Ni la gira de capitales europeas que ha realizado esta semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni el frenesí de contactos bilaterales y multilaterales del resto de líderes europeos han servido para acercar posturas entre Norte y Sur sobre el fondo anticrisis de la UE.
Las diferencias entre Holanda por un lado y España e Italia por el otro siguen siendo muy profundas y casi nadie ve posible un acuerdo en la cumbre de este viernes en Bruselas. Estas son las seis piezas del Fondo de Reconstrucción de la UE que enfrentan al Norte contra el Sur.
El tamaño del fondo anticrisis
La propuesta de compromiso de Charles Michel, que sirve de base a las discusiones de los líderes en Bruselas, mantiene la dotación de 750.000 millones de euros que había propuesto Ursula von der Leyen, financiados con una emisión de deuda a gran escala. Pero los países nórdicos no se resignan y siguen presionando para recortar el volumen de ayudas a España e Italia.
"Estamos comprometidos a reducir la talla del fondo de reconstrucción", asegura el Gobierno holandés en una carta remitida a su Parlamento. También la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, ha pedido rebajas en el fondo. Italia, España o Francia consideran que 750.000 millones es el mínimo imprescindible para que este fondo tenga algún tipo de impacto positivo.
El equilibrio entre subvenciones y créditos
De los 750.000 millones de euros del fondo de reconstrucción, 500.000 millones se distribuirán en forma de subvenciones a fondo perdido, mientras que los otros 250.000 serán préstamos a devolver. El objetivo es evitar sobrecargar a Italia y a España, que ya tienen niveles de deuda muy elevados.
Los nórdicos no están de acuerdo y piden que toda la ayuda sea en forma de créditos. Rutte sostiene en una reciente entrevista que ni Madrid ni Roma tienen problemas de sostenibilidad de la deuda, tal y como ha certificado la propia Comisión Europea. En los últimos días, Finlandia o Austria se han mostrado más flexibles y admiten que haya subvenciones, pero mucho menos cuantiosas.
El reparto de las ayudas
Desde el inicio de las negociaciones, los nórdicos le han reprochado a Bruselas que, a la hora de calcular el reparto de las ayudas para la reconstrucción, se base en datos viejos que no tienen nada que ver con la pandemia: el PIB, la renta per cápita y la media de paro entre 2015 y 2019.
Michel les ha hecho caso y propone alterar el reparto para garantizar que el dinero vaya realmente a los países más golpeados por el Covid-19: el 70% de las ayudas se comprometerá en 2021 y 2022 de acuerdo con los criterios que plantea el Ejecutivo comunitario; el 30% restante se decidirá en 2023 teniendo en cuenta la caída del PIB en 2020-2021. Este cambio favorecerá probablemente a España e Italia en detrimento de Polonia, que en el reparto original era el tercer país beneficiario pese a que la recesión allí será mucho menos intensa.
Las condiciones
Las condiciones en materia de ajustes y reformas que exigirá la UE a España e Italia a cambio de las ayudas se han convertido en el elemento central de la negociación. Michel ha propuesto que sean todos los Gobiernos de la UE (y no sólo la Comisión) los que examinen, corrijan e incluso rechacen los planes de inversión que tienen que preparar Madrid y Roma. Los nórdicos lo consideran insuficiente y quieren apretar todavía más las tuercas a Sánchez y a Giuseppe Conte.
"Es importante para Holanda que la ayuda a la recuperación vaya acompañada de condiciones claras en materia de reformas estructurales", sostiene el Gobierno de Rutte. Los países del Sur temen que se repita el escenario de los rescates de 2010-2012, con 'hombres de negro' y tutela económica por parte de Bruselas, Berlín y La Haya. "A nadie le interesa introducir una condicionalidad que comprometa la eficacia de este instrumento. Sería una locura", ha dicho el primer ministro italiano
El presupuesto plurianual de la UE
Con todos los focos en el fondo de reconstrucción, el debate sobre el presupuesto plurianual para 2021-2027 ha pasado a segundo plano, pese a que es el que define la estrategia a largo plazo de la UE. Ambas cuestiones se están negociando en paralelo y tienen que acordarse al mismo tiempo en la cumbre de este fin de semana.
Para tratar de aplacar a los nórdicos, Michel ha propuesto un ligero recorte en el presupuesto plurianual: de 1,1 a 1,074 billones de euros para un periodo de siete años. La nueva rebaja no afecta a las partidas que más le interesan a España: la política agrícola común y los fondos estructurales para las comunidades autónomas. Pero sí que reducen la ambición de iniciativas vitales como el programa de investigación Horizonte Europa.
Los cheques para los nórdicos
El otro gesto del presidente del Consejo Europeo para tratar de levantar el veto de los nórdicos consiste en mantener los descuentos de los que gozan en su contribución al presupuesto de la UE, que están financiados por el resto de Estados miembros.
Francia, España o Italia reclamaban su desaparición tras el adiós de Reino Unido y el fin del 'cheque británico", el modelo que inspiró al resto. Pero los descuentos seguirán sin cambios en el periodo 2021-2027: ascienden a 3.671 millones en el caso de Alemania, 1.576 millones para Holanda, 798 millones para Suecia, 237 millones para Austria y 197 millones para Dinamarca.