Bruselas

El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, se ha esforzado este miércoles en negar cualquier tipo de "ultimátum" en la carta que acaba de enviar al Gobierno de Mariano Rajoy pidiendo ajustes inmediatos de 5.000 millones de euros. La Comisión es "muy paciente" con España y respeta los "ritmos democráticos", ha subrayado. Pero también ha dejado claro que espera que los recortes se adopten "lo antes posible".

En la misiva -dirigida al ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos- el Ejecutivo comunitario avisa de que las cuentas prorrogadas que le ha remitido España incumplen el objetivo de déficit comprometido para 2017. En lugar del 3,1% que pide la UE, el desfase se disparará hasta el 3,6% si no se aprueban más medidas. "Eso puede suponer riesgos para una corrección sostenible y en plazo del déficit excesivo", resalta la carta.

"Con España no tenemos prisa", ha afirmado Moscovici en rueda de prensa al ser preguntado por la misiva. "No estamos dando un ultimátum, respetamos los ritmos democráticos. Esperamos que se cumplan los compromisos y que se adopten las medidas prometidas lo antes posible. Pero siempre somos muy pacientes en el caso español", ha insistido el comisario de Asuntos Económicos.

Bruselas espera respuesta de Guindos

El Ejecutivo comunitario pide que las autoridades españolas le den en los próximos días "garantías" de que el futuro Gobierno, nada más tomar posesión, enviará a Bruselas unos Presupuestos actualizados para 2017 que respeten los objetivos pactados con la UE. Ello supondrá un ajuste adicional de 5.000 millones de euros (el 0,5% del PIB), según ha reconocido el propio Guindos.

En concreto, la Comisión espera recibir una carta de respuesta de Guindos en la que el ministro de Economía se comprometa a remitir con carácter urgente un plan presupuestario que cumpla el objetivo del 3,1% de déficit, y con datos desglosados de las comunidades autónomas, según han informado a EL ESPAÑOL fuentes europeas.

Si las promesas de Guindos no llegan o no convencen a Bruselas, el ultimátum lo marcan las propias reglas fiscales de la UE. Según estas reglas, la Comisión puede tumbar las cuentas de un país miembro si considera que vulneran gravemente el Pacto de Estabilidad. Y pedir otro borrador en tres semanas. Los plazos también están tasados y Bruselas tiene que decidir la semana que viene.

Así que, en el peor de los casos, el Ejecutivo comunitario podría pedir nuevos Presupuestos en un plazo de tres semanas desde la investidura de Rajoy, es decir, a finales de noviembre. Guindos ya ha dicho que como muy pronto espera tenerlos listos a finales de año.

Italia, el peor alumno

A diferencia de lo ocurrido en 2015, este año España no es el peor alumno de la eurozona en materia presupuestaria. La Comisión ha enviado cartas de aviso a otros seis países: Italia, Portugal, Bélgica, Lituania, Chipre y Finlandia.

El caso más complicado políticamente es el de Roma. El Ejecutivo comunitario considera que los Presupuestos remitidos por el primer ministro, Matteo Renzi, no cumplen las exigencias de ajuste estructural de la UE. Pero Renzi ya ha dejado claro que no introducirá más recortes y aprovecha cada oportunidad para criticar a Bruselas y sus políticas de austeridad. La Comisión quiere evitar un choque frontal con Italia a pocas semanas del referéndum constitucional en el que se juega la supervivencia de Renzi y la propia estabilidad política del país. Moscovici se reunirá con el ministro de Finanzas Italiano, Pier Carlo Padoan, el viernes en Bratislava.

En la misma situación que Italia, pero con menor voltaje político, se encuentran Chipre y Finlandia. En los casos de Portugal y Bélgica, los borradores de Presupuestos remitidos a Bruselas cumplen formalmente las reglas, pero el Ejecutivo comunitario reclama a los dos Gobiernos más información sobre las medidas concretas que han previsto para recortar el déficit. Finalmente, Lituania, como España, está pendiente de la formación de un nuevo Gobierno.

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