A la izquierda Azahara (estudia derecho mientras trabaja como dependienta) y a la derecha David (estudia CAFYD y trabaja como entrenador).

A la izquierda Azahara (estudia derecho mientras trabaja como dependienta) y a la derecha David (estudia CAFYD y trabaja como entrenador).

Empleo Hoy

Los jóvenes 'sisis' rompen récords: cada vez más sobrecualificados por las exigencias de las empresas

El número se ha elevado a 1.087.000 personas, 41.200 más que hace un año. 

18 agosto, 2024 02:44

España experimenta un cambio de tendencia. Desde hace años, se ha incrementado el número de jóvenes que compaginan sus estudios con el trabajo para poder costearse los gastos universitarios. Aparte de esto, en la última década, hay un nuevo perfil que opta por esta combinación para poder acceder a mejores condiciones laborales en un mercado laboral cada vez más competitivo que demanda profesionales sobrecualificados

Desde la crisis de 2008 hasta la actualidad, los hogares españoles han perdido nivel adquisitivo. Además, las exigencias en el mercado laboral han impulsado el crecimiento, como se conoce en el ámbito económico, de la conocida generación sisi, jóvenes que estudian y trabajan.

Este grupo ya aglutina a más de 1.087.000 personas. En concreto, 41.200 más que hace un año, según los datos más recientes de la encuesta de población activa (EPA), del segundo trimestre de 2024. 

Esto supone la cifra más alta que se registra desde el cuarto trimestre de 2005.

Y significa que uno de cada tres jóvenes que trabaja también estudia (supone 32,3% de la población joven). 

Más formación 

"Gracias al estudio podré adquirir más conocimiento, mientras lo pongo en práctica con situaciones reales", precisa David (24 años), uno de los jóvenes que ha decidido seguir formándose a pesar de tener un trabajo estable.

David compagina su trabajo como entrenador personal con sus estudios del Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFYD). Hace dos años, se decantó por la modalidad online porque es mucho más fácil compaginarla con su empleo.

David tiene un contrato de media jornada (30 horas semanales) con el que intenta organizar su rutina diaria para poder llegar a todo, incluso para "intentar" tener algo de tiempo libre.

Él vive por y para el deporte. Por eso, desde que pone un pie en el suelo está realizando ejercicio físico. Acude muy temprano al gimnasio donde invierte dos horas cada mañana. Y el resto del día también lo invierte en actividades de esfuerzo físico. 

Por las tardes, empieza su jornada laboral de cuatro a nueve de la noche. Y esto no acaba aquí. Después de cenar, empiezan las "intensas noches de estudio", a las que dedica al menos tres horas para trabajos de la universidad. 

"Llevo con esta rutina de vida dos años y pienso seguir así hasta que finalice mis estudios, que es lo prioritario para mí, ya que me podrá impulsar a nivel laboral. De esta manera, podré adquirir más experiencia, además de tener más formación que añadir a mi currículum", precisa. 

Tras su formación, espera encontrar un puesto de trabajo con mejores condiciones salariales y un contrato de jornada completa. Entre sus principales objetivos, está el de prepararse para las oposiciones de profesor de Educación Física. 

La mitad con estudios superiores

En la actualidad, la mitad de los jóvenes de menos de 30 años que están trabajando a la vez que estudian tienen estudios superiores. Esto supone, como indica Gregorio Izquierdo (director del Instituto de Estudios Económicos), que hay un colectivo que presta especial importancia a la formación y a la especialización posgrado. 

¿A qué se debe? Como indica Izquierdo, ha habido un cambio en el nivel de exigencia en el mercado laboral. "Las empresas valoran mucho la formación, pero también la experiencia", añade. 

Izquierdo cree que esté incremento de sisis se ha visto impulsado por las facilidades que tienen los jóvenes para continuar estudiando, gracias al incremento de grados universitarios a distancia. "Es posible que el desarrollo de la formación online que surgió tras la pandemia esté facilitando trabajar y estudiar a la vez", reflexiona. 

Para él, el mayor protagonismo de los jóvenes que trabajan a la vez que estudian es una realidad "muy positiva". "Las personas deben formarse a lo largo de su vida profesional, para poder adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral. Esto tiene como recompensa unas mayores tasas de empleabilidad y mejores niveles salariales", precisa el director del Instituto de Estudios Económicos. 

