El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, siempre repite la misma frase al hablar del paro: "El primer paso para la calidad en el empleo es tener un empleo". En sus cinco años como presidente la ocupación ha aumentado en 355.000 personas, una noticia muy positiva para todas esas personas. Sin embargo, la cara b de esta creación de empleo está en la precariedad de los trabajos que se están creando y de la dualidad que existe entre trabajadores indefinidos y temporales, un problema del que se han hecho eco los principales organismos internacionales y analistas.
El trabajo por cuenta propia (autónomos) ha crecido con fuerza durante la crisis y, en parte, responde a esa precarización del empleo. Sin embargo, los datos son más evidentes entre los asalariados. Desde el cuarto trimestre de 2011, último dato previo a la toma de posesión de Rajoy, el número de asalariados ha aumentado en 235.000 personas, hasta los 15,4 millones. Una creación de empleo que se basa en contratos temporales y a tiempo parcial, como muestran los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el INE.
El número de asalariados con contrato indefinido y jornada a tiempo completo se ha reducido en 280.000 personas en estos cinco años de Rajoy. Un descenso que se contrarresta con la creación de 202.000 puestos de trabajo temporales y con jornada a tiempo parcial. También ha sido muy intensa la creación de empleo indefinido a tiempo parcial, con casi 200.000 empleos nuevos.
Toda la creación de empleo se centra en los contratos temporales, y que ahora hay 81.000 asalariados menos con contrato indefinido. Sin embargo, el número de temporales ha aumentado en 316.000 personas. Esto significa que por cada puesto de trabajo indefinido que se destruía, se creaban tres empleos temporales, de los cuales, dos eran a tiempo parcial. La consecuencia es que la tasa de temporalidad ha escalado hasta el entorno del 27%, por lo que vuelve a los niveles previos a la crisis, antes de que la destrucción de empleo se cebara con los contratos más precarios y, por tanto, más baratos de despedir.
El deterioro de la calidad en el empleo ha sido más acusado entre los hombres que entre las mujeres. De hecho, hoy hay más mujeres con contrato indefinido del que había antes de la victoria de Rajoy, en concreto 66.000 personas más. Sin embargo, detrás de esta noticia positiva, hay una no tan buena: la creación de empleo indefinido entre las mujeres se sostiene sobre las jornadas a tiempo parcial, donde hay 93.000 asalariadas más. Esto significa que el número de asalariadas a tiempo completo se ha reducido en 27.000 personas. Si con Rajoy se han contratado 188.000 mujeres, el 65% tienen un contrato temporal y con jornada a tiempo parcial.
En el caso de los hombres, la destrucción de empleo indefinido ha sido más intensa: actualmente hay 148.000 asalariados menos. La caída es más profunda si se miden sólo los datos de indefinidos a tiempo completo, ya que aquí se han destruido 253.000 empleos. Toda esta caída se compensa con una creación de 82.000 empleos temporales a tiempo parcial y 113.000 empleos temporales a tiempo completo.