A pesa de que los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) sirvieron para atenuar el impacto de la pandemia de Covid-19 en el mercado laboral, los daños generados por el impacto de la pandemia son cuantiosos en el tejido productivo español. También en las empresas de trabajo temporal (ETT), que perdieron cerca del 25% de los contratos que gestionan y que facturaron en 2020.
Así lo indican los datos del Ministerio de Trabajo, que reflejan el impacto sin precedentes de la pandemia durante los 12 meses del año pasado. Durante este periodo, "se experimenta una caída sustancial en la celebración de contratos de puesta a disposición por parte de las ETT, con un total de 3.334.864, lo que supone un descenso de 1.007.960 contratos" respecto a 2019, indica el informe del departamento que lidera la vicepresidenta Yolanda Díaz.
Esto significa que las contrataciones por esta vía se redujeron más de un 23%. Sin embargo, el efecto más dramático se observa en el campo de los servicios, donde se concentran sectores como la hostelería, el comercio o las actividades relacionadas con el turismo. Efecto que se han mantenido en 2021. En el primer trimestre de 2021 se perdieron unos 83.907 contratos respecto al mismo periodo del año pasado. Es decir, que la contratación por ETT en este ámbito cayó un 86,6 %.
Sin embargo, a pesar de esta cantidad de datos negativos, también se produjo un incremento de la contratación temporal mediante ETT en sectores básicos durante la pandemia. Así, aumentaron en Transporte y almacenamiento (un 37,3% más), industria manufacturera (un 11,3% más) o actividades administrativas y servicios auxiliares (8,1% más).
Esta evolución ha llevado a que desaparezcan varias ETT. El mercado se ha quedado en 250 proveedoras de este tipo de servicios, siete menos que antes de la crisis.
Pérdida de facturación
"El periodo de confinamiento extremo se comió la campaña de verano", indican fuente de Asempleo, la patronal de las ETT. Con todo, indican que parte de la caída de facturación se pudo "compensar" gracias a los incrementos de contratación en logística, agricultura o producción manufacturera por las "necesidades extra" que generó la pandemia.
La caída media de facturación de las ETT en 2020, indican desde la empresarial, fue del 28,3%, "con una reducción de hasta el 60% en los peores momentos de la pandemia", indican. Con todo, se muestran optimistas.
"La recuperación está siendo muy sostenida, con incrementos de la contratación de entre el 30% y el 40%". De hecho, el vaticinio es que las ETT puedan estar ya en cifras de contratación pre-Covid en el segundo trimestre de 2022. Y en la segunda mitad del próximo año, volver a lograr récords históricos en contrataciones temporales (el último se produjo, precisamente, en 2019).
Esto sirve, también, para tener buenas perspectivas de futuro. Valentín Bote, director de Randstad Research, explica que el de las ETT es "un sector que adelanta el comportamiento de la economía. Cuando la economía empieza a acelerarse, se nota antes en nuestro sector. Estamos teniendo un buen ritmo y las perspectivas son positivas".
Con todo, cabe recordar que el impacto de la pandemia sobre el empleo temporal abarca mucho más que las ETT. En 2020 se produjeron 5,9 millones menos de contratos temporales que en 2019, lo cual supone una reducción del 29,2%.
Por otro lado, y de cara al futuro, queda conocer cómo afectará la reforma laboral que prepara el Gobierno al campo de la contratación temporal, que se pretende limitar para incentivar la contratación indefinida.
Desde Asempleo denuncian que la propuesta que ha puesto Trabajo sobre la mesa es "inaceptable. No podemos quitar la contratación temporal de todo un país por ideología política. El problema es el fraude", ámbito en el que piden que la inspección laboral actúe.