Javier Santacruz, economista y analista, coincide con la idea que defiende Izquierdo. Para él, que cada vez más jóvenes compatibilicen los estudios con el trabajo es una buena forma de "acelerar su inserción laboral".

Sin embargo, también refleja varias precauciones."Hay mucha volatilidad en los contratos, ya que la mayor parte del empleo que se crea en esa edad (jóvenes de 16 a 29 años) dura poco o es a tiempo parcial", matiza. 

Ahorrar y forjarse un futuro

Azahara (23 años) es una de las jóvenes que ha decidido sacrificar parte de su tiempo libre para poder forjarse un futuro. Esta joven ha estado cursando su último año de Derecho, mientras lo compagina con su trabajo como dependienta en Primark.

Hace seis años, la estudiante ciudadrealeña se trasladó a Albacete para iniciar sus estudios de Derecho. Antes de marcharse de casa de sus padres, necesitó un buen montante de euros para encontrar piso y pagarse la matrícula de la universidad. "Tenía muchos remordimientos. Veía que mis padres se mataban a trabajar para darme un futuro. Por eso, decidí buscar un trabajo para que estuvieran más desahogados", explica. 

Azahara en una viaje turístico.

Azahara en una viaje turístico. Fotografía cedida a E.E

Lleva más de cuatro años intentando compatibilizar trabajo y estudios. Durante las mañanas, asiste a sus clases en la universidad. Mientras que por las tardes cambia las aulas por el uniforme de Primark. Allí, realiza la labor de dependienta con un contrato de media jornada. 

Actualmente, está independizada y vive con su pareja. Reconoce que hay meses que es más difícil ahorrar porque tiene más gastos y más cuando "no estás bajo el paraguas de tus padres. El verano lo dedico para echar más horas", cuenta.

Lo mismo pasa durante el resto del año. Si está más libre con la universidad, lo aprovecha para trabajar más tiempo y ganarse "un extra". 

Para ella, algunos días se hacen pesados y estresantes. Sin embargo, expresa que le compensa estudiar y trabajar a la vez, porque de esta manera va generando ingresos con vistas al futuro. "Me sacrifico y esfuerzo, porque ahorro dinero a la par que me estoy formando académicamente". 

Apostando por su futuro

Lucía (28 años) es otra de las jóvenes que está apostando por su futuro laboral. Ahora, sólo piensa en robarle horas al reloj para poder sacar adelante sus oposiciones. 

Nada más terminar su grado universitario de Física, comenzó a trabajar en un empleo que no le llenaba. "No tenía nada que ver con lo que había estudiado". Sin embargo, no tuvo otra opción, ya que al ver que no era seleccionada para ningún puesto, cogió una vacante para poder comenzar a ganar dinero

El tiempo pasaba y no se sentía identificada con su trabajo. Por eso, decidió cambiar de vida. Ella ha incorporado, de nuevo, una rutina de estudio a su día a día, al tiempo que está trabajando para poder salir adelante. Desde febrero, se está preparando las oposiciones para Radiofísico Interno Residente o Físico Interno Residente (RFIR). 

A día de hoy, reconoce que tiene que sacrificar muchos planes con amigos y gran parte de su tiempo libre. La joven trabaja una jornada completa en una consultoría y después cambia el chip para estudiar. El fin de semana es cuando más tiempo tiene para dedicarle a los libros, ya que muchas veces entre semana "le resulta imposible" ponerse en serio. 

En las próximas semanas, cambiará de puesto. En su nuevo empleo tendrá un contrato de media jornada con el objetivo de conseguir una rutina más habitual de estudio. "Aunque sé que el salario es más bajo, tendré que tirar de ahorros para dedicarle más horas a mi oposición", termina Lucía. 

Ahora mismo, su prioridad son sus estudios. Lo tiene muy claro. Sabe igual que el resto de jóvenes, como David o Azahara, que debe luchar para acceder a mejores condiciones laborales

De cara a los próximos años, parece que esta tendencia se mantendrá al alza, porque se ha disparado el número de jóvenes sobrecualificados.

Como indica Javier Santacruz, el número de jóvenes (de 16 a 29 años) que estudian y trabajan ha aumentado casi un 19% respecto a hace cuatro años. "Por lo que si se mantiene la misma tendencia dentro de 5 años podría haber alrededor de 2,57 millones de jóvenes que estudian y trabajan", aclara.