"Desaceleración sincronizada". Estas dos palabras se han convertido en la carta de presentación de la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, que estos días afronta su primera gran cita, en la Asamblea Anual del organismo multilateral en Washington, tras acceder al cargo a finales de septiembre. Con esas dos palabras, la búlgara presentó este miércoles un escenario más que inquietante, sustanciado en que el Fondo espera "un menor crecimiento en el 90% de la economía mundial en 2019"

Los datos no la desmienten. Ni las vendas con las que los paises están tratando de evitar heridas económicas mayores. Hasta 21 países o regiones monetarias, como la Eurozona, han reducido los tipos de interés en 2019, un grupo que representa el 75% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. Esta secuencia se ha acelerado en las últimas semanas, tanto por la acumulación de los recortes como por la llegada de más países a la lista. Otro dato evidencia la relevancia de esta nueva dosis de expansión monetaria global: de las 20 mayores economías del mundo, solo Japón, Reino Unido, Canadá y Suiza no han bajado los tipos este año. En algunos casos, como el japonés y el suizo, porque ya tienen activadas unas políticas monetarias extraordinariamente expansivas, y en otro, el británico, porque está esperando novedades sobre el 'Brexit' para pulsar el botón de los estímulos. 

El caso más representativo, porque para ello es la mayor la economía del planeta, es el estadounidense. La Reserva Federal (Fed) ya ha reducido los tipos en dos ocasiones, en julio septiembre, y todo indica que emprenderá un tercer tijeretazo consecutivo en el cónclave monetario de finales de octubre. Por ahora, los tipos ya han pasado del 2,25-2,50% al 1,75-2%. Todo ello en un año que encaraba con la intención de elevar los tipos en dos ocasiones, pero la marcha de los acontecimientos, con la guerra comercial alimentando esa "desaceleración sincronizada", y además a mayor ritmo de lo previsto, ha obligado a la entidad presidida por Jerome Powell a cambiar el paso y activar el 'modo crisis'

La nueva directora gerente del FMI señaló que el 90% de la economía mundial ya se está frenando. Y una proporción importante de esos países ya lucha contra la desaceleración con medidas monetarias, a la espera de las fiscales

La Eurozona, con su exiguo crecimiento, con la recesión llamando a la puerta de su principal locomotora, Alemania, muestra bien a las claras el impacto de las tensiones comerciales y de la desaceleración económica. Por eso, y cuando parecía que ya no había más margen, el Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a la carga. Rebajó los tipos de depósito en septiembre, para llevarlos del -0,40% al -0,50%, un descenso que vino acompañado por la reanudación de las compras netas de activos en el mercado a partir de noviembre. Ha sido el último servicio de Mario Draghi, cuyo mandato termina en octubre y expirará sin que el italiano haya subido los tipos ninguna vez en sus ocho años como presidente.

TAMBIÉN LOS EMERGENTES

Pero las rebajas de los tipos no son solo cosa de los países desarrollados. Los emergentes también están abaratando el precio del dinero, empezando por los mayores, por los agrupados en las siglas 'BRIC'

Brasil ha recortado los tipos en dos ocasiones en 2019 y ya los tiene en mínimos históricos, en el 5,5%. Rusia los ha bajado hasta el 7% tras tres descensos. E India, con cinco tijeretazos en 2019, los sitúa en el 5,15%. China también se ha sumado al grupo, aunque a su forma. En agosto realizó una reforma monetaria que dio lugar a un nuevo tipo de referencia para los préstamos a un año que se situó en el 4,25%, por debajo de la antigua referencia del 4,35%. En septiembre fue ajustado de nuevo al 4,20%. Junto a esta medida, el Banco del Pueblo de China también ha reducido el coeficiente de reservas aplicado a los bancos, todo ello para reforzar los estímulos fiscales emprendidos por Pekín y en un contexto de 'guerra comercial' con EEUU en el que el gigante asiático quiere contar con más 'armas' monetarias con las que defenderse. 

Australia, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía o Chile figuran también entre los países que ya han recurrido a los estímulos monetarios en 2019 para combatir los efectos del enfriamiento económico. Porque la propia Georgieva, en su discurso, apeló a que, tras el protagonismo de los bancos centrales y sus continuas medidas en los últimos años, ahora le corresponde un papel central a la política fiscal. Pero mientras llega, hasta que los gobernantes calibren cuándo, cómo y cuánto jugarse con los estímulos fiscales, los bancos centrales continúan al quite. 

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