España recibirá menos de la mitad de anticipo de fondos de la UE que Italia por renunciar a los créditos

Sin embargo, las declaraciones públicas del Ejecutivo español se contradicen con sus hechos. De los 140.000 millones que tiene adjudicados, Sánchez sólo ha solicitado a Bruselas los 70.000 millones de euros correspondientes a las subvenciones a fondo perdido y renuncia de momento a los créditos por miedo a una crisis de deuda como la de 2012. En contraste, el Gobierno de Mario Draghi, ha pedido a la UE toda la potencia de fuego disponible: 191.500 millones sumando transferencias y préstamos blandos. 

El resultado de esta estrategia diferenciada de Madrid y Roma se evidenciará ya tras el Ecofin. Los ministros de Finanzas de los 27 aprueban este martes los planes de recuperación tanto de Sánchez como de Draghi. Además, darán luz verde al desembolso del primer tramo de fondos europeos, un anticipo equivalente al 13% del total de ayudas solicitadas. Mientras que España recibirá 9.000 millones de euros, a Italia le corresponden 24.900 millones (8.960 en transferencias y 15.940 en créditos blandos).

Es decir, el adelanto de España representa apenas el 36% del que recibirá Italia. Es más, el Gobierno de Roma obtendrá con este anticipo más fondos europeos que los que Sánchez tiene previsto ingresar en todo el año: un total de 19.000 millones gracias a un segundo tramo de 10.000 millones en diciembre. 

El propio comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, había pedido a todos los Estados miembros, incluso los más endeudados, que solicitaran a la vez créditos y subvenciones. Su argumento es la urgencia de maximizar el impacto del estímulo presupuestario justo en el momento en que más se necesita y sostener la recuperación.

Primer tramo de fondos Next Generation que aprobará el Ecofin el martes

Sánchez ha decidido desoír de momento esta recomendación para no engordar todavía más la deuda pública española, que se ha disparado hasta el 120% del PIB durante la pandemia. En el plan de recuperación español se anuncia que los otros 70.000 millones en préstamos baratos se podrían movilizar a partir de 2022 para cubrir instrumentos financieros de asistencia a empresas, así como los nuevos ERTE. Pero sin compromiso ninguno. Cualquier nueva solicitud debe ir acompañada de otro plan de reformas e inversiones. 

Por lo demás, los planes de España y de Italia han recibido una puntuación idéntica por parte de la Comisión Europea: 10 sobresalientes y un aprobado. De hecho, el equipo de Ursula von der Leyen ha dado un sobresaliente general a los 12 países que presentaron su plan de reformas antes del 30 de abril, la fecha tope inicial. El punto débil de todos los planes es además el mismo, la evaluación de costes, en la que los 12 tienen un aprobado raso. La oveja negra es Bélgica, que tiene un segundo aprobado raso en el capítulo de la coherencia de su plan. 

Pese a este sobresaliente general, los Estados miembros -incluso los del club de los frugales (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia)- han decidido fiarse de la evaluación de Bruselas y por eso darán luz verde al plan de España y del resto. Eso sí, los frugales desconfían de que el Gobierno de Sánchez ejecute a tiempo todas las reformas prometidas, en particular las más controvertidas en mercado laboral, pensiones y fiscalidad. Y avisan de que no dudarán en bloquear futuros pagos si hay incumplimientos.

La lista completa de países cuyos planes reciben la luz verde del Ecofin este martes es la siguiente: Alemania, Francia, Portugal, Grecia, Dinamarca, Austria, Eslovaquia, Luxemburgo, Bélgica, Letonia, España e Italia. Los anticipos que les corresponden suman un total de 50.000 millones de euros.

En sus dos primeras emisiones de eurobonos Next Generation, la Comisión Europea ha conseguido captar hasta ahora 35.000 millones de euros. El Ejecutivo comunitario tiene previsto salir a los mercados por tercera vez a lo largo del mes de julio, en teoría, para levantar el dinero restante con el que pagar todos los anticipos de la primera tanda. En caso de quedarse corto, la hipótesis que se maneja en Bruselas es que este primer desembolso se haga de forma proporcional entre los beneficiarios y se abone el resto más tarde.