La caída del desempleo y el fin de las prestaciones para muchos parados está suponiendo un gran alivio para las cuentas del Gobierno. Uno de los objetivos del Ejecutivo era rebajar los gastos para cumplir con el objetivo del déficit fijado en el 2,8% y que posteriormente se ha ampliado hasta el 4,6% por la imposibilidad de cumplir los compromisos adquiridos con Bruselas. La contención de los gastos se traduce en una reducción de los pagos no financieros (excluyendo los intereses de la deuda) de 7.200 millones de euros en términos de caja, de los cuales, 6.400 millones corresponden al ahorro generado por la reducción del desempleo.
Los datos de ejecución presupuestaria publicados por la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) muestran que el Gobierno está ahorrando básicamente por la caída del paro. Las transferencias al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) hasta septiembre se han reducido un 90%, pasando de 7.200 millones en 2015 a 800 millones en 2016. Si no fuese por este alivio en la factura del desempleo, el ahorro (en términos de caja) no llegaría a 800 millones de euros.
El Gobierno ya previó en los Presupuestos Generales del Estado un importante descenso del desempleo y, por tanto, de las transferencias al SEPE. Ante esta previsión, el Ejecutivo recortó en un 63,5%. La caída de las transferencias está siendo mayor a esta cifra, ya que alcanza el 90% hasta septiembre, sin embargo estos datos todavía no incluyen el pago de seis mensualidades, que hasta septiembre todavía no se habían liquidado, pero que sí se habían pagado en 2015.
En cualquier caso, la caída de las transferencias al SEPE supone un ahorro de seis décimas del PIB para la Administración Central y, por tanto, un gran alivio para las cuentas del Ministerio de Hacienda. El ahorro en el pago de intereses ha supuesto un ahorro menor este año, ya que se ha reducido la factura de la deuda en 100 millones de euros respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. A pesar de esta caída de los pagos del Estado, el déficit del Estado hasta septiembre (en términos de contabilidad nacional) se situó en el 2,56% del PIB
El déficit de la Seguridad Social
Esta reducción de las transferencias al SEPE está provocando una reducción del superávit de este organismo autónomo y por tanto, de los Fondos de la Seguridad Social. En concreto, hasta agosto (último dato de ejecución disponible), el superávit del SEPE era de 2.100 millones de euros, esto es, la mitad de lo que era hace un año, en términos de contabilidad nacional.
Según los datos de la IGAE, las prestaciones sociales del SEPE hasta agosto cayeron por debajo de los 12.700 millones de euros, un 10,1% menos de las realizadas en el mismo periodo de 2015. Este ahorro se produce por la caída en el número de beneficiarios del desempleo, que se redujo también un 10%. En cualquier caso, las menores transferencias del Estado reducen el superávit del SEPE y contribuye a elevar el déficit de los Fondos de la Seguridad Social (que incluye al Sistema de la Seguridad Social, el Sepe y Fogasa).
La merma en las transferencias al SEPE dificulta que los Fondos de la Seguridad Social puedan contener el avance del déficit. Hasta agosto el desfase de los Fondos se ha multiplicado por dos, pasando de 3.400 millones en 2015 a 6.700 millones este ejercicio. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) señaló en su informe de fiscalización de los datos del segundo trimestre (último disponible) que “los recursos en porcentaje del PIB de los Fondos de la Seguridad Social continúan reduciéndose en 2016, tendencia que se estima que se mantendrá a lo largo del año”.
La Autoridad alertó de que entre el cuarto trimestre de 2014 y el último de 2016, los recursos de los Fondos se habrán reducido en 1,5 puntos del PIB (unos 15.000 millones de euros). “Esta tendencia se explica por unas cotizaciones sociales que crecen por debajo del PIB y unas menores transferencias del Estado para financiar el SEPE”, explica la AIReF. Según sus cálculos, el déficit de los Fondos de la Seguridad Social se situará “próximo al 1,6% del PIB”, esto es, casi 16.000 millones de euros.
La reducción de las transferencias de la Administración Central al SEPE lo único que hace es aliviar el déficit del Estado, pero eleva el de la Seguridad Social. El único ahorro real es la caída efectiva del gasto en transferencias a los desempleados, que hasta agosto se ha reducido un 10% (unos 1.300 millones de euros). La diferencia entre las menores transferencias del Estado y el verdadero ahorro en el pago del desempleo se financia con el aumento de las cotizaciones y el mayor déficit de la Seguridad Social.