El PIB chino creció un 3,2% en el segundo trimestre del año, superando así las previsiones después de que viviera el primer descenso anual en décadas en el trimestre anterior, cuando el PIB de China cayó un 6,8% mientras el país luchaba por mitigar el impacto de la crisis de Covid-19.
El retorno al crecimiento coincide con un período en que los nuevos casos reportados del virus han disminuido drásticamente y un mayor apoyo estatal para el sector industrial, incluso cuando el consumo se mantuvo débil.
Liu Aihua, portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas del país, ha señalado, según recoge Financial Times, que las cifras "demuestran un impulso de crecimiento restaurativo y una clara recuperación gradual". Pero también apunta a "crecientes riesgos y desafíos externos" a medida que el virus siga propagándose a nivel mundial. "Confiamos en la recuperación económica en la segunda mitad de este año", asegura. Los datos de China, de donde partió el coronavirus, se miran de cerca mientras las economías de todo el mundo pelean con los efectos de la crisis.
A pesar de los brotes locales del virus, incluido el mes pasado en Pekín, los nuevos casos diarios se han estancado a medida que la pandemia se aceleraba en Estados Unidos, Europa y América Latina.
En abril, China redujo las medidas de bloqueo en Wuhan, el centro original del virus, pero siguió aplicando normas estrictas y cerró el país a la mayoría de los vuelos internacionales.
El aumento del PIB en el segundo trimestre se apoya en la fuerte producción industrial, que creció un 4,4% en comparación con el mismo período del año anterior y aumentó cada uno de los últimos tres meses. El estado chino ha apoyado la actividad industrial en parte mediante el aumento de las cantidades que los gobiernos locales pueden solicitar para proyectos de infraestructura.
El aumento en la construcción ha ayudado a impulsar la producción de acero del país cuando la han reducido en otros grandes productores. "En China, la historia depende mucho de lo que sucede en el país", afirma Louis Kuijs, jefe de economía de Asia en Oxford Economics. "El impulso debería ser lo suficientemente fuerte como para que no se dé otra caída en el PIB", agrega.
Las ventas minoristas cayeron un 3,9% en el segundo trimestre, lo que indica una recuperación desigual y una presión continua sobre el consumo. La tasa de desempleo en junio fue del 5,7%, mostrando una ligera mejoría con respecto a la cifra de mayo del 5,9%.
Marcella Chow, estratega de mercado global de JPMorgan Asset Management, considera que las altas tasas de ahorro de los consumidores nacionales en el transcurso de la pandemia han influido, pero cree que el consumo podría recuperarse rápidamente si la confianza vuelve.
China ha aportado datos comerciales positivos esta semana, que plasman que las exportaciones aumentaron inesperadamente un 0,5% en junio en comparación con el año pasado. El índice CSI 300 de las acciones cotizadas en Shanghái y Shenzhen bajó un 1,6% y el índice Hang Seng de Hong Kong cayó un 1,2%.