sin embargo, a pesar de que en su momento se dio a entender que sí, no está claro que las ayudas autonómicas se cuenten dentro de estos ingresos. Es decir, que aún no se sabe si se sumarán a la medida estatal así como a otros ingresos de la unidad familiar hasta completar un umbral mínimo o si no entrarán en este cálculo y se considerará un 'extra'.
De esta manera, todavía no está cerrado cómo el ingreso mínimo vital estatal y las ayudas autonómicas convivirán. La idea del Ejecutivo es la de dar con una fórmula que satisfaga a todas las regiones o que, al menos, permita un acuerdo de mínimos.
Plazos
Por ello, los plazos se mantienen. Habrá de esperar al Consejo de Ministros de la próxima semana, o incluso al del 26 de mayo, para que se apruebe el real decreto que permitirá la puesta en marcha del ingreso mínimo vital, que pretende llegar a más de un millón de hogares, de los que aproximadamente un tercio serían monoparentales.
Con un coste aproximado de 3.000 millones de euros al año (aunque se prevé que su financiación se haga con cargo al déficit y a la deuda pública), su elaboración ha sido acelerada por el impacto del coronavirus y el perjuicio del confinamiento social sobre la economía española. Para definir a sus beneficiarios y sus umbrales, se usarán datos fiscales y de patrimonio del Ministerio de Hacienda.
Según reveló El Mundo, la cuantía de la prestación va desde los 462 euros por adulto hasta un máximo de 1.015 euros por hogar, pero no podrán percibirla los hogares con patrimonios por valor de 100.000 euros o más.
Complemento
La idea del Ejecutivo es la de que, como se ha comentado anteriormente, el ingreso mínimo vital funcione como un complemento de las rentas familiares, de manera que no será una prestación fija sino que variará según los ingresos de cada hogar.
La medida se combinará con medidas de integración social y laboral, con sus correspondientes itinerarios de inclusión. Por ello, se contempla que se pueda seguir recibiendo en caso de que el hogar beneficiado mejore sus ingresos laborales.