El Banco Central Europeo (BCE) se prepara para aumentar en su próxima reunión del 10 de diciembre su programa de emergencia de compra de deuda frente a la pandemia (PEPP), cuya dotación actual asciende a 1,35 billones de euros, así como la línea de financiación ultrabarata para la banca con el programa TLTRO, según ha apuntado este jueves su presidenta, Christine Lagarde.
Con esta munición adicional, el BCE pretende contrarrestar el empeoramiento de la situación económica en la eurozona debido a la segunda ola de la Covid-19, a la espera de que empiecen a llegar vacunas eficaces. Las últimas noticias sobre las vacunas "parecen alentadoras", pero el agravamiento de la pandemia "aumenta la incertidumbre y supone un reto grave para la eurozona y la economía global".
"La economía de la eurozona se verá severamente afectada por el impacto del rápido aumento de las infecciones y la reintroducción de medidas restrictivas, lo que plantea un claro riesgo a la baja para las perspectivas económicas a corto plazo", ha dicho Lagarde durante una intervención virtual ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara.
El BCE está analizando todos los indicadores económicos en tiempo real para actualizar sus previsiones económicas, que se publicarán también el 10 de diciembre. Sobre la base de estos cálculos, el Consejo de Gobierno "recalibrará sus instrumentos de manera apropiada para responder a la situación en curso con el fin de impulsar una convergencia de la inflación hacia nuestro objetivo (del 2%) de manera sostenible".
Ajuste dinámico
"Aunque todas las opciones están sobre la mesa, el programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) y nuestras operaciones selectivas de refinanciación a largo plazo (TLTROs) han demostrado su eficacia en el actual entorno y pueden ajustarse de forma dinámica para reaccionar a la evolución de la pandemia", ha argumentado Lagarde.
"Por eso es muy probable que continúen siendo las principales herramientas para ajustar nuestra política monetaria", asegura la presidenta del BCE.
"Ya respondimos de forma rápida y contundente a la primera ola que golpeó a las economías de la eurozona diseñando nuevas herramientas específicamente adaptadas a la naturaleza del shock y recalibrando nuestra diversificada cartera de instrumentos existentes. (...) Haremos frente a la actual fase de la crisis con el mismo enfoque y determinación", ha dicho Lagarde.
Eso sí, la presidenta del BCE ha vuelto a insistir en que la política monetaria no puede hacerlo todo en solitario y necesita el refuerzo de la política fiscal. En este sentido, Lagarde ha reclamado a los líderes europeos que pongan en marcha cuanto antes el fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros, que ahora está paralizado por el veto de Hungría y Polonia.
"Los recursos adicionales de este paquete pueden facilitar políticas fiscales expansivas, especialmente en aquellos países de la eurozona con espacio presupuestario limitado", sostiene Lagarde.