Como ya se ha confirmado, el PIB cayó durante el segundo trimestre del año un 18%. Junto a la caída del 5,2% del primer trimestre, los seis primeros meses del año resultaron catastróficos para la economía por culpa del impacto de la Covid-19. Y ello también ha tenido su efecto en las arcas públicas.
Para empezar, restándoles ingresos, que caen un 14%, sobre todo el caso de los tributarios. Según los últimos datos del Ministerio de Hacienda, la recaudación por impuestos y cotizaciones sociales cayó un 17,4%, hasta quedarse en los 69.453 millones a finales de junio.
El mazazo se contempla en todas las figuras fiscales, aunque particularmente en los impuestos sobre la renta y otros como los de patrimonio. En estos casos, la reducción de ingresos acumulada en 2020 supera el 23%. En el IVA se queda en el 18% y en los impuestos del capital se dispara al 51%.
El impacto es especialmente notable también en el Impuesto de Sociedades, dado el desplome de la actividad empresarial durante la primera mitad del año. De hecho, la recaudación de este tributo ha llegado a ser negativa por importe de 2.321 millones, mientras que en el mismo periodo de 2019 fue positiva con un montante de 1.594 millones.
Este fenómeno no es solo cosa del coronavirus. Según explica el Ministerio de Hacienda, hay diversas causas como las devoluciones extraordinarias de 2019 o el retraso en la realización de las devoluciones de la campaña de 2018. “En términos homogéneos los ingresos por este impuesto descienden un 25,7%”, concreta el departamento.
Nuevas medidas de gasto
En medio de esta debacle de ingresos, el Gobierno se ha visto obligado a impulsar y desarrollar nuevas medidas de gasto y rescate tanto para trabajadores como empresas (como los ERTE) y planes sociales para atenuar el impacto negativo de esta crisis en el tejido productivo y en las familias.
Así, en mayo (que es el último mes del que hay datos disponibles en cuanto al gasto público) el gasto en prestaciones sociales de las Administraciones Públicas subió un 19% hasta superar los 85.500 millones.
Sin embargo, lo verdaderamente llamativo está en el capítulo de subvenciones. En este caso, la partida prácticamente se dobla. Aumenta un 95%, hasta los 6.373 millones.
Con todo, estos datos indican el ‘abismo’ que hay entre recaudación y gasto públicos y su impacto en los futuros 'números rojos' de España. Aunque la previsión es que la diferencia no se agrande gracias a la recuperación de la actividad del país y la 'resurrección' parcial de parte de los impuestos, está claro que la recaudación se va a quedar muy lejos de las previsiones 'preCovid'.
En cambio, la evolución que puede tener el necesario gasto para sostener el tejido productivo y a las familias es desconocida todavía. Aunque se da por hecho que se mantendrán los ERTE hasta que acabe el año, se desconocen sus condiciones y, por tanto, el impacto económico.
Ayuda
Por lo pronto, el Gobierno ya ha pedido más de 20.000 millones de euros al MEDE precisamente para financiera esta medida. Y es que estos fondos serán indispensables para paliar el impacto de la pérdida de recursos que se espera en este 2020. Según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), en el peor de los escenarios, los ingresos podrían caer este año hasta 46.000 millones, casi el doble de los estimado por el Ejecutivo.
De ahí que las previsiones de ‘números rojos’ públicos sean tan elevadas. La Autoridad alerta de que el déficit podría irse hasta el 12,4% del PIB (este 2019 acabó por debajo del 3% del PIB) y la deuda pública del 95% al 123% del PIB.