El debate sobre la financiación singular de Cataluña no es sólo un tema de esa parte querida e importante de España. En finanzas, los números son los que son. A corto plazo es un asunto de “suma cero”: lo que recibe una parte, mengua en la otra. Según Fedea (agosto de 2024) supondrá un 11% menos de financiación para el resto de las autonomías y/o un aumento de impuestos (¿el 30% del IRPF?).
Por eso en Andalucía, Juanma Moreno, ya ha dicho que es un tema de todos los andaluces. Madrid, con Ayuso al frente, ha manifestado su oposición. Valencia muestra su reticencia. Page y Barbón (socialistas) también …
Lo ha dicho Feijóo: la financiación singular de Cataluña, su “cupo”, supondría una “mutación constitucional”. Una manera diferente de entender la Constitución de 1978.
Su capítulo VII (artículo 128 a 136) regula la Hacienda Pública. Pero antes, en el artículo 40.1 (de los principios), dice que se debe procurar “una distribución de la renta equitativa personal y regional en el marco del pleno empleo”. Así que el Estado no solo tiene que tener una suficiencia financiera y procurar la equidad personal, también tiene que conseguirlo a nivel autonómico.
La “financiación singular de Cataluña” no puede desentenderse de la de Galicia o Castilla y León, … De manera que todas las Comunidades autónomas pueden llamarse a la parte, como afectadas por ella.
La “financiación singular de Cataluña” no puede desentenderse de la de Galicia o Castilla y León
Hay dos formas de hacerlo: a) oponerse a una fórmula catalana por el principio de solidaridad; b) exigiendo un tratamiento singular para cada autonomía para preservar esa solidaridad.
La oposición frontal tiene dificultades políticas. El PSC, es la alternativa al independentismo. Las elecciones lo han dibujado así. Un PSC que es partidario de esa fórmula singular.
No será fácil que se apruebe el diseño pactado entre ERC y el PSC. Pero tampoco será posible que la situación se mantenga congelada. Sería dar pólvora al independentismo. Un embrollo en el que ninguna solución sería pacífica.
Sospecho que la salida al embrollo puede acabar en “financiaciones singulares” para otras autonomías. A pesar de que el manifiesto de los barones populares, ahora se opone a ello.
Para empezar, Valencia tiene en su estatuto reformado la llamada cláusula Camps, que dice que puede acceder a cualquier competencia alcanzada por otra autonomía. Tarde o temprano, incluso con un PP en el gobierno del Estado, podría pedir un tratamiento singular; es tradicional la queja de esa comunidad de estar infra-financiada.
Si lo hace Valencia, seguirán Galicia, Andalucía, …
Sospecho que la salida al embrollo puede acabar en “financiaciones singulares” para otras autonomías
Me recuerda la discusión sobre las competencias en los años ochenta. Valencia quiso acceder al máximo y lo hizo a través de la LOTRAVA. Una ley orgánica que le permitió hacerlo, cuando parecía que eso estaba reservado a País Vasco, Cataluña y Galicia.
Al final todas las Comunidades Autónomas accedieron a ese techo máximo de competencias. Nadie quiso ser menos en términos políticos.
Así que, o hay una confrontación con los independentistas de Cataluña, de resultados inciertos, o tendremos un proceso de emulación con las “financiaciones singulares” como el de las competencias de los años ochenta del siglo pasado. Entonces, España iría hacia una confederación de haciendas autonómicas.
¿Funcionaría? Hay dudas, pero también las hubo en la transferencia de competencias, al final a trancas y barrancas, fue encajando el sistema.
De manera que la mutación constitucional puede estar en marcha, sin que los ciudadanos seamos conscientes ¿Se nos podría consultar? Un referéndum podría ser la fórmula. Pero en cuestiones complejas, como la hacienda pública, los referéndums los carga el diablo. El Brexit es un ejemplo.
Consecuencia, la financiación singular de Cataluña es un tema de gran calado político. Nos lo ha colado el presidente Sánchez por la puerta de atrás. Muchos expertos se preguntan por su encaje constitucional. Pero hoy, ya se sabe, es constitucional lo que el Sr. Conde Pumpido, presidente del TC y cortesano de Sánchez, decida. Así que …
Sea lo que sea, pronto habrá que revisar la financiación del Estado, de las Autonomías y, de paso, de las corporaciones locales. Lo cual lleva a un replanteamiento no sólo de los gastos y las competencias, como hasta ahora. Sino también de todo el sistema tributario ¡Menudo lío!
¿Quién pondrá el cascabel a este gato?
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.