Los rebrotes del Covid-19 en Cataluña y Aragón preocupan, y mucho, a las autoridades sanitarias. Los contagios se cuentan por centenares y su naturaleza ya es comunitaria, aunque no se considera que la situación esté fuera de control. Sin embargo, la situación ya empieza a afectar a la economía de las áreas afectadas, con datos que apuntan a un importante descenso del consumo.
Así lo indican los datos que ha revelado el BBVA Research, que alertan de que, particularmente, los rebrotes de Covid-19 en Lugo y Lérida “han entorpecido” la evolución del consumo privado.
Las compras presenciales con tarjeta bancaria cayeron un 1% en la provincia gallega del 6 a 12 de julio. Mientras, en Lérida, el aumento del gasto se moderó 11 puntos la semana pasada, hasta el 2%.
Otro marcador del consumo es la disminución de las retiradas de efectivo, que fue mayor en áreas donde se han aprobado restricciones a la movilidad. En cualquier caso, la pasada semana, cayeron las retiradas de efectivo en un promedio del 15% interanual igualmente.
Y ello a pesar de que las compras por internet retrocedieron un 17% interanual en el mismo periodo. Un descenso que se debe a la reducción prolongada de la demanda de viajes, alojamiento, transporte y ocio que representaba el 70% de la compras online hace un año.
Compras extranjeras, por los suelos
El turismo está de capa caída y las compras con tarjetas bancarias extranjeras son un fiel reflejo de ello. El importe del gasto realizado por esta vía durante la semana pasada fue un 55% inferior al de hace un año.
Y aún así, y con todo, la caída no es tan acentuada como lo venía siendo gracias a los turistas galos que están llegando a las provincias limítrofes con Francia. Sin embargo, este alivio corre el peligro de desaparecer puesto que las autoridades francesas se están planteando el cierre de las fronteras ante los rebrotes de Covid-19.
Mientras, las áreas más dependientes del turismo siguen sufriendo la falta de visitantes. En Canarias, la contracción del consumo con tarjeta extranjera es del 66%, aunque peor es la situación en las dos principales capitales de España, Madrid y Barcelona, en las que la caída del consumo superó el 70%.
Caída de economía y consumo
Una reducción tan importante del consumo como el que anticipan los datos del BBVA Research tendrá un impacto clave en las cifras macroeconómicas españolas. Esta misma semana, el Instituto de Estudios Económicas (el ‘think tank’ de la CEOE) ha actualizado sus previsiones económicas y prevé una caída del PIB del 11% para 2020, debido principalmente a la contracción de la demanda nacional (-11,3%), en particular la liderada por el consumo privado (-11,3%) y por la inversión en capital fijo (-29,5%), compensada ligeramente solo por el sector exterior (+0,3%).
Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente del Instituto, ha explicado que el perfil de crecimiento de la actividad será en forma de "V asimétrica", ya que la caída durante los dos primeros trimestres de 2020 (-5,12% y -17,5%), no será compensada por el repunte en la segunda parte del año, al estimar un crecimiento del 14,5% y del 2,3% en el tercer y cuarto trimestre. De esta forma, el PIB se mantendrá un 5,3% por debajo de su nivel a comienzos de año.
Y esto sin tener en cuenta un agravamiento que puede sufrir la economía si los rebrotes de Covid son más significativos. “Los desarrollos económicos se verían afectados negativamente en los próximos meses, potencialmente incluso de forma severa, si los brotes que se están produciendo en las últimas semanas en distintos territorios tras la relajación de las restricciones a la movilidad no pudieran ser controlados con medidas de alcance local y transitorio”, ha alertado Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España en una intervención pública, este jueves.
“Además, las dudas acerca de la evolución económica de los próximos trimestres no se agotan en el ámbito sanitario. En particular, junto con el impacto adverso sobre la actividad que puedan seguir teniendo las medidas de distanciamiento social que eventualmente sea necesario mantener en un futuro, habría otro efecto, más difícil de medir a priori, relacionado con los posibles cambios, potencialmente persistentes, en el comportamiento de los agentes en respuesta a la ‘nueva normalidad’", alerta el responsable del ente regulador.
“Estos cambios podrían incluir alteraciones en los patrones de consumo y ahorro o modificaciones en las cadenas de suministro o en ciertos aspectos de la operativa de las empresas. Todas estas consideraciones justificarían que a la actual recuperación se la calificara de incierta, con el segundo de los adjetivos que he utilizado antes para caracterizar esta recuperación”.