El verano debía servir como punto de inflexión para la recuperación económica. Se esperaba que la llegada de las vacaciones y del turismo interior sirviese para ‘tirar’ del carro y hacer que la V asimétrica del PIB empezara a cobrar forma vigorosamente. Sin embargo, las cosas parecen ser distintas a los supuestos establecidos. Muestra de ello es que la recaudación por IRPF en julio cayó un 2,9%, lo que deja entrever que la actividad económica sigue ralentizada.
Por norma general la evolución de la recaudación del IRPF va ligada a la del Producto Interior Bruto, por lo que sirve como un buen indicador de cómo evoluciona este último. Así, y según el avance del mes de julio, se puede concluir que el PIB cayó en pleno verano un 2,9%. Una cifra que está alejada del -18,5% del segundo trimestre y que abocaba a la economía española a la recesión, pero que es fiel reflejo de que la recuperación todavía está lejana.
En total, durante el mes de julio se ingresaron 18.413 millones frente a los 18.972 millones de un año antes. El propio informe de Contabilidad Nacional refleja que la economía “está afectada por los distintos grados de actividad de los últimos meses, ya que además de las declaraciones mensuales, se presentan las declaraciones del segundo trimestre de pymes de IRPF e IVA”.
De hecho, en el caso del IVA la situación es -si cabe- todavía más preocupante puesto que los ingresos por este impuesto caen casi un 33% respecto al mismo período del año anterior. Una cifra que da muestras del impacto que ha tenido en los meses previos la hibernación económica, y que refleja también cómo la economía no acaba de avanzar.
Y es que aunque existía esperanza en que el turismo sirviera de catalizador, no ha sido así. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) relativos al mes de julio hablan de hoteles medio vacíos y bajando las tarifas para intentar atraer clientes. En concreto, destacaban que la ocupación era del 35% frente al 70% que se esperaba; y que los precios se rebajaran en algo más de un 8%.
Confianza del consumidor
Esta mala evolución viene a coincidir también con las últimas encuestas de confianza que se han hecho entre los ciudadanos. Desde el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestran en el Índice de Clima de Confianza del Consumidor que éste se sitúa en 49,3 puntos en agosto frente a los 53,1 del mes de julio. No hay que olvidar que por debajo de 100 y cuando más se aleja supone una visión cada vez más negativa de la economía.
Lo mismo ocurre con la encuesta de la Comisión Europea, que refleja cómo la confianza de los españoles caía en agosto hasta -41,5% frente al -34% de julio. Una situación preocupante y que muestra que las familias españolas se preparan para una crisis larga y duradera. Todo un problema si se tiene en cuenta que el consumo supone algo más de la mitad del PIB de nuestro país.
Habrá que esperar cómo evoluciona la situación, pero el auge de los rebrotes y las cifras de contagiados que se conocen día tras día no hacen presagiar nada positivo. De hecho, los datos de BBVA de gasto con tarjeta muestran la contención de las familias según iban variando las cifras de Sanidad.
Durante la segunda quincena de agosto la tracción de compras con tarjetas españolas iba bajando hasta subir sólo un 8% respecto al año pasado. Las compras por internet bajaron un 12% en tasa interanual la última semana de mes, lo que unido a la atonía de las compras presenciales, redujo el -2% el gasto agregado.