El problema de la Seguridad Social no es sólo de demografía. El envejecimiento de la población es un gran reto para la sostenibilidad del sistema público de pensiones, pero también lo es el avance de la pensión media. Este aumento no se produce únicamente por la revalorización anual, también influye el hecho de que los nuevos jubilados entran con una prestación mayor, fruto también de los mayores salarios que consiguieron en su vida laboral.
En julio empezaron a cobrar la prestación 25.771 personas con un pago medio mensual de 1.315,24. Esto significa que los nuevos jubilados reciben hoy un 51% más que en el mismo mes de 2005, año en el que empieza la serie histórica del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. La base para calcular la pensión es más elevada, lo que complica la viabilidad del sistema tal y como está desarrollado: se financia con cotizaciones, de ahí que muchos expertos estén recomendando bajar las pensiones o elevar la financiación de la Seguridad Social con impuestos. Mientras tanto, la hucha de las pensiones se sigue vaciando, el Gobierno ha sacado en julio otros 9.700 millones para la paga extar de verano. En 2005, los nuevos pensionistas cobraban 869,27 euros al mes y actualmente entran cobrando casi 450 euros más.
Por ejemplo, los nuevos jubilados de julio tienen un coste mensual para la Seguridad Social de 33,9 millones de euros. Una cifra que irá aumentando a medida que se revalorice su prestación. Sin embargo, si entrasen cobrando lo mismo que en 2005, el coste para el Estado cada mes sería de menos de 22,5 millones de euros.
En 2005, los nuevos pensionistas cobraban 869,27 euros al mes y actualmente entran cobrando casi 450 euros más
Los nuevos pensionistas son mucho más que mileuristas, lo que supone un gran desembolso para la Seguridad Social. Más si se tiene en cuenta que el empleo que se crea es de baja calidad y, además, una parte está bonificado de cotización, lo que reduce mucho las aportaciones a la Seguridad Social. Para frenar este avance del cálculo de la prestación, el Ejecutivo introdujo en 2013 una reforma progresiva que consiste en aumentar el número de años para calcular la base de cotización. Lo normal es que el trabajador haya ido elevando su nivel de salario a lo largo de su vida laboral, por lo tanto, cuantos más años se utilicen para el cálculo de la base de cotización, más baja será. En 2022 se computarán ya 25 años, por los 19 que se utilizan actualmente.
No sólo las pensiones de los nuevos jubilados son un 50% superiores a las que había hace una década, además se ha ampliado la brecha entre los que se dan de alta y las bajas. En el inicio de 2005 los nuevos jubilados cobraban en torno a 255 euros más cada mes en comparación con los que salían, sin embargo en 2016 esta diferencia ha ascendido hasta superar los 380 euros, casi un 50% más. El número de pensionistas aumenta continuamente, entran en el sistema cobrando más dinero y, además, la brecha con el montante que se libera por las bajas es cada vez más insuficiente.
Marineros y mineros
Todos estos factores juntos tienen como resultado que desde el año 2005 la pensión media de jubilación se haya revalorizado un 50%. En julio, se ha situado en 1.043,48 euros, lo que ha marcado un nuevo récord en una línea siempre ascendente. Dada la revalorización anual de las pensiones y que los nuevos jubilados entran cobrando un 20% más, es de esperar que en los próximos meses siga aumentando la paga media.
Por regímenes, los marineros y los mineros son los que reciben una pensión más elevada. La jubilación media de un minero del carbón es de 2.077,21 euros mensuales, casi tres veces más que un autónomo. Por detrás están los jubilados con enfermedades profesionales, que reciben una paga media de 1.644,15 euros y los trabajadores del mar, que cobran 1.193,76 euros.
Los jubilados del régimen general cobran de media 1.188,38 euros, mientras que la pensión más baja es para los autónomos, que reciben 700 euros mensuales. En comparación con la serie histórica que ofrece el Ministerio de Empleo, la jubilación media es superior a los 700 euros ininterrumpidamente desde el año 2006, pero no para los autónomos. Los nuevos autónomos se están jubilando con una prestación media de unos 800 euros, mientras que hace una década entraban con menos de 500 euros. Esto significa que su avance ha sido proporcional al resto de jubilados, pero como la base era más baja, la brecha se ha ido ampliando. Un trabajador autónomo que se jubilaba en el año 2005 cobraba en torno a 275 euros menos que el resto de trabajadores y actualmente cobra unos 525 euros menos cada mes.