Angela Merkel enfría las posibilidades de un acuerdo rápido sobre el fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros que prepara la Unión Europea para salir al rescate de España e Italia, los países más golpeados por el Covid-19.
En una comparecencia conjunta con Pedro Sánchez, a quien ha recibido este martes en Berlín, la canciller ha resaltado que todavía persisten "posiciones divergentes" entre los países miembros de la UE y avisa de que "no es seguro" que se logre una solución en la cumbre que se celebra este viernes y sábado en Bruselas.
"En los muchos encuentros que estamos manteniendo vemos que todavía hay ideas divergentes. Pero existe una sintonía en la opinión de que estamos en una situación sin precedentes y tenemos que actuar para que Europa vuelva a la senda del crecimiento y para superar los graves daños económicos y sacar las lecciones de la pandemia del coronavirus, que todavía no ha terminado", ha dicho Merkel.
"Sería deseable llegar a un acuerdo lo antes posible. Si será posible alcanzarlo el viernes o el sábado, no lo sé, pero el tiempo apremia", ha insistido la canciller en una breve declaración tras la que no se han admitido preguntas.
"Tenemos que salvar algunas discrepancias. Por parte de Alemania hay voluntad de llegar a una solución de compromiso para lograr un acuerdo. Pero todavía no es seguro (que vaya a conseguirse)", avisa Merkel.
En lo que supone un cambio radical de posición, el Gobierno de Berlín apoya el fondo de 750.000 millones de euros propuesto por Ursula von der Leyen, que se financiará con la emisión a gran escala de deuda por parte de la Comisión Europea. Merkel respalda también que la mayor parte de las ayudas sean subvenciones para no aumentar la deuda de España e Italia.
Pero los países nórdicos del club de los frugales (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) se han rebelado contra la canciller, su aliada tradicional en las batallas de la UE. Insisten en reducir el volumen de ayudas a Madrid y Roma, reclaman que el dinero llegue en forma de préstamos a devolver y no como subsidios a fondo perdido y exigen reformas económicas con controles estrictos a cambio del dinero. Cualquier acuerdo requiere la unanimidad de los 27 Estados miembros.
Sánchez pide a los nórdicos que no veten
El presidente del Gobierno, que aspira a lograr 140.000 millones de euros para España, ha admitido que la negociación en la UE es "difícil" porque hay "intereses contrapuestos". Pero ha reclamado cerrar un acuerdo sobre el fondo anticrisis de forma urgente antes de que termine el mes de julio.
"La Unión nunca se ha construido en base a vetos, siempre en base a una voluntad de dialogar y de acordar. Si retrasamos el acuerdo, vamos a retrasar la recuperación. Y si retrasamos la recuperación se va a agravar más la crisis. España va a hacer todo lo necesario para llegar a un acuerdo cuanto antes", ha asegurado Sánchez.
El presidente del Gobierno sostiene que el Covid-19 ha provocado un desplome económico sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial en Europa y desde la Guerra Civil en España. Por ello, requiere una respuesta de la UE que esté a la altura del desafío y que permita preservar y fortalecer el mercado único y acelerar la doble transición digital y verde.
Tras haberse reunido en La Haya con Mark Rutte al principio de la semana, Sánchez concluirá su minigira de capitales con dos encuentros este miércoles. En primer lugar, viaja a Suecia para un desayuno de trabajo con el primer ministro Stefan Löfven, que aunque pertenece a la familia de los socialistas europeos es uno de los miembros más destacados del club de los frugales.
Finalmente, el presidente del Gobierno mantendrá un almuerzo de trabajo en París con el presidente Emmanuel Macron, que también apoya sin fisuras el fondo anticrisis de la UE.