El Fondo Monetario Internacional (FMI) bloqueó formalmente los fondos comprometidos con Afganistán a la espera de que se reconozca internacionalmente el nuevo gobierno liderado por los talibán, según confirmó a última hora del miércoles el organimo internacional.
El FMI se suma a Estados Unidos, el Banco Mundial y a la Unión Europea, que han paralizado las entregas de ayuda para la cooperación al país de Oriente Medio. En el caso de la UE se mantiene la ayuda humanitaria, aunque con montantes muy inferiores.
"Como siempre es el caso, el FMI se guía por las opiniones de la comunidad internacional. Actualmente, existe una falta de claridad respecto al reconocimiento de un gobierno en Afganistán, como consecuencia de lo cual el país no puede acceder a los fondos comprometidos y otros recursos del FMI", indicó un portavoz de la organización.
Al igual que otros países, Afganistán iba a recibir el lunes 455 millones de dólares (unos 390 millones de euros) en derechos especiales de giro, canjeables por efectivo. Como ya le ocurriese a Venezuela o Birmania, Afganistán recibirá los activos, pero en realidad no podrá controlarlos ni cambiarlos por divisa alguna.
El FMI confirma las dudas internacionales en relación a los talibán, que ya llevaron al Gobierno de Estados Unidos a ordenar el bloqueo de activos por valor de 9.500 millones de dólares (más de 8.100 millones de euros).
Ayuda para la Covid
Como ya informó este diario, se confirma que el nuevo Gobierno afgano no podrá contar con 12.000 millones de dólares en ayudas comprometidas por la comunidad internacional en noviembre, ya que estos recursos estaban condicionados al proceso de paz entre el gobierno afgano y los talibanes.
Unos fondos que en buena parte iban a combartir los efectos de la Covid en la economía afgana. La Asamblea Nacional del país aprobó un préstamo de 229 millones de dólares del FMI el 17 de junio de 2020.
Del mismo modo, el Banco Mundial aprobó para Afganistán un crédito concesional para políticas de desarrollo por valor de 200 millones de dólares, también para mitigar el Covid-19, el 9 de julio de 2020.
Lenta, pero sostenidamente, las finanzas del país habían venido mejorando en las dos últimas décadas -desde la intervención de Estados Unidos en 2001- al calor de la ayuda internacional y de la adopción de una economía de libre mercado.
No obstante, la llegada de un nuevo Gobierno talibán sin el apoyo de ninguna potencia extranjera y con el objetivo de volver a centralizar todo el aparato productivo, se convertirá en un caldo de cultivo del aumento del déficit, del paro, de la inflación y en una importante caída del PIB, según advierten economistas y organismos internacionales.
Economía afgana
El estado afgano todavía depende enormemente de la ayuda exterior. A pesar de su plan quinquenal de gestión financiera y el plan de mejora del desempeño fiscal, la economía afgana se ve muy afectada por el déficit comercial y la creciente inestabilidad. Una inestabilidad que irá a peor con los talibanes en el poder, según indican todos los expertos.
Desde la llegada de Estados Unidos, su PIB se ha quintuplicado pasando de 4.000 millones a 20.000 millones (en dólares estables), con un promedio de crecimiento del 6,2% anual entre 2003 y 2020. No obstante, el crecimiento del PIB en 2018 fue solo del 2,2% y en 2020 ha caído.
El PIB per cápita ha aumentado un 166% hasta los 509 dólares y su población casi se ha duplicado, pasando de 22 millones a 39, según datos del Banco Mundial. No obstante, los analistas coinciden en que a pesar de los flujos masivos de ayuda externa en dos décadas, la economía afgana sigue siendo inestable y la desigualdad es extrema.
La tasa de inflación es alta, 4,9% en 2017, según el IPC, un fuerte contraste con -0,6% en 2015. La inversión extranjera directa sigue siendo mínima debido a la violencia política y la falta sustancial de trabajadores calificados. Y el 39% de la población vive en situación de pobreza.