Cuando los británicos votaron a favor de abandonar la Unión Europea parecía que el colapso se cernía sobre su economía. El desplome de la bolsa amenazaba con abrir las puertas del infierno para el país y muchos analistas adelantaron que la recesión sería inminente. Hoy se cumplen dos meses desde el referéndum y la realidad está sorprendiendo a todos. La economía está respondiendo con solidez y las últimas cifras muestran que algunos sectores están incluso más fuertes que antes del referéndum. Tanto ha cambiado el panorama que los expertos ya no prevén que Reino Unido caiga en recesión este año.
La clave de este giro se asienta sobre uno de los pilares fundamentales de la economía: la dupla consumo-empleo. Los datos de julio así lo refrendan. Las ventas al por menor fueron un 1,5% superiores a las de junio, mes en el que cayeron un 0,9%, según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés). En tasa interanual, el ritmo de crecimiento del comercio minorista aceleró hasta el 5,4% frente al 3,9% previo. Es el mejor dato en casi un año, lo que demuestra que los británicos siguieron comprando a pesar de toda la (supuesta) incertidumbre.
Reino Unido está en una posición económica mejor que la de Europa, al menos por ahora
El buen ritmo del consumo se apoya sobre un mercado laboral que sigue funcionando. En julio el número de desempleados se contrajo en 8.600 personas mientras que los analistas encuestados por Bloomberg esperaban un avance del paro de 9.000 personas. De este modo, el paro registrado cayó hasta 763.600 personas, el mejor dato desde abril.
La actuación conjunta de los políticos y los banqueros centrales ha sido clave para limitar el deterioro de la confianza de los distintos actores económicos. El Banco de Inglaterra (BoE) anunció el mismo día en el que se conocieron los resultados del referéndum que inyectaría 250.000 millones de libras en el sistema financiero (unos 300.000 millones de euros) y poco después anunciaría un recorte histórico de los tipos de interés y un aumento de su programa de compras de activos por valor de 60.000 millones de libras.
La estrategia fue la de prevenir el colapso antes que curarlo y está dando sus resultados. La evidencia se resume en dos datos. El primero es la percepción económica de los hogares, que volvió a estabilizarse en agosto después del desplome de julio, según los datos de la encuesta de Markit. La expectativa de las finanzas de los hogares para los próximos 12 meses vuelve a estar en niveles próximos a la expansión, en 49,8 puntos (por debajo de 50 puntos todavía indica recesión), frente a los 47,1 puntos de julio. Este es el mejor dato de los últimos cinco meses
El segundo es el impulso de las ventas que ha producido la caída de la libra. Según los datos de la ONS, el avance del consumo minorista estuvo impulsado, en parte, por el aumento de las compras desde el exterior aprovechando la cotización tan favorable de la divisa británica. Los estímulos monetarios siempre provocan un descenso en el tipo de cambio y esta vez no ha sido diferente. Desde el referéndum la libra se ha depreciado más de un 11% frente al euro y los analistas anticipan más caídas, ya que también esperan más estímulos del Banco de Inglaterra en los próximos meses.
Lo imposible
Los estímulos monetarios tienen un efecto decreciente, pero sin duda han servido para estabilizar la confianza de los consumidores. Según Markit, un 39% de los hogares esperan que el Banco de Inglaterra vuelva a recortar los tipos de interés (que ya están en el nivel más bajo de su historia, en el 0,25%), mientras que sólo un 16% espera una subida en los próximos 6 meses.
Los expertos opinan en la misma dirección: “El Banco de Inglaterra y el Banco de Japón probablemente recortarán los tipos de interés pronto”, explica Brian Coulton, economista jefe de Fitch. Los estímulos podrían venir acompañados de una nueva inyección de capital. “Esperamos que amplíe su programa de expansión cuantitativa, y no nos sorprendería que incluyera una gran variedad de activos a su programa de compras", apunta Ken Leech, director de inversiones de Western Asset, filial de Legg Mason.
Todas estas políticas del Banco de Inglaterra confluyen en una relajación de las condiciones financieras a los hogares (lo que les sirve para reducir el montante de su hipoteca), como para las empresas (que pueden conseguir dinero más barato y así invertir y contratar más). Al mismo tiempo, seguirán presionando a la libra a la baja, lo que alentará las exportaciones y el turismo.
El Banco de Inglaterra y el Banco de Japón probablemente recortarán los tipos de interés pronto
En contra de lo que podría parecer lógico, la economía británica está digiriendo bien el brexit. Neil Dwane, estratega global de la gestora Allianz GI, resume la situación de la economía británica así: “Reino Unido está en una posición económica mejor que la de Europa, al menos por ahora”. Y añade: “Su economía se enfrenta a grandes vientos de cara, pero también debería beneficiarse de los estímulos del Banco de Inglaterra, el mayor gasto fiscal y la devaluación de su divisa”.
Lo que hace un mes era catastrofismo hoy se ha dado la vuelta. El mejor ejemplo es que la mayoría de los economistas encuestados por Bloomberg ya no anticipa una recesión en el país. En julio anticipaban dos trimestres consecutivos de contracción de su economía, desde julio hasta diciembre, con una caída del 0,1% en cada uno. Ahora ya no esperan una recesión, aunque sí una ralentización de la economía. Sin embargo, este es sólo el corto plazo y todavía no se ha hecho efectiva la salida del país de la Unión Europea. ¿Qué pasará entonces?