El tratado de inversiones y libre comercio, el TTIP, ha sido una fuente de problemas casi desde el inicio de las negociaciones entre Europa y Estados Unidos. El principal causante de toda la polémica que ha creado ha sido, precisamente, la falta de información sobre el mismo. Las conversaciones, que empezaron en 2013, se han realizado bajo un estricto silencio, que solo se ha roto en momentos puntuales por filtraciones, como fue la publicación de Greenpeeace de los documentos secretos de la negociación.
Tanta polémica está a punto de liquidar todas las negociaciones, ya que Francia pedirá formalmente a sus socios europeos a finales de septiembre que se ponga fin de forma “clara, limpia y definitiva” al proceso. Así lo ha indicado hoy el secretario de Estado del Comercio Exterior francés, Matthias Fekl, en una entrevista a la radio RMC. Fekl lamenta que las conversaciones se hayan producido en un ambiente de mucha “opacidad” que ha terminado por generar “mucha desconfianza y miedo”.
El clima político y social en Europa es ya suficientemente complicado como para que los países se permitan un nuevo tropiezo. Francia considera que es hora de acabar con la opacidad y que las negociaciones se realicen de forma pública para que la sociedad sea consciente de las implicaciones del acuerdo. Por este motivo, Fekl pide que se puedan “reiniciar las negociaciones sobre nuevas bases con Estados Unidos, bases modernas”. Aunque no precisó cuándo podría retomarse el diálogo, en ningún caso sería de forma inmediata.
Francia trasladará esta demanda al resto de países de la Unión Europea en el encuentro de responsables del Comercio Exterior de la Unión Europea (UE) programado a finales de septiembre en Bratislava.
Un acuerdo muerto
El escenario para el TTIP se ha ido complicando a medida que pasaban los meses hasta el punto de ser insostenible para los gobiernos europeos. El vicecanciller Sigmar Gabriel ya mostró durante el fin de semana que el pacto se podía dar “por fracasado”. En su caso, la delegación alemana dio por muerto el acuerdo ya que Europa no está dispuesta a asumir las exigencias de EEUU en los temas de protección al medioambiente y los derechos del consumidor.
Fekl también ha criticado a EEUU por llevar las negociaciones con mano de hierro. “Los estadounidenses no dan nada o solo migajas", ha denunciado en su entrevista radiofónica, lo que no es propio de una "negociación entre aliados". De esta forma, la Unión Europea dejará la responsabilidad por el fracaso de las negociaciones en la rigidez de las demandas de EEUU: "Las relaciones entre Europa y Estados Unidos no están a la altura. Hay que reanudar más tarde sobre nuevas bases.
Estas declaraciones de Europa en ningún caso suponen una gran traición a Estados Unidos, ya que el futuro de las negociaciones con los dos candidatos a la Casa Blanca ya era muy incierto. El republicano Donald Trump ha criticado el TTIP en innumerables ocasiones, mientras que la demócrata Hilary Clinton ha mostrado sus reservas hacia otros acuerdos similares, como el Tratado de Asociación Transpacífico que EEUU firmó con Japón y otros países asiáticos en octubre del año pasado.