Finalmente, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, no ha cogido su vuelo a Bruselas y se queda en Ottawa. En el tiempo de descuento, la Unión Europea y Canadá han decidido aplazar la cumbre convocada para este jueves debido a que Valonia -región belga que supone el 0,7% de la población comunitaria- mantiene su veto al acuerdo de libre comercio entre los dos bloques (CETA, por sus siglas en inglés), que cuenta con el apoyo del resto de países miembros e incluso del Gobierno federal belga.
"Dado que no todos los Estados miembros están preparados para firmar el CETA, la cumbre UE-Canadá no empezará hoy como estaba previsto", ha informado el portavoz del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un mensaje a las 7:30 de la mañana del jueves. Tanto Bruselas como Ottawa habían decidido mantener la convocatoria hasta el último minuto en un intento de presionar a los valones, pero el presidente de la región, el socialista Paul Magnette, ha rechazado todos los ultimátums.
La suspensión de la cumbre supone un duro golpe a la credibilidad de la UE como socio internacional. El CETA, que suprime el 99% de los aranceles entre los dos bloques, empezó a negociarse hace siete años, se cerró hace dos, y su firma se había previsto para este 27 de octubre desde hace meses. "Si no podemos pronunciarnos a favor del libre comercio con un país como Canadá -el país más europeo fuera de Europa y un estrecho aliado y amigo-, eso tiene consecuencias obvias para la posición de Europa en el mundo", admitió Tusk en una comparecencia ante la Eurocámara este miércoles.
"Canadá sigue estando dispuesta a firmar este acuerdo importante cuando Europa esté lista", ha dicho un portavoz de la ministra de Comercio, Chrystia Freeland. Freeland estuvo la semana pasada en Bélgica y visitó incluso el parlamento valón para tratar de desbloquear el CETA, pero acabó criticando la parálisis europea. "Para Canadá es evidente que la UE ahora no es capaz de firmar un acuerdo internacional ni siquiera con un país que tiene valores tan europeos como Canadá, con un país tan amable y paciente como Canadá", lamentó.
Bélgica sigue negociando
En los últimos días, los políticos belgas han mantenido jornadas maratonianas de negociaciones para intentar desbloquear el CETA. Las reuniones terminaron el miércoles a las 23:00 horas sin acuerdo y se han retomado este jueves. Valonia reclama más garantías sobre los tribunales de arbitraje previstos en el tratado para dirimir los conflictos entre empresas y Estados y sobre los productos agrícolas.
Para algunos grupos en la Eurocámara, la solución a la crisis pasa por retirar a los parlamentos nacionales y regionales las competencias en materia de política comercial y volver a centralizarlas en la Comisión Europea. Es lo que ha defendido esta semana el presidente del grupo liberal (ALDE) y ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt. "Implicar a 70 parlamentos nacionales y regionales nunca puede funcionar. Convierte a la UE en una carga en lugar de un socio estable y fiable", ha dicho.
Pero el presidente del Consejo Europeo cree que la recentralización no resolverá los problemas. "Hoy, los ciudadanos prefieren que los Estados y los parlamentos nacionales tengan más influencia sobre la evolución de las políticas, no menos. ¿Es más fácil gobernar Europa así? Por supuesto que no. Pero nadie cambiará el hecho de que la UE es todavía una unión de Estados y no una serie de instituciones", ha dicho Tusk.