El debate del mercado laboral actual y futuro va mucho más lejos de los tradicionales. Las modalidades de contratación, las cotizaciones, la protección social… a todos estos aspectos se une ahora un elemento clave: la incorporación de las nuevas generaciones al empleo y a las empresas. Los ‘millennials’ o la generación Z demandan nuevas relaciones laborales, empresas más flexibles y cercanas y jefes que sean líderes y compañeros.
Así lo han reconocido los expertos que se han sentado a debatir sobre el mercado laboral en el marco de las jornadas organizadas por EL ESPAÑOL por la celebración de su primer año de vida. El secretario de Estado de Empleo, Juan Pablo Riesgo, ha repasado todas las reformas aprobadas por su Ministerio durante estos años, culminando con una mirada al futuro, que incluirá necesariamente tratar las relaciones y la situación de las nuevas generaciones. Riesgo ha señalado que es imprescindible generar un ambiente de bienestar en el trabajo. “Los millennials no exigen más retribución, exigen más bienestar”.
Esto significa que el discurso tiene que cambiar, también el de los políticos, y “hablar menos de relaciones laborales, de ultractividad” y de términos similares, para prestar más atención “a la realidad que viven los trabajadores en su día a día”. En su opinión, los jóvenes necesitan acceder al mercado laboral con una buena formación, para así tener garantías de desarrollar todas sus capacidades. Por ello hay que adaptar la educación, para que “potencie la creatividad: los empleos del futuro van a ser los que no puedan hacer las máquinas”.
Las personas que mejor se puedan adaptar a este mercado laboral cambiante (y exigente) son las que mejor valoradas están ya hoy, y más en el futuro. Jaume Gurt, portavoz de Infojobs, ha apuntado que la revolución de la tecnología ya está en marcha. “El segundo perfil más buscado es informática y telecomunicaciones, que está creciendo de forma abismal”, explica, “lo que indica que en el futuro las máquinas sustituirá a las personas”.
Aunque pueda resultar paradójico, muchas empresas tienen complicado actualmente encontrar ciertos perfiles de trabajadores y en el futuro será más marcado. Por eso las empresas necesitan atraer a los jóvenes y “tienen el reto de crear un mercado laboral inclusivo en el que convivan generaciones muy diferentes”, ha explicado Gurt. Los jóvenes demandan también un cambio muy profundo en las empresas, quieren ser escuchados y valorados, y también reclaman transparencia y cercanía de la compañía hacia los trabajadores.
Y las empresas no siempre cumplen este papel. "Creo que debería haber un respeto hacia los jóvenes dentro de las empresas", reclama Gurt. Para ‘humanizar’ a las compañías, Gurt considera que es imprescindible que se dé paso a las mujeres en los puestos de decisión de las empresas, un cambio que será imparable: “Vosotras, las mujeres, sois el futuro, hagamos que seáis también el presente”, ha reclamado.
¿En qué quieres trabajar?
El ritmo al que está cambiando el mercado laboral y el mundo empresarial no deja de acelerar. Esta ola que todo lo arrastra tiene una consecuencia que explica Isabel Lara, vicepresidenta de Atrevia: “El 60% de los empleos del futuro no nos conocemos”. Esto supone un gran reto para la educación: “¿Cómo formamos a los jóvenes para empleos que no sabemos cuáles van a ser?”, se ha preguntado, y la respuesta es sencilla, “el aprendizaje tiene que estar mucho más a la medida de lo que quiera el estudiante y tiene que incluir la enseñanza de habilidades trasversales”.
“Las empresas van a necesitar personas que sepan liderar, que sepan pensar, son estas habilidades las que hay que potenciar”, ha remarcado Lara. El economista César Molinas apunta en la misma dirección: “La educación es el largo plazo de la economía en el que hay que reflexionar, y lo que necesitamos es un sistema que enseñe más cómo se resuelven los problemas”, ha advertido.
El contrato único
El otro foco del debate no ha sido tan glamuroso, ya que se ha centrado en dos debates de muy corto plazo, el contrato único y las políticas activas de empleo. Ha sido el principal punto de desencuentro entre el portavoz de Economía de Ciudadanos en el Congreso, Toni Roldán, y el secretario de Estado de Empleo, Juan Pablo Riesgo. Para Roldán, el contrato único es la solución a la dualidad que existe actualmente entre los temporales y los indefinidos. En su opinión, crea una transición suave, tanto para el trabajador como para el empleador, desde la temporalidad hasta ser indefinido, por lo que ayudará a crear empleo de más calidad.
“La idea del contrato único es disminuir la diferencia de protección que hay entre contratos y que la haga lineal”, ha explicado Roldán. Una reforma de la que se beneficiarán los trabajadores, porque “acabará con el abuso de la rotación”, ha señalado.
No lo tiene tan claro Riesgo, que ve en el contrato único “un experimento que no existe en otros países”. El secretario de Estado ha defendido la existencia de la modalidad de contratos temporales y considera que “la propuesta del PP y Ciudadanos con tres modalidades de contrato es muy completa”. En cuanto al contrato único, ha señalado que “los experimentos, mejor con gaseosa”.
El otro foco de debate han sido las políticas activas de empleo. Para Roldán el problema está en el perfilado de los parados que hacen las oficinas del Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE). “El problema es que no sabemos qué tipo de parados tenemos”, ha denunciado Roldán, “nos hemos gastado miles de millones de euros sin saber en qué nos los queríamos gastar”.
Para Molinas, este es un punto clave. “Casi nadie conoce cuál es el coste de cada recolocación”, ha protestado, “me gustaría saber cuánto le cuesta la broma al contribuyente”. En su opinión, el problema de las políticas activas es que no se ajustan a la realidad de lo que necesitan las empresas, por lo que la formación no resuelve las necesidades del mercado de trabajo. “Hay que acercarse a las empresas, no a los agentes sociales”, ha advertido, “ellos tienen un papel absolutamente excesivo en la vida política, no puede ser que la patronal y los sindicatos tengan un papel tan predominante en las políticas activas de empleo”.
Riesgo ha defendido la reforma del Gobierno apuntando que “de los 700 millones de euros destinados a la formación de trabajadores, aproximadamente la mitad se destinan a lo que demandan las empresas”. El secretario de Estado ha apuntado que el reto de las políticas activas de empleo, como acordó su partido con Ciudadanos en el pacto para la investidura, pasa por mejorar el perfilado de los desempleados y “hacer un sistema eficiente de orientación para cada uno”.