La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, durante un Eurogrupo

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, durante un Eurogrupo Johanna Geron/Reuters

Macroeconomía

El fiasco de Calviño 'da alas' a los nórdicos para imponer condiciones a las ayudas de la UE

La vicepresidenta económica cae derrotada frente al irlandés Paschal Donohoe por la rebelión de los países pequeños contrarios a la mutualización de la deuda.

10 julio, 2020 08:41
Bruselas

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Nadia Calviño partía como favorita clara para suceder al portugués Mário Centeno como presidenta del Eurogrupo. Contaba con el apoyo público de las grandes potencias (Alemania, Italia y Francia), que junto con España representan el 80% del PIB de la eurozona.

Es una representante del establishment de Bruselas tras haber pasado 12 años como alta funcionaria de la Comisión Europea. Su derrota a manos del ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe, supone un duro revés para Pedro Sánchez y complica enormemente las ayudas a la reconstrucción de hasta 140.000 millones de la UE a las que aspira España.

El presidente del Gobierno ha perdido estrepitosamente la primera de las grandes batallas que se libran este mes de julio en Bruselas para definir la respuesta a la crisis del Covid-19. El fiasco de Calviño es el resultado de una alianza entre los países pequeños del Norte y del Este, liderada por Holanda, que rechazan una mayor integración fiscal en la eurozona y se rebelan contra el dominio de los grandes.

Afilan armas

Una coalición que se repetirá (al menos en parte) durante la cumbre de la semana que viene en la que los líderes de la UE tratarán de llegar a un acuerdo sobre el fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros que ha propuesto Ursula von der Leyen para salir al rescate de España e Italia, los países más golpeados por la pandemia. 

Alemania y Francia apoyan también los planes de la presidenta de la Comisión y reclaman un acuerdo urgente en julio para frenar la caída libre de la economía. Pero los países nórdicos del club de los frugales (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) quieren reducir el volumen de ayudas a España e Italia, convertirlas en préstamos a devolver en lugar de subvenciones a fondo perdido y endurecer las condiciones en materia de reformas económicas

La derrota de Calviño en el Eurogrupo evidencia que los frugales, pese a ser pequeños y minoritarios, no van a ceder a la presión de las potencias. El primer ministro holandés, Mark Rutte, se ha reunido este jueves en Berlín con la canciller Angela Merkel y ha insistido en que las ayudas a la reconstrucción para Madrid y Roma deben condicionarse a reformas. Rutte es en realidad el gran ganador de este jueves.

Mark Rutte se ha reunido este jueves en Berlín con Angela Merkel

Mark Rutte se ha reunido este jueves en Berlín con Angela Merkel Reuters

También el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, tiene previsto endurecer las exigencias a España e Italia a cambio de los fondos europeos en la propuesta de compromiso que presentará este mismo viernes. "Una cuestión esencial es el vínculo entre el Fondo de Recuperación y las reformas que deben ponerse en marcha en los diferentes Estados miembros", ha dicho Michel en un discurso en la Eurocámara, en el que ha admitido que el acuerdo en la UE todavía está muy lejos.

La revuelta de los pequeños

Calviño llegaba al esprint final del Eurogrupo con siete votos prácticamente garantizados: Alemania, Francia, Italia, Portugal, Grecia, Finlandia y la propia España. Malta -país del Sur y con Gobierno socialista- era también una apuesta segura. Estos apoyos le han permitido sobrevivir a la primera ronda electoral, en la que ninguno de los tres candidatos ha obtenido los 10 votos de la mayoría simple exigida.

Minutos antes de la segunda ronda, el liberal luxemburgués Pierre Gramegna se retiraba de la carrera. Nunca tuvo ninguna oportunidad y su salida ha permitido aglutinar todo el voto anti-Calviño en torno al candidato irlandés, que se ha impuesto a la vicepresidenta económica en la segunda ronda. Como la votación ha sido secreta, no se sabe cuántos países han apoyado a Calviño, ni si algunos de los apoyos comprometidos le ha traicionado y por qué.

Lo único que está claro es que desde que la vicepresidenta económica anunció su candidatura, los países nórdicos, liderados por Holanda, han trabajado para montar un frente común contra ella. Le reprochan ser una figura polarizadora y divisiva por su defensa asertiva de una mayor integración en la eurozona y la mutualización de la deuda. Para justificar su rechazo, desenterraron unas oscuras declaraciones de Calviño en las que les llamaba "países pequeños con poco peso".

La lista de derrotados en la batalla por el Eurogrupo la lidera el propio Sánchez, que ha invertido infructuosamente mucho capital político en la búsqueda de apoyos para Calviño, como ella misma dejaba claro en un tuit. "Mi profundo agradecimiento al presidente Sánchez Castejón por su plena implicación y respaldo", ha escrito la vicepresidenta económica.

Pero entre los perdedores de la rebelión de los pequeños se encuentran también por supuesto Alemania, Italia y Francia. Lo mismo ocurre con los socialistas europeos, que daban por descontado que les correspondía la presidencia del Eurogrupo en el complicado equilibrio que rige el reparto de altos cargos de la UE. El Partido Popular Europeo ha apoyado en bloque a Donahoe, que pertenece a su familia política, y se ha hecho con el cargo.

Finalmente, el Norte se impone al Sur, que debido al abandono prematuro de Mário Centeno sólo ha tenido la presidencia del Eurogrupo dos años y medio. El ministro de Finanzas irlandés ha prometido ejercer de "puente" entre Norte y Sur, pero lo cierto es que se alió con los países nórdicos para frenar las propuestas de Emmanuel Macron para una mayor integración en la eurozona. Donohoe ha vetado además la tasa Google en la UE, una iniciativa respaldada por la mayoría de Estados miembros.