Lo que genera una mayor expectación en el Eurogrupo presencial que se celebra este lunes en Bruselas es la llegada de dos nuevos ministros de Finanzas: el alemán Christian Lindner y la holandesa Sigrig Kaag. En la burbuja comunitaria, todo el mundo se pregunta hasta qué punto los nuevos Gobiernos de coalición en Berlín y La Haya cambiarán sus respectivas políticas europeas en materia económica.
Está en juego la reforma de las reglas de la UE que obligan a reducir el déficit y la deuda, suspendidas desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020 y que volverán a aplicarse en 2023. Las primeras señales indican que, pese a los notables cambios en los perfiles personales, Alemania y Holanda mantendrán su resistencia a relajar el Pacto de Estabilidad, como piden España, Francia e Italia. La reforma del Pacto es precisamente el principal punto en la agenda del Eurogrupo.
El cambio más radical lo representa la nueva ministra de Finanzas holandesa. Su perfil no puede estar más lejos del de su antecesor en el cargo, el democristiano Wopke Hoekstra, abanderado del 'club de los frugales', que en lo peor del confinamiento y del desplome económico provocado por la Covid pidió a la Comisión Europea que investigara por qué países como España e Italia no habían aprovechado los años de bonanza para poner sus cuentas en orden. Unas declaraciones que el primer ministro portugués, Antonio Costa, tachó de "repugnantes".
Diplomática de profesión, Sigrid Kaag (60 años) fue la artífice del éxito del partido liberal de izquierdas D66 en las elecciones holandesas de marzo de 2021: quedó en segunda posición, sólo superada por el primer ministro, Mark Rutte. Aunque el nuevo Gobierno de coalición holandés -que ha tardado más de 9 meses en formarse- está formado por los mismos cuatro partidos que el anterior Ejecutivo, el equilibrio de fuerzas se ha alterado. Kaag, mucho más europeísta que Hoekstra, ha ganado peso y se ha hecho con la cartera de Finanzas, tras pasar antes por Asuntos Exteriores y Comercio.
Cambio y continuidad
"En el nuevo Gobierno holandés hay una combinación de cambio y continuidad. En cuanto al cambio, el acuerdo de coalición es más positivo sobre Europa y subraya la necesidad de invertir más en medidas climáticas. Pero también hay continuidad: son los mismos cuatro partidos, Rutte sigue de primer ministro y el pacto de Gobierno pone el énfasis en la necesidad de políticas macroeconómicas sólidas y prudentes y de garantizar la sostenibilidad de la deuda", relatan fuentes diplomáticas.
En cuanto a la "modernización" del Pacto de Estabilidad, Holanda promete mantener una postura "abierta y constructiva", pero insistirá también en la sostenibilidad de la deuda, la convergencia económica y la "aplicación eficaz" de las reglas, subrayan las fuentes consultadas.
De hecho, el anterior Gobierno de Rutte publicó a mediados de diciembre un documento sobre la reforma del Pacto en el que rechaza las principales propuestas de Francia, Italia y España. En primer lugar, el establecimiento de una regla de oro que permitiría excluir las inversiones verdes del cálculo del déficit. Para Holanda, eso complicaría excesivamente las normas y derivaría en un mayor endeudamiento general. En segundo lugar, La Haya se opone a relajar la senda de reducción de la deuda pública como reivindican París o Madrid. Este documento seguirá siendo la referencia para el nuevo Gobierno holandés.
En el caso de Alemania, el cambio de ministro de Finanzas va en la dirección contraria. De la flexibilidad y el europeísmo convencido del socialdemócrata Olaf Scholz, que ahora es el nuevo canciller, a la rigidez ortodoxa del liberal Christian Lindner, que tradicionalmente se ha alineado con las posiciones de los 'frugales'. Desde su entrada en el Gobierno, Lindner parece dar muestras de más pragmatismo, aunque tanto él como Scholz sostienen que el Pacto de Estabilidad ya permite suficiente margen de maniobra y apelan a la solidez de las cuentas públicas.
Reconstruir alianzas
Lo que ya resulta evidente es que Lindner y Kaag pretenden coordinarse mejor que sus antecesores y superar la ruptura de los últimos años entre Alemania y Holanda. Los dos socios tradicionales se distanciaron por culpa del fondo de recuperación Next Generation de 800.000 millones de euros, apoyado por Berlín pero al que La Haya y los 'frugales' se resistieron hasta el final. Ahora, una de las primeras reuniones de la ministra holandesa tras tomar posesión fue por videoconferencia con Lindner el pasado 13 de enero.
En el bando contrario, también Francia e Italia han decidido estrechar su alianza. Emmanuel Macron y Mario Draghi publicaron el pasado 23 de diciembre una carta conjunta en el diario Financial Times, la biblia bruselense, en la que defienden la reforma de las reglas fiscales de la UE. "Debemos reducir los niveles de deuda, pero no mediante recortes insostenibles del gasto o con impuestos más altos", sostienen los dos mandatarios.
El gran ausente de esta misiva es Pedro Sánchez, pese a que sostiene posiciones muy similares a las de París y Roma. Precisamente, el presidente del Gobierno se reúne este lunes en Madrid con el canciller Olaf Scholz, con el que pretende establecer una "relación privilegiada" pese a sus divergencias en materia de política económica europea.
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