La decisión de la Comisión Europea de eliminar los beneficios fiscales de Apple en Irlanda marca un antes y un después para la ingeniería fiscal de las grandes tecnológicas. Competencia ha criticado con dureza a Irlanda, que en las últimas décadas ha acogido en su seno a las grandes multinacionales ofreciéndoles un traje fiscal a su medida. Es lo que se conoce como el doble irlandés, que complementado con el sándwich holandés hacen que en Europa muchas compañías paguen apenas un 2% por sus beneficios.
El camino del dinero es el siguiente: las ventas en un país europeo se trasladan hasta una matriz irlandesa, donde cuentan con grandes ventajas fiscales (incluso se envían hasta Bermudas en el caso de ganancias por derechos de propiedad). Este beneficio se reparte, en forma de dividendos, a una sociedad con sede en los Países Bajos y esta, a su vez, los reenvía a otra situada en las Antillas Holandesas. El resultado es que la factura impositiva se reduce hasta quedarse apenas en el 2%, cuando en España tendría que haber pagado un 25%.
Bruselas acusa a Irlanda de ofrecer ventajas fiscales extra al doble irlandés desde el año 1991 y obliga a la compañía a devolver todo lo que no pagó de forma ilegal desde 2003 a 2014: 13.000 millones de euros. La Comisión explica que la normativa irlandesa permitía “transferir los beneficios sujetos a imposición a dos sociedades irlandesas propiedad de Apple (Apple Sales International and Apple Operations Europe) que no se corresponden a la realidad: la mayor parte de los beneficios generados se atribuyeron internamente a una empresa central (matriz)”.
Esto significa que las dos sociedades con sede el Irlanda ni siquiera tributaban aquí el Impuesto de Sociedades, sino que lo enviaban a otra sociedad en el extranjero que "existe sólo sobre el papel" y que se quedaba exenta de tributación. La Comisión Europea no ha desvelado en qué país estaba radicada esta sociedad, pero es posible que fuese Bermudas, ya que Irlanda permite transferir los activos de derechos de la propiedad a este paraíso fiscal sin pagar impuestos.
De este modo, Irlanda permitía que la multinacional estadounidense ni siquiera pagara todo el Impuesto de Sociedades, sino que sólo abonaba un 1% sobre sus beneficios hasta 2003 y a partir de entonces se redujo aún más, hasta el 0,005%. La Comisión denuncia que, "de hecho, el tratamiento fiscal en Irlanda permitió a Apple evitar el pago de impuestos de casi todos los beneficios generados por ventas de productos de Apple en todo el Mercado Único Europeo". Aquí es donde entra el doble irlandés, una práctica que se aprovecha de las condiciones favorables de Irlanda, pero que es ilegal.
El tratamiento fiscal en Irlanda permitió a Apple evitar el pago de impuestos de casi todos los beneficios generados en el Mercado Europeo
Lo que hace Apple (y otras muchas tecnológicas) es establecer en los distintos países en los que tiene negocio empresas que son meros comisionistas, aunque en realidad son los que realizan las ventas y generan el beneficio. El resultado es que estos comisionistas simplemente generan los beneficios por su actuación como intermediario, mientras que el grueso de los beneficios va a la matriz, con sede en Irlanda.
De este modo, los beneficios conseguidos en los países europeos acaba tributando al tipo impositivo que marca Irlanda y, así, se saltan las imposiciones nacionales. Esta acción es ilegal y no es sobre la que se acaba de pronunciar la Comisión Europea. De hecho, muchos países europeos están persiguiendo a las grandes tecnológicas por no tributar por el Impuesto de Sociedades correspondiente.
¿Y los Países Bajos?
El doble irlandés se completa con otra segunda ventaja para las multinacionales y es que los dividendos que se repartan a otra sociedad erradicada en Europa están exentos de tributación. Aquí es donde aparecen los Países Bajos para rematar la faena con el doble holandés. Esta figura consiste en que los dividendos que vengan de una sociedad extranjera sólo pagan un 2% de impuestos si se envían a su vez a una tercera sociedad con sede en las Antillas Holandesas (otro paraíso fiscal).
El abuso de los paraísos fiscales es fundamentalmente un problema europeo que distorsiona al resto de socios
“El abuso de los paraísos fiscales es fundamentalmente un problema europeo”, denuncia José Luis Groba, presidente de la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado, además, estas legislaciones de algunos países miembro “distorsionan al resto de socios europeos”. Si la normativa del Impuesto de Sociedades fuese similar en los países europeos, las tecnológicas no harían estos malabares para pagar menos impuestos y no serían necesarias las inspecciones de Hacienda. La Comisión Europea ha dado hoy un paso importante para igualar la fiscalidad de los beneficios empresariales, pero Irlanda ya ha anunciado que recurrirá esta decisión.