Durante la crisis de la Covid-19, Alemania y Francia alcanzaron acuerdos que parecían imposibles apenas meses antes. El más importante, la creación del fondo Next Generation de 800.000 millones de euros para salir al rescate de España e Italia. El motor franco-alemán de la UE funcionó a pleno rendimiento cuando Angela Merkel era canciller y Olaf Scholz ministro de Finanzas. Sin embargo, la sintonía entre París y Berlín ya no es la misma con el nuevo Gobierno de coalción 'semáforo' dirigido por Scholz y con el liberal Christian Lindner en la cartera de Economía.
El choque entre Francia y Alemania ha quedado al descubierto durante la reunión del Eurogrupo celebrada este lunes en Bruselas, en la que se ha discutido la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija un umbral máximo del 3% para el déficit y del 60% para la deuda. París ha convertido la relajación de las reglas fiscales en una de las prioridades de su presidencia de turno de la UE, que durará hasta junio. En contraste, Lindner ha aprovechado su primer Eurogrupo para poner el énfasis en la reducción de la deuda.
El Pacto de Estabilidad está suspendido desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020, pero volverá a aplicarse en 2023. El objetivo de los ministros de Finanzas es lograr un acuerdo antes de ese plazo, pero no está nada claro que vayan a llegar a tiempo. Por eso, la Comisión de Ursula von der Leyen ya ha anunciado que a finales de febrero o principios de marzo presentará orientaciones para la política presupuestaria del año que viene.
El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, ha defendido un "nuevo modelo de prosperidad europeo". "No hay ningún motivo para que la UE tenga un nivel de crecimiento de media del 1,2% o 1,3%, cuando los Estados Unidos están al 2,5%. Se necesita más crecimiento, un crecimiento más sostenible y un crecimiento para todos. Y eso creo que puede ser un objetivo compartido con nuestros amigos alemanes y con todos nuestros amigos europeos", ha afirmado Le Maire.
A su juicio, en la reforma del Pacto, "el crecimiento debe ir delante de la estabilidad". "Hay que preguntarse cómo lograr un mejor nivel de crecimiento, qué inversiones hay que hacer para tener más crecimiento y un crecimiento más verde", ha insistido.
Alemania y los 'frugales'
En contraste, su homólogo alemán considera que la prioridad durante la actual fase de recuperación debe ser reducir la deuda pública. "En mi opinión, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha demostrado su flexibilidad durante la crisis, pero ahora es el momento de construir de nuevo colchones presupuestarios. Necesitamos resiliencia, no sólo en el sector privado sino también en el público, y por eso estoy muy a favor de reducir la deuda pública", ha dicho Lindner.
Por su parte, la nueva ministra de Finanzas holandesa, Sigrig Kaag, percibida como mucho más europeísta que su antecesor en el cargo, tampoco ha dado ninguna señal de que vaya a cambiar su posición contraria a relajar las reglas fiscales. ¿Seguirá Países Bajos liderando el club de los 'frugales'? "La frugalidad siempre es un activo", ha respondido Kaag.
"A veces nos hemos aliado con Francia en algunos temas, como comercio y sostenibilidad. En otros temas podemos estar más en línea con Alemania o los países nórdicos", ha dicho la ministra holandesa en referencia al Pacto de Estabilidad. También el nuevo ministro de Finanzas de Austria, Magnus Brunner, otro de los 'frugales', ha reclamado "regresar a reglas más estrictas en el Pacto de Estabilidad".
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se alinea con las tesis de Francia y del resto de los países del sur frente a Alemania y los frugales. "Hay que evitar una aplicación sin más de las reglas fiscales que teníamos antes de la pandemia", sostiene Calviño. A su juicio, se necesita una reforma "pragmática" del Pacto que tenga en cuenta los niveles disparados de deuda que deja la pandemia y la necesidad de invertir en la doble transición digital y verde.
La propia Comisión Europea está dividida sobre la reforma de las reglas fiscales. El comisario de Asuntos Económicos, el socialdemócrata Paolo Gentiloni, ha subrayado que la UE necesita "estabilidad, pero también un crecimiento sostenible y durable". Por su parte, el vicepresidente Valdis Dombrovskis, del Partido Popular Europeo, pone el foco en la necesidad de establecer "trayectorias creíbles de reducción de la deuda", que a la vez "deben ser realistas y dejar margen para la recuperación económica y la transición digital y verde".