Garamendi acusa a Díaz de gobernar contra las empresas mientras ella se reúne con el Ibex para reducir la jornada
La vicepresidenta continuará reuniéndose con directivos de empresas cotizadas y no cotizadas durante las próximas semanas.
10 julio, 2024 02:17El giro de Yolanda Díaz en la negociación para reducir la jornada está tornándose en copernicano. Del ultimátum a la flexibilidad y de ahí a reunirse con directivos de grandes compañías para que aporten su experiencia en compañías con jornadas por debajo de las 40 horas. Un intento de atraer a la CEOE que no convence a Garamendi, quien acusa a la vicepresidenta de "gobernar contra las empresas".
En la mañana de este martes, la ministra de Trabajo se ha reunido con tres empresarios de renombre: Ángel Vilá, consejero delegado de Telefónica; Antonio Huertas, presidente de Mapfre; y Wayne Griffiths, consejero delegado de Seat y Cupra.
Desde el departamento de Díaz confirman que el motivo de todos los encuentros ha sido conversar con empresas que pueden aportar una visión propia sobre la reducción de la jornada laboral. Y es que en todas ellas los convenios colectivos establecen tiempos de trabajo por debajo de las 40 horas semanales.
Se trata de un claro acercamiento de la todavía líder de Sumar al empresariado en un momento delicado. Hace unas pocas semanas, Díaz acusaba a Garamendi y a la CEOE de situarse en las tesis de Vox respecto a la reducción de la jornada laboral. De hecho, su departamento llegó a abrir la puerta a aprobar esa reforma de los tiempos de trabajo sin la participación de los empresarios si estos continuaban negándose.
Sin embargo, tras los inconvenientes puestos por Moncloa, la vicepresidenta ha terminado por ceder, ofrecer más flexibilidad para que la patronal se una al acuerdo y reunirse con directivos de peso.
Otra forma de verlo es que busca la foto con grandes empresas donde ya se trabaja menos de 40 horas a la semana para presionar a la CEOE, aduciendo que es posible reducir la jornada y seguir teniendo beneficios.
En cualquier caso, la intención de la ministra de Trabajo es continuar con esas reuniones, a las cuales convocará a directivos de empresas tanto cotizadas como no cotizadas. La clave, no obstante, estará en el tamaño de esas corporaciones, ya que buena parte de las reticencias de la patronal vienen por los posibles efectos de la reducción de la jornada laboral en las pymes.
36 horas
Telefónica, la primera gran empresa con la que se ha reunido Yolanda Díaz, lleva varios años aplicando las 37,5 horas semanales. De hecho, la operadora ha iniciado el proceso para seguir recortando aún más la jornada laboral y reducirla hasta las 36 horas a la semana en 2026, tal y como acordó con los sindicatos.
El III Convenio de Empresas Vinculadas (CEV), firmado a principios de año por la empresa y los representantes de los trabajadores, establece que desde este pasado 1 de julio de 2024 la jornada laboral queda reducida a 37 horas. A partir del 1 de enero de 2025 bajará a 36,5 horas, mientras que el 1 de enero de 2026 quedará fijada en 36 horas.
La reducción de la jornada fue un aspecto clave en la negociación no sólo del convenio que regirá las relaciones laborales dentro de las tres principales empresas del grupo en nuestro país (Telefónica de España, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones) durante los próximos tres años, sino también del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha supuesto la salida voluntaria de alrededor de 3.400 empleados mayores de 55 años.
No obstante, la decisión de situar la jornada en 36 horas semanales en Telefónica ha estado condicionada a que esta reducción no afecte a la productividad de los empleados y a que ayude a reducir la tasa de absentismo dentro de la compañía. Aspectos que se tendrán en cuenta a la hora de aplicar la senda pactada entre la dirección de la empresa y los representantes de los trabajadores.
Por su parte, el convenio colectivo de la aseguradora Mapfre, firmado en agosto de 2022, establece una jornada anual máxima de 1.665 horas. En términos semanales, equivale a 37 horas.
En el caso de Seat, el convenio fija para 2024 una jornada laboral de 1.704 horas anuales (unas 37,8 horas semanales), si bien se rebajará hasta las 1.696 a partir de 2025 (esto es, algo más de 37,6 a la semana). Sin embargo, para los trabajadores "no relacionados con el proceso productivo", es de 1.744 horas (38,7 horas a la semana).
Garamendi, al ataque
Sin embargo, ni las concesiones de Trabajo en la negociación ni el acercamiento de Díaz a las grandes empresas ha servido para que Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, rebaje su discurso contra la vicepresidenta segunda y su objetivo de reducir la jornada laboral de todos los trabajadores hasta las 37,5 horas a la semana.
Este martes, el presidente de la patronal ha arremetido nuevamente contra Yolanda Díaz durante la clausura de la asamblea anual de la CEOE. El líder de los empresarios ha criticado que el Gobierno quiere reducir la jornada laboral para cumplir "pactos políticos" y que eso, asegura, es "gobernar contra las empresas, el país y los ciudadanos".
Para Garamendi, la rebaja del tiempo de trabajo supone "regalar casi por decreto 12 días de vacaciones pagadas al año". Además, ha subrayado que cambiar las "reglas del juego" a mitad del partido es inaceptable para los empresarios, y ha cuestionado las formas del Gobierno en las negociaciones. Los empresarios apuntan que los convenios ya determinan la jornada laboral y que, además, en 2023 firmaron un acuerdo marco con los sindicatos que no modificó los tiempos de trabajo.
Asimismo, ha denunciado la imposición de resultados predefinidos en las negociaciones, advirtiendo que "si se obliga a una cosa u otra, eso no es democracia".
Con todo, las posiciones no están tan alejadas como podría parecer. Para Díaz, la patronal entró este lunes por primera vez en las negociaciones, en el sentido de que para Trabajo los empresarios han empezado a concretar sus demandas. Por su parte, Garamendi ha insistido este martes en que siguen dispuestos a negociar. El acuerdo no está cerca, pero los puentes, más allá de las hipérboles, no están rotos.