Según un informe del Instituto de Estudios Fiscales (IEF), entre 2016 y 2022, el porcentaje de padres que hicieron uso de su permiso de paternidad pasó del 60,8% al 73,4%. En contraste, el porcentaje de madres se mantuvo relativamente estable, aumentando ligeramente del 64,1% al 66,4%.

En cifras redondas, en 2022 utilizaron el permiso 238.621 hombres y 215.736 mujeres. Cabe recordar que los hombres son mayoría entre los ocupados (54,1% del total en 2022) y, por tanto, hay más padres que madres trabajando. Precisamente, la mayor presencia masculina en el mercado laboral se debe a que es más frecuente que sean las mujeres las que renuncian a su carrera laboral para dedicarse a los cuidados.

Sin embargo, la presencia masculina en 2016 era mayor (54,5%) y disfrutaron del permiso más madres (258.057) que padres (244.762).

El informe muestra que la clave para este incremento en el uso de los permisos de paternidad entre los hombres radica en tres elementos esenciales de su diseño: la igualdad, la intransferibilidad y la remuneración al 100%. Estos factores han eliminado barreras tradicionales que desincentivaban a los varones a tomar un papel activo en la crianza, facilitando así una mayor corresponsabilidad.

Desde la implementación de la reforma en 2021, los padres no sólo están haciendo más uso de sus permisos de paternidad, sino que la mayoría de ellos utiliza la totalidad de las semanas a las que tienen derecho. En 2022, el 91,2% de los padres usó todas las semanas disponibles, un aumento relevante en comparación con el 89,5% registrado en 2021.

Las madres, por su parte, tradicionalmente han utilizado la totalidad de su permiso, con un 99% de uso completo en 2022.

Varias personas pasean con un carrito de bebé en el parque de El Retiro (Madrid) Jesús Hellín Europa Press

El informe también destaca que el promedio de días utilizados por los padres ha aumentado significativamente en los últimos años. Mientras que en 2016 los padres tomaban un promedio de 15 días de permiso, en 2022 este promedio se elevó a 109. De esta manera se equipara el tiempo que hombres y mujeres dedican al cuidado de sus hijos.

Este cambio en los patrones de uso de los permisos parentales, indica el estudio, no sólo tiene implicaciones en la corresponsabilidad dentro del hogar, sino también en el mercado laboral y en la igualdad de género. La mayor participación de los hombres en el cuidado infantil contribuye a reducir la "discriminación" hacia las mujeres en el ámbito laboral, especialmente en términos de contratación y promoción.

Es decir, disminuye la "penalización por maternidad", ya que ambos progenitores asumen de manera más equitativa las responsabilidades de cuidado.

No obstante, el informe señala que aún existen desafíos en la forma en que los padres utilizan sus permisos. El 50% de los padres toma el permiso de manera simultánea con la madre, lo que acorta el tiempo total de cuidado en el hogar, y sólo un 20% opta por fraccionarlo, utilizando las seis semanas obligatorias tras el parto y el resto cuando la madre ya se ha reincorporado al trabajo.

El uso fraccionado del permiso permite extender el tiempo de cuidado en el hogar a 26 semanas, favoreciendo una mayor involucración del padre en el rol de cuidador principal.

Sin embargo, esta modalidad por turnos presenta un sesgo de renta. Según el informe, los padres con menores ingresos son menos propensos a utilizar el permiso de forma fraccionada, debido a la falta de capacidad de negociación con sus empleadores. Mientras que en los deciles más altos de renta el 30% de los padres opta por este tipo de utilización, en los dos primeros deciles este porcentaje desciende al 10%.

Ante estos resultados, los autores del informe sugieren una revisión del diseño de los permisos parentales para fomentar el uso por turnos, en lugar de la simultaneidad. De hecho, en las conclusiones explican que "las dificultades que los padres encuentran para utilizar su permiso turnándose con la madre provocan que ellos continúen en su rol de ayudante en lugar de asumir el rol de cuidador principal, lo que plantea una posibilidad de cambio y mejora en el diseño del permiso".

Una posible modificación, apuntan, podría ser reducir la obligación de tomar las primeras semanas de forma simultánea de seis a dos semanas, y facilitar el fraccionamiento del resto del permiso sin necesidad de acuerdo con la empresa, lo que permitiría una mayor flexibilidad y corresponsabilidad en el cuidado.