La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, ha asegurado este martes que España no se plantea de momento pedir ayuda del fondo de rescate de la UE (MEDE) para hacer frente a la crisis del coronavirus porque no tiene problemas para financiarse en los mercados. Calviño responde así a las declaraciones del ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, que ha sugerido activar cuanto antes líneas de crédito del MEDE con el fin de asistir a Italia y España, los países europeos más afectados por la pandemia.
"Lo que sí puedo confirmar es que desde luego España no tiene en este momento pensado activar ningún tipo de mecanismo extraordinario. Estamos en una situación financiera muy positiva", ha asegurado Calviño durante una rueda de prensa telemática previa al Eurogrupo extraordinario que se celebra este martes para tratar de acordar un plan fiscal coordinado a la crisis.
"La semana pasada tuvimos una subasta de deuda con resultado muy positivo. Hoy mismo hemos vendido un bono sindicado a siete años con una sobredemanda de más del triple de lo que teníamos previsto colocar y con un resultado en términos de precio también muy favorable. Por tanto no se trata de una opción -la del rescate- que nos estemos planteando en absoluto en este momento", sostiene la vicepresidenta.
La alternativa que plantea España a modo de respuesta inicial coordinada de la UE a la crisis es crear dentro del fondo de rescate "una línea de financiación especial vinculada verdaderamente a la respuesta al coronavirus", con mínimas condiciones ligadas exclusivamente a la crisis sanitaria y que funcionaría como "una especie de red de seguridad para garantizar la liquidez". "Una línea con carácter precautorio, un seguro, no una línea de acceso inmediato", ha insistido Calviño.
Esta nueva línea de crédito del MEDE, cuya potencia de fuego asciende ahora a 410.000 millones de euros, debe activarse no a petición de España o de Italia sino mediante "una solicitud conjunta de todos los países o de un grupo de países". Se trataría de "un instrumento transitorio que empiece a visualizar una respuesta europea en tanto se van desarrollando instrumentos más estructurales para que Europa responda de forma coordinada y solitaria a esta crisis sanitaria".
¿Qué dotación debería tener esta herramienta contra el coronavirus? Ni siquiera los países que defienden esta opción se ponen de acuerdo sobre las cifras. "Ha habido distintas cantidades que se han barajado para este posible instrumento de liquidez. Hay quien piensa que bastaría con un instrumento relativamente pequeño pero que permitiese la activación en mayor medida del BCE. Hay quien considera que tendría que ser un instrumento con un volumen más importante de recursos", relata la vicepresidenta.
"Hay que planteárselo como un instrumento para no ser activado. Es más bien una línea precautoria y por tanto una red de seguridad extra que visualice una respuesta específica a esta crisis específica", dice Calviño. Gracias a la bazuca de 750.000 millones de euros desplegada por el BCE, de momento ningún país de la eurozona necesita un rescate del MEDE. "Los mercados de deuda están muy estables y no creo que haya ningún país que en este momento tenga necesidad de acceso a este tipo de instrumentos", ha insistido.
Calviño choca con Alemania, Holanda y los nórdicos
Las tesis españolas chocan con la oposición de Alemania, Holanda, Austria y los nórdicos, que se oponen a una activación colectiva del MEDE. Estos países sostienen que el fondo de rescate debe ser una solución individualizada y de último recurso cuando un Estado miembro pierda el acceso a los mercados.
Si un Estado miembro quiere una línea de crédito preventiva, debe cumplir las condiciones previstas en la normativa del MEDE y quedar sujeto a un plan de ajustes y reformas y a la supervisión de la troika, argumentan los nórdicos. Lo máximo que están dispuestos a aceptar es que la puesta en marcha de estas reformas se retrase hasta que pase lo peor de la crisis sanitaria.
Los países del norte también se oponen a cualquier otra solución que implique una mutualización de la deuda, como los 'coronabonos'. "Tardarían siglos en negociarse y no solucionarían nada. No habrá eurobonos en un futuro próximo", explica un alto funcionario de uno de estos países.
La propia Calviño admite que "no se ha decidido nada" y ve improbable que el Eurogrupo de este martes concluya con resultados concretos. Lo que harán los ministros de Finanzas de la eurozona es "dejar abiertas las opciones" para que los jefes de Estado y de Gobierno sigan discutiendo la respuesta europea a la crisis durante la videocumbre programada para este jueves, ha apuntado.
España seguirá defendiendo que la UE active todos sus instrumentos a la máxima potencia y lo antes posible para evitar "daños estructurales" a la economía y facilitar un efecto "rebote" cuando pase la crisis sanitaria. Las medidas de confinamiento decretadas hasta ahora están teniendo un "impacto económico muy significativo", reconoce Calviño, que no obstante ha eludido poner cifras al desplome del crecimiento.