El Ayuntamiento de Madrid presentó el jueves su Plan Económico-Financiero (PEF) para los años 2016 y 2017. Aunque el Consistorio explicó que lo hizo “a iniciativa propia”, la realidad es que está obligado a presentar el PEF a Hacienda, ya que en el año anterior no se ajustó a la regla de gasto y tuvo un presupuesto superior a lo que permite la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPSF).
Con este plan, el Ayuntamiento comunica al Ministerio de Hacienda que pretende elevar el Presupuesto en 585 millones de euros en 2016 y en 598 millones en 2017 respecto a lo que permitiría la regla de gasto. Esta normativa (que explica aquí la AIReF) se introdujo con la Ley de Estabilidad y lo que hace es limitar el incremento del gasto de las administraciones públicas al PIB potencial (para este año, el 1,8%). De este modo, se intenta asegurar que el gasto público sea estable a pesar del ciclo económico y así conseguir la ansiada estabilidad presupuestaria.
“Si el Ayuntamiento no presentase este Plan Económico Financiero y se ajustase a la estricta aplicación de la regla de gasto se vería en la obligación de realizar importantes recortes de gasto”, asegura el consistorio. A continuación enumera los ajustes que se vería obligado a aprobar, tales como “recortes en gastos de personal por valor de 10 millones de euros”, o “recortes en gastos corrientes de bienes y servicios por valor de 165 millones de euros”.
Sin embargo, la realidad es que la regla de gasto no obliga a realizar recortes, ya que permite un incremento del gasto, eso sí, contenido para evitar un desfase de las cuentas públicas. En segundo lugar, la regla de gasto no determina cómo tiene que repartir su gasto una administración, esto es, si el Ayuntamiento decide recortar en personal o en bienes y servicios para elevar otras partidas de gasto, es su propia decisión, la Ley de Estabilidad no dice en qué tiene que gastar cada administración.
Por otra parte, si el Ayuntamiento se ve obligado a realizar recortes respecto a los Presupuestos aprobados para cumplir con la regla de gasto, esto es porque no se ajustaba a la Ley, ya que todas las administraciones tienen que cumplir la regla.
Una nueva interpretación
El Programa Económico-Financiero que ha presentado el Ayuntamiento propone una nueva interpretación de la regla de gasto que permitiese al Consistorio elevar en esos 1.183 millones de euros. Su propuesta consiste en elevar el cálculo del Presupuesto base del año anterior sobre el que se calcula el aumento del gasto para este ejercicio. La liquidación de 2015 marcó que el gasto fue de 2.932 millones de euros, sin embargo, pretende que el cálculo base ascienda hasta 3.490 millones de euros, esto es, 575 millones de euros más.
El argumento que esgrime el Ayuntamiento para este aumento es que en 2015 obtuvo un remanente de tesorería de 571 millones de euros que, según la Ley de Estabilidad debería destinarse a la amortización anticipada de deuda, pero que el Consistorio prefiere dedicarlo a elevar el gasto de este año.
No se destinará la diferencia entre ingresos y gastos no financieros a la amortización anticipada de deuda como objetivo prioritario
Este Plan Económico-Financiero se salta, por tanto, la regla de gasto, por lo que su aprobación queda en el aire. Ahora tendrán que analizar estas cuentas la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) y el propio Ministerio de Hacienda. “No se destinará la diferencia entre ingresos y gastos no financieros a la amortización anticipada de deuda como objetivo prioritario”, explica el Ayuntamiento de Madrid, “es prioritario que se consigne el máximo de recursos a servicios públicos, infraestructuras y gastos que benefician directamente a la ciudadanía, necesidades que deben estar, en la medida de lo posible, por delante del pago anticipado de la deuda”.
La culpa es del anterior equipo
El Ayuntamiento ha tenido que presentar el PEF porque en 2015 superó el límite de la regla de gasto, a pesar de que anunció que “con práctica seguridad se cumple”. El ejecutivo de Manuela Carmena recaudó más de lo que había presupuestado el equipo anterior, el de Ana Botella, un 12,1% más. También redujo los gastos previstos en un 8,28% y, a pesar de sus esfuerzos, no pudo cumplir con la Ley de Estabilidad. Las cuentas de Botella lo hicieron imposible, aunque Carmena creía que lo había conseguido. Faltaron sólo 17 millones de euros.
El Consistorio culpa a los Gobiernos de Rajoy y Botella que incumpliera la regla de gasto en el año 2015
En el Programa Económico-Financiero, Carmena se toma la revancha y culpa al ejecutivo de Botella y al de Rajoy de que el Ayuntamiento incumpliera la regla de gasto en 2015. En el caso de Botella, el PEF indica que “las medidas tributarias aprobadas por el anterior equipo de gobierno” tuvieron la culpa de una parte del desvío. La rebaja de impuestos que aprobó Botella tuvo un impacto en los ingresos en términos de caja de 116,8 millones de euros.
Además, el Ayuntamiento hace responsable del desvío al Gobierno de Rajoy por la decisión de recuperar la paga extra que quitó a los funcionarios en 2012. El Ayuntamiento explica que, por una parte, la obligación de eliminar la paga en 2012, que se hizo “exclusivamente con el fin de generar un menor déficit en dicho año para el conjunto de las Administraciones Públicas”, redujo ese año el gasto no financiero y, por tanto, la base para limitar el gasto en los años posteriores. Por otra parte, la obligación de reembolsar esa paga extra en 2015 afectó a la liquidación de 2015 del Ayuntamiento. Sin estos factores, el Consistorio de Carmena hubiese conseguido cuadrar las cuentas.